El MOCRI y sus invasiones

A muchos pequeños propietarios chiapanecos se les está acabando la paciencia. Han estado exigiendo que autoridades apliquen las leyes, desalojen predios invadidos ilegalmente por miembros del MOCRI en por lo menos nueve municipios y realicen acciones para abatir el robo de ganado, y nada han hecho para satisfacer sus peticiones.

Este fin de semana se llevó a cabo, en las instalaciones de la Unión Ganadera de Jiquipilas, la tercera reunión regional de la Unión Estatal de Pequeños Propietarios quienes han estado denunciado constantes invasiones de tierras en los municipios de Berriozábal, Jiquipilas, Cintalapa, Berriozábal, Venustiano Carranza, Villaflores, Chicomuselo, Tapachula y Acapetagua.

Ellos están reuniéndose de manera frecuente para dar seguimiento a sus peticiones a autoridades federales, estatales y municipales de que apliquen el Estado de Derecho y restituyan a sus legítimos dueños terrenos que están invadidos por miembros del Movimiento Obrero, Campesino, Regional e Independiente, mejor conocido por sus siglas MOCRI.

A esas reuniones de pequeños propietarios están asistiendo representantes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Policía Federal.

A los pequeños propietarios les parece extraño, por decir lo menos, que estén participando altos funcionarios de la Sedena –un General de División y un Coronel y oficiales de la Policía Federal-.

Sin embargo, sólo han llegado funcionarios de tercer y cuarto nivel de autoridades estatales y municipales.

Ni siquiera la presidenta municipal de Jiquipilas, Ana Laura Romero Basurto, se dignó en asistir a ese encuentro a pesar de que fue invitada con suficiente anticipación.

Sólo asistieron representantes de Berriozábal, Cintalapa, Jiquipilas, Ocozocoautla, Villaflores, Venustiano Carranza, Chicomuselo, Tapachula y Acapetagua.

Los pequeños propietarios están pensando lo que todo mundo podría pensar al observar esas circunstancias: que las autoridades estatales y municipales están minimizando el problema de las invasiones y del abigeato, denunciados constantemente por los pequeños propietarios.

Y no tienen disposición para investigar esos delitos y mucho menos castigar a los responsables, sobre todo si se trata de miembros del famoso MOCRI.

Líderes del MOCRI están volviéndose intocables, han declarado varios pequeños propietarios que están padeciendo invasiones desde hace varios años.

Y sigue la confusión

El tema de las Cascadas de Agua Azul se ha quedado entre el mito, la leyenda y las medias verdades oficiales, porque ninguna autoridad ha afirmado, con plena certeza, qué sucedió exactamente con la disminución de las corrientes de agua que bañaban esas formaciones rocosas y cuyos efectos de intenso color azul, adornados con un entorno natural inigualable, han llamado la atención de turistas nacionales y extranjeros a lo largo de varias décadas.

Sólo ha habido confusión generada por las declaraciones erráticas del secretario de Protección Civil, Luis Manuel García Moreno, y del director regional Frontera Sur de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conafor), Adrián Méndez, quienes nunca lograron articular argumento válido alguno respecto de lo sucedido en dicho centro turístico natural de Chiapas.

Adrián Méndez, por ejemplo, dijo algo que es obvio, pero al mismo tiempo sin sustento. Que la deforestación ha causado la disminución del agua del río que baña las Cascadas de Agua Azul.

Que esa disminución del agua en el río provocó su propio azolvamiento y el desvío de las corrientes de agua hacia un lugar distinto al de las Cascadas de Agua Azul.

Es algo obvio porque la deforestación puede provocar eso y más todavía, pero sus efectos negativos suceden en forma paulatina y gradual, no de forma repentina como ocurrió en Agua Azul.

Sostuvo asimismo que no es suficiente el trabajo realizado por los ejidatarios quienes retiraron manualmente la basura que taponeaba el río lo cual ayudó a que aumentaran un poco las corrientes que llegan a las multicitadas cascadas.

De igual forma, añadió que las autoridades correspondientes van a presentar, en diciembre próximo, un plan integral de atención a los problemas de la región.

Tal vez con conocimiento de causa, eso no lo podemos asegurar tampoco, Méndez Barrera desmintió versiones difundidas en redes sociales de que inversionistas foráneos estén tratando de apropiarse del centro turístico de las Cascadas de Agua Azul. También es falso, añadió, que estén tratando de instalar grandes hoteles en la región.

Ojalá que eso último sí sea cierto. Y si es cierto que hay inversionistas interesados en realizar infraestructura turística en esa zona, que se haga todo con transparencia y cuidando todos los estándares internacionales para que la infraestructura propuesta sea amigable con el medio ambiente, que genere empleos permanentes para los indígenas que viven de esa actividad y que mejore en grado aceptable los servicios turísticos.

Como podemos ver con esos extractos de la entrevista, Adrián Méndez plantea la hipótesis de que la mano del hombre ha transformado el entorno de los ecosistemas que rodean las Cascadas de Agua Azul.

Tan, tan.

Y yo sacaría una sola conclusión: siguen siendo un misterio inexplicable aun las causas que secaron las Cascadas de Agua Azul.

De boca en boca

El dirigente estatal del PRI, Julián Nazar Morales, siguió insistiendo este fin de semana en que los priistas chiapanecos –sobre todo quienes tienen cargos de dirigentes- se pongan a trabajar en serio y que privilegien el diálogo para dirimir diferencias internas. Son tiempos de unidad y de inclusión, les recuerda a cada rato a sus correligionarios de partido. Y es que el pasado viernes, Nazar Morales entregó nombramientos a delegados de comités directivos municipales de Bochil, Simojovel, Cintalapa, Amatenango del Valle y Mezcalapa.

alexmoguels@hotmail.com