Explicaciones inverosímiles

Una explicación carente de sustento y simplista han dado el secretario de Protección Civil, Luis Manuel García Moreno, y el director Frontera Sur de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Adrián Méndez Barrera, a la repentina disminución de agua en las Cascadas de Agua Azul, descubierta el viernes pasado por lugareños.

Es un hecho inédito que bien pudo haber ocurrido por circunstancias geológicas, por el calentamiento global, por la deforestación de la región o por la deliberada actuación de grupos indígenas de la región. Bueno, eso puede imaginar algún simple terrenal, como el autor de este texto.

Pero esas cosas podrían tener un origen más complicado y nadie podrá tener una bola de cristal que pueda predecir o adivinar, de una manera tan simple, las causas que hayan generado tan preocupante suceso. Requiere, necesariamente, un estudio serio, profesional y científico que seguramente llevará varios días para obtener un resultado certero y poder comprender cuál fue la causa precisa de que el agua no esté llegando en las mismas cantidades que de costumbre a las Cascadas de Agua Azul, tan visitadas y conocidas a nivel internacional por su vistoso color azul y su inigualable postal.

El fenómeno debe ser examinado por geólogos, quienes estudian las rocas, el suelo, los fósiles, las montañas y los terremotos.

Por los geofísicos, científicos encargados del estudio de la tierra desde el punto de vista de la física y a todos los fenómenos relacionados con la estructura, condiciones físicas e historia evolutiva de la Tierra. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tiene un enjambre de investigadores de ese tipo y están justamente para casos como el referido.

Y ya de perdis que algún empleado de Protección Civil que vaya a hacer un recorrido por toda el área cercana para verificar personalmente si ha habido rastros de la actuación de grupos sociales y que elabore un reporte completo de todo lo que haya visto. Sólo de esa manera podrá Luis Manuel García Moreno informar a la sociedad chiapaneca, con más conocimiento de causas, de lo que están haciendo los indígenas y campesinos de la región.

Es imprescindible que esas autoridades tengan información certera que pueda ser creíble entre la sociedad.

Creen saberlo todo

Pero no. Se apresuró a decir ocurrencias. Son ocurrencias porque no tienen ningún sustento fehaciente de lo ocurrido en aquella parte de Chiapas.

El Secretario de Protección Civil de Chiapas dijo el sábado pasado, por ejemplo, que no está seco el río que baña esas Cascadas. Respuesta: Hombre, don Luis Manuel, nadie ha dicho que ese afluente esté seco. De hecho, todas las fotografías circulando en redes sociales y otras publicadas en periódicos muestran que sí hay agua. Escasa, pero sí hay agua. Hay versiones de que las cascadas están secándose en forma rápida. Nada más.

Él se adelantó a afirmar que la poca agua en las cascadas va a formar lagunas pequeñas para que los turistas se puedan bañar en ellas y que eso es otra oportunidad más para el desarrollo de la industria turística de la región.

Lo que uno podría contestarle don Luis Manuel es que esa es una visión simplista de las cosas, por decir lo menos. Es una ocurrencia suya y una forma de minimizar el acontecimiento. Sea usted más responsable al dar ese tipo de informaciones.

La gente no está deseando que se queden charcos donde antes hubo bellezas naturales como pocas hay en el mundo.

Deje usted que los geólogos y geofísicos, o algún otro especialista sobre el tema, hagan sus investigaciones y que después ofrezcan sus resultados.

La gente desea una explicación científica del por qué están secándose esas cascadas que durante toda la vida han tenido suficiente agua azulada para el goce visual de sus visitantes.

En la misma conferencia de prensa, el delegado de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp), Adrián Méndez, descartó –sin haber realizado una investigación seria- que agrupaciones campesinas hayan hecho algo para causar ese fenómeno

Respuesta: usted no puede descartar, por decreto verbal suyo, nada. La conformación o desmentido de cualquier hipótesis lo deben hacer especialistas después de haber realizado minuciosos estudios.

Hipótesis urbanas

La imaginación de lugareños y algunos otros inoficiosos ha ido en distintos sentidos, algunos de ellos completamente risibles.

Han dicho que indígenas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) han desviado el cauce del río kilómetros antes de llegar a las Cascadas. No está confirmado. Sólo son especulaciones.

No es fácil ni sencillo desviar el cauce de un río de manera premeditada y organizada. En primer lugar debe hacerlo algún experto y con maquinaria pesada porque habría que abrirse un canal grande para desviar el agua y buscar un destino final de las corrientes. De lo contrario se formaría una presa de llenado limitado. Una vez llena, rebalsaría, ¿y a dónde se iría esa agua? Seamos sensatos. No es fácil hacerlo.   

Otros revelan que se formó un río subterráneo en el subsuelo del área porque hay profundidades cavernosas. Eso parece fantasioso porque toda la vida han existido esas cascadas y el río que las bañan, y no habría motivos para pensar que ahora el agua empezara a filtrarse hacia el subsuelo en grandes cantidades y de forma repentina. Son también sólo especulaciones.

Hay otras versiones de que el terremoto de 8.2 grados de intensidad de la noche del jueves siete de septiembre pasado pudo haber abierto enormes grietas por donde esté yéndose el agua hacia las profundidades.

Nunca he sabido que haya canales de agua que se vayan de manera infinita hacia el centro de la tierra, que sólo fue imaginado por el escritor Julio Verne.

Los profesionales de la comunicación debemos ser cuidadosos en no difundir datos imprecisos que generan incertidumbre entre los ciudadanos.

alexmoguels@hotmail.com