Las movilizaciones

Por cuestiones de trabajo, he estado yendo y viniendo de Tuxtla Gutiérrez hacia la Ciudad de México. En algunas ocasiones he estado varios días en esa orbe llena de smog y convertida a la vez en un monstruo de mil cabezas debido a la gran densidad poblacional que posee.

Pero qué les deseo contar. Resulta que en el antiguo Distrito Federal –da una gran flojera llamarle Ciudad de México- no llega la información de todas las cosas que pasan en Chiapas.

Quienes somos chiapanecos, estamos medianamente interesados de los asuntos que pasan en nuestro estado y buscamos formas de encontrar información, ya sea a través de amigos que viven permanentemente en Chiapas, contactados vía telefónica de vez en cuando, o por redes sociales o a través de mensajería instantánea de teléfonos inteligentes.

Conservo varios, qué digo varios, muchos grupos de whatsapp de compañeros reporteros chiapanecos y ahí me entero de cuántos bloqueos carreteros hay al día, de cuántas veces grupos magisteriales o del sindicato de salud realizan protestas callejeras y de uno que otro suceso fatal en algunos municipios.

Desde luego, también me entero de todos los chismes políticos. Pero nada más. La información que llega hasta el centro del país es limitada y no logra uno enterarse ampliamente y mucho menos de detalles de los sucesos.

Allá en la capital del país, el resto de la gente está envuelta en sus propios problemas personales, laborales o propios de la naturaleza de la inmensa ciudad, con su área conurbada, de más de veinte millones de personas.

Quiero decir con ello que los conflictos sociales y sus consecuencias vividos en Chiapas no trascienden hacia el centro del país, principalmente porque hay un cerco informativo y porque en la capital del país hay grandes problemas que afectan a sus ciudadanos y estos temas les interesan particularmente a ellos.

Me correspondió ver una trifulca ocurrida entre varios grupos sociales y la policía en el centro de Tuxtla Gutiérrez, el sábado pasado, y realmente se pone uno a pensar en muchos aspectos sobre el mismo tema.

Había ahí un grupo de indígenas desplazados quejándose de que no han podido regresar a sus comunidades de origen porque no hay condiciones para ello, había ahí un grupo de trabajadores del sector salud reclamando al gobierno estatal el pago de dinero por no sé cuáles conceptos y había maestros interinos que solicitan también pago de sus salarios.

Eligieron la ocasión de la entrega del sexto informe del gobernador Manuel Velasco Coello para sus manifestaciones.

La situación se salió de control, la policía lanzó gases lacrimógenos, los manifestantes, como siempre, trataban de agredir o de plano agredían a los policías, tiraron las vallas metálicas que habían sido colocadas alrededor del Congreso del Estado y del parque central, etcétera, etcétera, etcétera.

Muchas cosas se dicen sobre el tema. La mayoría de la gente piensa que todos los reclamos de los manifestantes de ese día son legítimos y que el único culpable es el gobierno.

Otros cuentan que atrás de los manifestantes hay razones políticas y que algún maloso los está azuzando desde el anonimato para crear la sensación de ingobernabilidad.

La verdad completa no se sabe. ¿Por qué? Porque todo mundo miente.

Luego entonces, uno ya no sabe qué pensar.

Víctor Hugo Zavaleta, un ex dirigente de la sección 50 del sindicato de salud, fue detenido ese día porque dicen que por la espalda presuntamente golpeó a un policía y que hasta hay un video que muestra ese momento.

El mismo sábado había negociaciones con líderes del sindicato de salud y ya se les había prometido dar soluciones este martes, pero ellos ya no creen en las promesas hechas y por eso siguen con sus reclamos.

Ayer lunes hubo una mega manifestación. Y eso lo constaté yo mismo porque me quedé atrapado en el enorme congestionamiento vehicular ocasionado por la extensa fila de manifestantes que llenó toda la avenida central desde el centro de Tuxtla Gutiérrez hasta la fuente Diana Cazadora, en el extremo oriente de la ciudad.

Faltan muy pocos días para que termine el sexenio estatal y no hay dinero. Entonces muchas personas piensan que ya no les van van a pagar.

Algunas personas querrán decir que hay ingobernabilidad en Chiapas. Pero otros habrán de responder que hay 121 municipios y en la mayoría de ellos hay normalidad democrática. Todo dependerá del cristal con que se mire.

De boca en boca

Siempre da gusto saber que un político como Aquiles Espinosa García vaya a ocupar algún cargo dentro de la administración pública, sea del perfil y nivel que sea, porque a donde quiera que vaya siempre será garantía de un servidor público cabal. Aquiles tiene tres cualidades incuestionables: es leal, es honrado y es un excelente servidor público. Ha desempeñado varios cargos desde hace mucho tiempo y, por tanto, ha adquirido vasta experiencia en ese rubro y su sensibilidad política, de por sí innata en él, se ha ido ampliando y consolidándose a lo largo del tiempo. Felicitaciones anticipadas******Otro funcionario público ejemplar es Mario Carlos Culebro Velasco quien ha demostrado entrega y profesionalismo totales a su responsabilidad política en el presente sexenio y ha sabido responder con lealtad al gobernador y a las instituciones donde ha trabajado. Sin poder moverse de sus responsabilidades en la Secretaría General de Gobierno como lo hace todos los días, el sábado pasado cumplió años. Vaya desde este humilde espacio mis más sinceras felicitaciones por su cumpleaños y mi franco reconocimiento por ser un servidor público de 24 horas******Y ya que ando en estos terrenos, muchas felicidades también a mi amiga Ruby Anahí Gamboa Villatoro, quien de igual manera cumplió años el sábado pasado. Abrazos a una mujer emprendedora y dinámica, prometedora de grandes cosas en el futuro.

alexmoguels@hotmail.com