Llamas, policías y bomberos

Tres aspectos llamaron grandemente mi atención la noche del jueves pasado frente a un microbús ardiendo en grandes llamas sobre la Calzada al Sumidero: la policía llegó tarde, los bomberos llegaron tarde y la completa apatía de la gente que estaba por ahí o conductores que iban y venían sin azoro alguno.

Grandes lenguas de fuego salían de un objeto desconocido a mi primera vista y tuve que detenerme para identificar de qué se trataba: era un Conejobús que estaba ya prácticamente consumido por las llamas, atravesado casi a media calle, sobre la Calzada a Sumidero y el Libramiento Norte de Tuxtla Gutiérrez.

Estudiantes normalistas habían secuestrado varios vehículos el diez de febrero pasado y ahí seguían a eso de las ocho de la noche del reciente jueves cuando los muchachos decidieron sacarlo, llevarlo hasta el sitio mencionado, prenderle fuego y después huir hasta esconderse a la misma escuela de donde habían salido minutos antes.

Viví el momento. Estaba yo circulando, ocasionalmente, en esa área a la hora de los hechos. Varias cosas llamaron mi atención, como ya adelantaba antes: los automovilistas seguían circulando, afligidos, hacia sus destinos, y si acaso volteaban en forma fugaz a ver el objeto que estaba ardiendo, pero continuaban su camino ensimismados, quizá, en sus pensamientos ordinarios.

Pocos fisgones de a pie estaban curioseando las llamas, porque no había otra cosa más importante que ver, y otros grababan en sus teléfonos celulares la escena llameante que parecía amenazante. No sé a qué, pero amenazante. Tal vez el riesgo de que estallara el tanque de combustible que, para fortuna de quienes estábamos allí cerca, nunca estalló, por cierto.

Visto desde arriba, el escenario asemejaba a un hormiguero. Luces de los carros que iban de un lado a otro, sin control ni orientación alguna de parte de agentes de vialidad o socorristas oficiales quienes debieran estar atentos a ese tipo de siniestros para acudir a tiempo a cumplir con sus encomiendas.

Dicho eso, claro está que la policía y los bomberos tardaron en llegar. Cuando el carro había sido consumido casi en su totalidad por las llamas, cuyas dimensiones crecían y crecían hasta topar con el puente de concreto que sostiene a la vía rápida del Libramiento Norte, llegaron varias patrullas de la policía.

Los agentes bajaron presurosos de los vehículos oficiales y, con escudos protectores en mano, se fueron corriendo hacia la Escuela Normal Superior del Estado de donde los estudiantes pretendían salir de nuevo a la calle a realizar desmanes, pero la presencia policiaca se los impidió, y otros uniformados cerraron las dos vialidades de la Calzada.

Después de dos o tres horas transcurridas, la circulación vial volvió a la normalidad, el esqueleto del autobús quedó a la vista de todos y los vándalos permanecieron en su escondite: la escuela que debería ser un recinto del aprendizaje y del fomento al conocimiento es tomada como madriguera de los malandros.

Impugnadas 20 notarías

Me dio enorme gusto saludar a varios amigos en instalaciones del Consejo de Notarios del Centro de Chiapas. Por ahí vi y saludé a Juan Carlos Cal y Mayor Franco, a Juan Celydonio Hernández y a Juan hijo, a Gerardo Pensamiento Maldonado, Noé Díaz González y a Ignacio Soberano Velasco, entre otros.

Asistí como invitado a la toma de protesta de Wenceslao Camacho Pimienta como presidente del Consejo de Notarios del centro de Chiapas y varios nos quedamos sorprendidos que en esta ocasión hubo una sola planilla registrada, el proceso de elección transcurrió en forma tranquila y tampoco hubo objeción ni impugnación alguna a esa designación.

Los notarios mostraron unidad en torno a su nuevo presidente, en un acto en el que participó el líder nacional del Colegio Nacional del Notariado Mexicano, Javier Prado Delgado, quien por cierto se mostró muy abierto a las preguntas de reporteros sobre temas relativos a su gremio. En el acto oficial estuvo presente, además, el presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez, Carlos Morales Vázquez.

Minutos más tarde y en entrevista, Wenceslao Camacho, declaró que han sido impugnadas veinte notarías otorgadas por el anterior gobernador en razón a que carecen de los elementales requisitos para ejercer esos despachos y que ahora corresponderá a las autoridades estatales correspondientes emitir los dictámenes finales correspondientes.

Aparte, renunciaron en forma voluntaria y por escrito otros doce notarios de ese paquete sexenal pasado.

Sectores sociales han expresado su molestia y desagrado porque el anterior gobernador, Manuel Velasco Coello, haya otorgado 51 notarías a amigos suyos sin que necesariamente estuvieran involucrados en el medio y mucho menos que cumplieran con los requisitos de ley en la materia.

Cada gobernador ha hecho lo mismo, pero antes cuando menos observaban que los beneficiarios contaran con experiencias en el área y cumplieran con los requisitos para el caso.

Hay abogados experimentados y poseedores de amplios conocimientos en ese rubro que merecen desempeñar esos oficios y no es justo que solo por el amiguismo, influyentismo y compadrazgo político esas patentes sean entregadas a quienes no tienen ni idea siquiera de lo que es ser un notario.

Ojalá y ahora sea inaugurada una nueva etapa que en ese y en otros muchos casos sean hechos con pleno respeto a la legalidad y la justicia.

De boca en boca

Por cierto, todo mundo muere de risa cuando los estudiantes normalistas, con el rostro cubierto, salen a declarar que ellos son las víctimas de represión del gobierno. ¡Por favor! Desde hace varios años y de manera consecutiva los chiapanecos hemos visto su comportamiento violento. Hemos seguido sus pasos y siempre los vemos salir a las calles, con garrotes, piedras y bombas molotov en sus manos, se cubren sus rostros, causan destrozos y después las cámaras de seguridad los ha captado entrando a las escuelas normales. ¿A quién quieren engañar? Que les apliquen la ley. Merecido lo tienen.

alexmoguels@hotmail.com