Fer hace el ridículo

El presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez, Fernando Castellanos Cal y Mayor, está haciendo lo que ningún buen político debe hacer.

Está terminando muy mal su administración. Al principio generó muchas expectativas positivas pero poco a poco la magia se le fue acabando.

Era agradable. Se mostraba gentil, con aparente carisma, que resultó ser una careta, nada más. Pero después se subió a un ladrillo y desde allí miraba, mira, hacia abajo a los demás mortales.

Terminará siendo uno más, de los malos alcaldes. Sin capital propio. De aquellos que sólo viven bajo la sombra de un padrino político. Cuando el padrino ya no esté. Él dejara de existir. Tal vez sea un buen ser humano. Pero eso no basta para ser buen político, no basta para hacer el bien al pueblo. Se necesita mucho más que eso.

Los políticos de carrera se empeñan en hacer bien las cosas al momento de desempeñar un cargo público y cuando van a terminar su periodo se empeñan en multiplicar sus esfuerzos en favor de sus gobernados para terminar bien.

Para tratar que la gente los recuerde bien. Pero Fer está haciendo todo lo contrario.

Está terminando muy mal. Falló en la política porque no convenció a nadie para legitimarse en el cargo, no proporcionó servicios eficientes a los tuxtlecos: el alumbrado público está igual o peor que cuando empezó su administración, los baches nunca desaparecieron, a pesar de que él generó una idea que los iba a acabar, la recolección de basura sigue siendo deficiente –se ven montones de basura por dondequiera en la vía pública-, la inseguridad es galopante, la corrupción dentro de su administración, imparable, notoria y pública, y está haciendo el ridículo queriendo aparecer como un aspirante a la gubernatura. ¿Con esas cartas de presentación?

Él se habrá de defender con todo tipo de argumentos. Que no hay dinero. Que la ciudad tiene 42 mil calles y que no es posible pavimentarlas todas, etcétera, etcétera, etcétera.

Pero eso no lo salva. Sino por el contrario. Lo hace parecer como un aspirante a la presidencia municipal ignorante –en 2015-.

O una de dos: no sabía que había tantas calles por arreglar y por eso prometió arreglar una calle al día o, a sabiendas de todo eso, engañó, mintió a los tuxtlecos.

Su único mérito, y lo festeja con creces, fue haber expulsado a vendedores ambulantes del centro de Tuxtla Gutiérrez. ¿Pero qué creen?

Usó para ello un millonario presupuesto del pueblo para crear una infraestructura social de primera a la colonia Antorcha Campesina, más allá de la escuela Veterinaria, y otra de esa misma agrupación allá por la colonia Juárez, al Sur-Oriente de Tuxtla Gutiérrez.

Muchos vendedores ambulantes expulsados son miembros de esa agrupación campesina, los mismos que lo ¿destaparon? como aspirante a la gubernatura hace varios meses.

A los demás ambulantes les dio migajas, los amenazó con encarcelamiento o compró a sus líderes. ¡Así, cómo no!

Lástima. Está muy chavo para quemarse políticamente de esa manera.  

 Lleva al PAN al ocaso

El actual precandidato de México al Frente –del PAN, PRD y MC- Ricardo Anaya va a pasar a la historia de la política mexicana como el principal autor del desmembramiento del Partido Acción Nacional (PAN).

Está acabando con la parte orgánica e ideológica de ese partido. El PAN es el partido más antiguo en vida posrevolucionario de México después del PRI.

La actitud autoritaria y antidemocrática de Anaya ha llevado a muchos panistas a emigrar de ese partido. Algunos se han vuelto independientes, como Margarita Zavala, otros se han ido a regalar a otros partidos como lo hizo la senadora panista Gabriela Cuevas quien se fue a Morena o Javier Lozano quien renunció al PAN y se fue a apoyar al precandidato presidencial del PRI, entre muchos otros.

Algunos más andan a regañadientes todavía dentro de Acción Nacional pero con un gran descontento porque el chamaco Anaya se ha erigido como el gran dictador de ese partido. Y tontos los demás porque se dejan.

Hay destacados panistas que no han levantado la voz, como Ricardo García Cervantes, Diego Cervantes de Caballos o Ernesto Ruffo, entre algunos otros que tienen gran trayectoria.

Ayer martes nos enteramos que se va otro importante activo panista que se va de ese partido. Se trata del senador Gil Zuarth quien fue secretario particular del presidente Felipe Calderón Hinojosa y luego senador de la República, entre otros altos cargos desempeñados que le conceden el mérito de un político de altos vuelos.

Pero bueno. Dijo que se va a su casa. A la vida académica. Que no se irá a apoyar a ningún otro candidato a la presidencia de la República.

Quien sabe pero pareciera ser que su postura fue muy tibia. No tuvo el valor de renunciar al PAN, tampoco tuvo el valor de pronunciarse a favor de algún otro partido ni candidato a la presidencia de México.

El tema está claro. Están huyendo del PAN porque Ricardo Anaya no les escucha, no acuerda, tampoco tiene ganas de conciliar y mucho menos de darles espacios por consensos.

Da la impresión que más tarde, cuando pierda la presidencia –porque ni sueñe que la va a ganar-, Anaya va a aparecer como el panista que desmembró al PAN, que lo desarticuló.

Va a ser difícil que el PAN se recomponga, después de una derrota electoral, a nivel presidencial que desde hoy ya parece inminente.

 PRI, Verde, desacuerdos

Problemas en Todos Somos Chiapas. Los desacuerdos siguen. De los actores políticos que deciden en la Coalición Todos Somos Chiapas, alguien está quedando mal a Chiapas.

Es la Coalición formada por el PRI, el Verde, el Podemos Mover a Chiapas, el Chiapas Unido y Panal, para la gubernatura.

Ese alguien persiste en su obcecación por romper dicha coalición a pesar de que eso llevará a problemas al candidato presidencial de esa misma alianza.

Había, siempre ha habido una fórmula para haber quedado bien con todos. Pero veo que ha preferido quedar mal con todos.

En el pecado llevará la penitencia.

alexmoguels@hotmail.com