Sorpresas, habrá sorpresas

Son 93 millones de boletas que van a imprimirse para las elecciones del 1 de julio próximo. Ese trabajo empezó ayer lunes y, según los cálculos, todas las boletas estarán listas en las primeras semanas de junio a efecto que haya tiempo de ser distribuidas en todos los distritos en las 32 entidades del país. En varios distritos y fórmulas de senadores de Chiapas fueron inscritos nombres desconocidos con el premeditado propósito de ser sustituidos después por otros nombres.

Por esa razón hay una tremenda incertidumbre entre muchos aspirantes a cargos de elección popular, sobre todo aquellos que desean participar como candidatos en esos cargos.

En los primeros lugares de las listas al Senado y a la Cámara de Diputados, la federal y la local, andan por ahí nombres perfectamente desconocidos, con el deliberado propósito de que esos nombres puedan ser sustituidos por otros que están por ahí agazapados esperando que su padrino político logre filtrarlos hacia esos lugares.

El problema va a ser el siguiente: el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, dio este lunes el banderazo de arranque de la impresión de los 93 millones de boletas electorales para la presidencia, a un ritmo de producción diaria de cinco millones de papeletas.

Esperan que para la tercera semana de junio estén listas todas esas impresiones.

Talleres Gráficos de México van a imprimir, por separado, boletas para trece elecciones más.

Ahí serán otros trece millones de papeletas que van a estar resguardadas por militares y policías uniformados de la Ciudad de México.

Así que aquellos nombres que no hayan sido inscritos ante autoridades electorales hasta antes de este lunes reciente ya no aparecerán impresos en las boletas.

Y ese es el problema para la lógica elemental y para el raciocinio común de cualquier ser humano con sus cinco sentidos funcionando correctamente.

Pero no es problema para la práctica. En la práctica pueden suceder aspectos sorprendentes. Ya han ocurrido. Seguirán sucediendo.

¿Qué quiero decir con eso? Que ya hubo casos en los que no importa que el nombre del candidato esté o no esté impreso en una boleta electoral. El proceso electoral sigue, el día de las votaciones llega y aun así han ganado candidatos sin nombre en las boletas.

En Chiapas tenemos un ejemplo claro y reciente en 2012. Juan Sabines Guerrero no pudo imponer a nadie de su equipo en el Senado. Ni a Seth Yassir Vázquez, ni al “chapitas” Juan Carlos López Fernández cuyo nombre quedó impreso en las boletas. Luego entonces, fue Zoé Robledo quien llegó de última hora y ganó la fórmula de primera minoría y ocupó el cargo casi seis años completos.

De manera tal que algo nos queda claro en ese sentido.

Y es probable que, de última hora, haya bajas de algunos prospectos, por cualquier circunstancia, y sean incluidos otros más conocidos para competir en las elecciones del 1 de julio próximo, para diputado federal o para senador de la República.

Sorpresas, habrá sorpresas, cuentan, aseguran.

Cerraron filas en el PRI

Por cierto, sorpresiva fue también la convocatoria el sábado pasado, para una reunión masiva de unas diez mil personas con el candidato presidencial de la coalición Todos por México, José Antonio Meade.

Eso provocó que los candidatos a las gubernaturas que están en competencia, en sus respectivos estados, cancelaran sus actos de proselitismo de este domingo y se fueran a responder al llamado de su candidato presidencial y de su nuevo líder partidista nacional, René Juárez Cisneros, quien por cierto se estrenó en ese cargo haciendo esa convocatoria que logró reunir a unos diez mil priistas de distintas partes del país.

José Antonio Meade estuvo arropado por miles de priistas, gobernadores, legisladores, funcionarios federales y liderazgos.

La reunión tuvo varias motivaciones, pero las dos principales fueron: presentar a Juárez Cisneros como el nuevo director técnico del equipo, si me permiten una analogía con un equipo deportivo.

Dos: para dejar muy claro que no va a declinar por nadie el candidato de dicha coalición compuesta por el PRI, Verde y Panal.

Y tres: para refrendar que no es militante del PRI pero que sí está representando sus siglas porque fue la primera vez que vistió una chamarra totalmente roja para dar un mensaje claro en ese sentido.   

La reunión fue en la sede nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y allí el aspirante presidencial advirtió que en estos 56 días que restan de campaña (a contar desde el día del acto), ellos van a demostrar de qué está hecho el tricolor, “el único instituto político con un ejército de millones de militantes, con capacidad de convocar y de convencer de que son el mejor proyecto para el país”.

Los medios de comunicación del centro del país dieron cuenta que al acto programado para las 13 horas del pasado domingo estuvo convocada la plana mayor de ese partido: gobernadores, presidentes municipales, senadores y diputados, candidatos a puestos de elección popular, miembros del gabinete legal, así como líderes de los sectores y comités seccionales del partido.

El encuentro fue llamado “Avanzando Juntos”, otro signo de la intención de unión, y fueron invitados diez mil priistas, y su objetivo principal fue plantear una transformación del partido bajo el liderazgo de Meade Kuribreña y con Juárez Cisneros a la cabeza del partido.

No habían encontrado un mecanismo eficaz, o quizá no lo hayan encontrado todavía, para hacer sentir a los priistas fieles a su partido de que su candidato presidencial no está afiliado al tricolor pero que su intención es atraer a simpatizantes y a ciudadanos sin partido.

Esa reunión fue para cerrar filas de cara a los comicios.

Priistas reconocidos dijeron que sí lograron ese propósito. Hay otros más escépticos quienes creen que es muy corto el tiempo que falta para hacerlo.

alexmoguels@hotmail.com