Hasta los huesos lucha contra la anorexia

Ellen, el personaje al que interpreta Lilly Collins en Hasta los huesos, la nueva película original de Netflix, cree que lo tiene todo bajo control. Es la reina de contar calorías (280, la carne de cerdo; 350, los noodles; 150, el pan y 75, la mantequilla). Tanto que su hermana la llama “la Rain Man de las calorías” (y a ella le encanta). Su mantra es “lo tengo todo bajo control”. Pero, en realidad, es la dura enfermedad de la anorexia la que la controla a ella. De su lucha contra su trastorno trata la próxima apuesta de Netflix (que se estrena el 14 de julio), con dureza y mucho humor ácido.

Hay una escena especialmente impactante en la que Ellen va por primera vez a su terapeuta (al que da vida un espléndido Keanu Reeves) y este revisa su espalda para descubrir las marcas que tiene por hacer abdominales de forma compulsiva.

La vida de Ellen da un giro cuando su familia la manda a un centro de rehabilitación de trastornos alimenticios dirigido precisamente por William Beckham (Reeves), un doctor poco tradicional que utiliza métodos inusuales y que ayudará a la protagonista a aceptarse.

La rebeldía de Ellen la ha llevado a pasar varias veces por terapia y ninguna de estas la ha hecho reaccionar. Sorprendida por su nuevo método y feliz con sus compañeros, Ellen tiene que enfrentarse de una vez contra sus demonios (que son muchos).

Detrás de Hasta los huesos está el trabajo de la productora Marti Noxon (artífice de Buffy Cazavampiros y Mad Men), directora de la cinta y enferma de anorexia durante años. “No podía parar. La gente venía, incluso cuando daba miedo verme, y me decía: cuéntame tu secreto. Si les hubiera dicho que cada mañana me como un ladrillo, me hubieran preguntado ‘¿dónde puedo conseguirlo?’. Lo que demuestra cómo de equivocadas están nuestras prioridades”, confesó a The Hollywood Reporter cuando la película se estrenó en el Festival de Sundance. Marti Noxon tiene 52 años y aún se tiene que recordar que tiene permiso para comer.