El mes de abril fue muy importante en la definición de las Iglesias frente al proceso electoral. Curiosamente en la semana del 9 al 13 de abril coincidieron la Asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) con la Consulta de la Confraternidad de Iglesias Cristiano Evangélicas (Confraternice), terminó el mes (27-29/4) con la Asamblea de la Conferencia de Superiores de Institutos Religiosos de México (CIRM).

Otras ocasiones el apoyo al PRI había sido un proceso institucional sin mayor deliberación.

Previo a la Asamblea los obispos alineados con el PRI (Aguiar, Rogelio Cabrera y Pedro Elizondo) plantearon como agenda la lucha contra el aborto y el matrimonio igualitario. Simultáneamente el Frente Nacional por la Familia exigía una definición de los candidatos en estas materias. Quien se alineó en forma notoria con esta agenda fueron los candidatos del PRI Meade y Arriola.

La Asamblea de la CEM se abrió en un contexto poco habitual, la semana anterior el obispo de Chilapa-Chilpancingo, el franciscano Salvador Rangel hizo público que se había reunido con líderes del crimen organizado para pedirles que mejoraran el trato que daban a la población. Llamó al arrepentimiento y el cambio de vida, su propuesta se acercaba bastante al programa de AMLO quien convocó a una amnistía.

La Conferencia del Episcopado Mexicano inició las entrevistas con los candidatos presidenciales el miércoles 12 de abril de 2018 con un documento publicado ese día donde se mencionaban prioridades, lo más notable es la percepción de que «vivimos un extraordinario giro histórico, en el que confluyen nuevos modelos antropológicos». Invitan a los candidatos a no caer en descalificaciones y aportar propuestas concretas a problemas reales como la impunidad, la corrupción, la pobreza y la desigualdad social, la inseguridad y la violencia». Invitan también a los partidos a «que prevalezca la propuesta y el compromiso por la transparencia, la legalidad, la honradez, la equidad, el diálogo, y la verdad, y evitar la mentira, el fraude, la coacción, la simulación, la violencia, el engaño a los pobres con dádivas pasajeras y todo lo que desvirtúe la democracia de cuya construcción todos somos responsables». (http://www.cem.org.mx/prensa/1615-Mensaje-de-los-Obispos-al-Pueblo-de-Dios.html).

Con un programa así son pocas las dudas de a donde apuntan los Obispos Diocesanos. Una lectura cuidadosa del documento no deja pie para la campaña emprendida por el Frente Nacional por la Familia para condicionar a los candidatos y exigirles una definición sobre el tema. Es evidente que los obispos católicos han cerrado filas, aunque algunos tengan sus fibras tricolores.

Debo comentar que el cierre de filas de la Iglesia Católica fue notable y es evidente que ningún obispo se apartó de lo definido por la CEM.

En la misma línea podemos ubicar a la Conferencia de Superiores de institutos religiosos, la CIRM. El documento se titula Nuestros carismas al servicio de la justicia, la paz y la integridad de la creación. Remata con una cita bíblica: «vino nuevo en odres nuevos» (Mateo 9:14-17). El documento es elocuente y propone un cambio de rumbo profundo en el país.

En una perspectiva similar se ubicó la Consulta de la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas (Cobfraternice) que reúne más de 700 asociaciones religiosas de corte pentecostal, neopentecostal y evangélicos. Recibieron a Olga Sánchez Cordero, propuesta para el Gabinete de AMLO, quien expuso aspectos centrales de su proyecto de gobierno, en temas de sumo interés para la audiencia.

Si bien las iglesias no pueden construir un voto corporativo, pero que pesan en un modelo de toma de decisiones es algo que no puede discutirse. Lo interesante es que la mayoría de ellas tienen preocupaciones semejantes, por un profundo cambio en los modelos actuales, no olvidemos que el fundador del cristianismo expulsó a los mercaderes del templo.

Profesor investigador emérito ENAH-INAH.