Hospital, un oasis de paz entre cristianos y musulmanes

Un campamento para desplazados, un depósito para automóviles destruidos, cocinas comunitarias al aire libre, puestos con mercaderías de todo tipo, y enfermos, muchísimos enfermos.

Esto y más es el Hospital Regional Universitario de Bria, que a pesar de sus muchas deficiencias en términos de higiene y salud sigue siendo el único lugar de cohesión social de la región.

Dentro de su perímetro los milicianos no ponen ni un pie, el pan se divide por igual y no hay tensiones entre cristianos y musulmanes. La guerra civil que estalló hace años en la capital, Bangui, continúa llevando consigo un rastro de violencia sin precedentes.

Dos de sus principales protagonistas son las milicias Séléka y las Anti-Balaka.

Las primeras son de mayoría musulmana, y las segundas, cristianas. A finales de 2012, los Séléka (que en el idioma sango significa “alianza”) depusieron al entonces presidente, François Bozizé, y lo reemplazaron con uno de sus hombres, Michel Djotodia.

Así nacieron los Anti-Balaka (Anti-AK47 o Anti-Kalashnikov), quienes, como sus adversarios, perpetraron crímenes atroces. Desde la elección del presidente Faustin Archange Touadéra, a finales de 2016, en Bangui hay una cierta estabilidad política y social.

Los grandes problemas tienen lugar en las afueras de la República Centroafricana, donde las autoridades centrales siempre estuvieron casi ausentes, cosa que permitió indirectamente la entrada de grupos armados extranjeros que durante décadas saquearon, violaron y secuestraron a menores para luego alistarlos.

En respuesta a ellos surgieron los llamados grupos de autodefensa Séléka y Anti-Balaka, con la intención declarada de defender a sus familias, los cultivos y los rebaños. Bria, una pequeña ciudad en el centro-este del país, está bajo el control total de los Séléka.

La alianza de las milicias musulmanas obligó a los Anti-Balaka a retirarse a los varios campos de desplazados que hay esparcidos por Bria.

Sin embargo, tanto en el centro de la ciudad como en los campos rurales circundantes continúan los enfrentamientos entre los dos grupos armados.

Pero hay un lugar en el interior del cual nada de eso tiene cabida, que permanece estrictamente aislado. El Hospital Regional Universitario de Bria es un lugar tranquilo, una condición facilitada por la vigilancia 24 horas de los Cascos Azules de la ONU.

Las condiciones en las que se encuentra el pequeño centro hospitalario son desesperantes: todo está deteriorado, los medicamentos son escasos y el personal es insuficiente.

El hospital cuenta con cinco departamentos: primeros auxilios; medicina interna; maternidad; pediatría, gestionada por la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), y cirugía, en manos de International Medical Corps (IMC). “Bria, continúa el Dr. Amadou, está a más de 650 kilómetros de Bangui.