Jueves negro para muchos

Reclamaron retirar bloqueos carreteros con otro bloqueo igualmente carretero. ¡Qué absurdo y desatinado, por decirlo en forma decente!

Estamos viviendo en momentos políticos paradójicos, raros y estrambóticos que llevan a los grupos sociales a cometer esas sandeces porque las autoridades correspondientes no han solucionado sus reclamos, tan básicos como incomprensibles.

Tenemos que remitirnos al problema original: desde 2017, en el periodo gubernamental pasado, grupos de indígenas han estado realizando bloqueos carreteros en el municipio El Bosque, porque el gobierno no les entregaba recursos para obras sociales, y para dejar circular automóviles, los bloqueadores exigían pagos desde 200 pesos hasta tres mil pesos, dependiendo del tipo de vehículo que quisiera pasar.

Los bloqueos carreteros de días recientes ocurrieron en forma permanente en tramos de Puerto Caté, Carrizal y San Pedro, pero ya habían ocurrido de manera intermitente desde hace dos años.

Pues bien, los afectados en esa zona se organizaron y vinieron a bloquear, también bloquear otra carretera –el puente Belisario Domínguez-, una acción igualmente violatoria a las leyes como la que estaban ellos padeciendo allá en sus lugares de origen y de la que están reclamando solución.

Los inconformes dijeron venir de Simojovel, Huitiupán, Amatán, El Bosque y Jitotol. Cerraron el tramo carretero desde las 8:30 horas y admitieron abrirlo a la circulación hasta las 20:20 horas de ese mismo día, cuando ya habían causado mucho daño a miles de personas.

En primer lugar, hay que decirlo con todas sus letras, esa es una flagrante violación al libre tránsito, cuyo derecho está claramente consagrado en la Constitución General de la República para todos los ciudadanos mexicanos y foráneos que estén legalmente en el país. Aun así, las autoridades han permitido esas anomalías.

En segundo lugar, esas acciones, ya de por sí violatorias a las leyes, perturban la vida social y económica de la región y violenta, además, derechos de terceros.

Fácil era, y debería ser siempre fácil aplicar la ley contra todos aquellos que comentan los mismos actos, someterlos al Estado de Derecho, y nadie en sus plenos cabales, podría tener argumentos para defenderlos. Pero nadie hizo aplicar la ley en ese sentido. Las autoridades dejaron hacer, dejaron pasar.

Y las consecuencias vinieron este jueves 10 de enero, justamente en el puente Belisario Domínguez, única vía terrestre para comunicar a Tuxtla Gutiérrez con Chiapa de Corzo, población que estaba festejando, desde hacía dos días, su llamada Fiesta Grande, y a la que todos, propios y extraños, quieren ver.

Así fue. Algún “inteligente” se propuso, con premeditación, alevosía y ventaja, dar dolores de cabeza a miles de chiapanecos, principalmente del centro de la entidad, quienes tenían necesidad de transitar en esa área de un lado a otro, desde Tuxtla hacia a Chiapa para asistir a su festividad o para cualquier otra cosa.

O ir de alguna región de la Costa, Soconusco o Fraylesca hacia la zona Alto, Norte o Fronteriza, precisamente en esa fecha y no pudo hacerlo durante todo el día.

Fuerte dolor de cabeza también fue para los inquilinos de Palacio de Gobierno, quienes tienen facultades legales y obligaciones políticas de impedir que sucedan esas violaciones a las leyes y arbitrariedades de unos ciudadanos contra otros.

Región Los Bosques

Para ubicar a los amables lectores, el municipio El Bosque está ubicado en la región VII denominada, en forma absurda por el gobierno de Juan Sabines Guerrero, también Los Bosques.

Las regiones socioeconómicas ya tenían nombres y esas nominaciones ya estaban identificadas por la mayoría de los chiapanecos, pero por esas ilógicas modas sexenales ese gobernador ordenó, a sus empleados, diputados locales de ese entonces, cambiar dichas denominaciones en la Constitución Política de Chiapas.

Bueno, pues en ese lugar ha habido problemas intercomunitarios y de sus habitantes con sus autoridades municipales y estatales desde el sexenio pasado.

Su manera de protestar ha sido la misma de siempre. Con bloqueos carreteros o, como en otras zonas, con tomas de presidencias municipales o con privaciones de la libertad a funcionarios menores a quienes toman como rehenes para exigir soluciones a sus demandas.

La solución nocturna

Los manifestantes se dieron por satisfechos con un acuerdo firmado con representantes de 27 comunidades y barrios de la región Los Bosques quienes mantenían bloqueos carreteros en esa parte de Chiapas para exigir el pago de recursos de Copladem del año pasado.

Autoridades estatales aceptaron darles varios millones de pesos para satisfacer sus necesidades sociales y una vez hecho local, los inconformes determinaron dejar de bloquear carreteras allá en sus comunidades, y los demás aceptaron también desbloquear el Puente de Chiapa de Corzo. Asunto arreglado por el momento.

Ojalá y eso no se repita. No es posible que los ciudadanos tengan, como única opción, realizar bloqueos carreteros para hacerse escuchar.

AMLO echa reversa

La nota surgió muy temprano ayer viernes. Nadie la esperaba. El secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, informó que, por su conducto, el presidente Andrés Manuel López Obrador, iba a presentar una nueva propuesta: que el mando de la Guardia Nacional sea civil y recaiga bajo la propia dependencia que él encabeza.

Muchos sectores y organizaciones habían protestado desde un inicio porque el nuevo gobierno quería reclutar unos cincuenta mil jóvenes para que fueran capacitados por militares, pasaran a formar parte de la Guardia Nacional y sus jefes iban a ser militares. Algo que ya se avizoraba claramente como la militarización del país, un punto tan criticado en campaña por el ahora presidente. Esa corrección fue aplaudida por propios y extraños.

alexmoguels@hotmail.com