Otra “Lady”, ahora en Tuxtla

Sucedió en las recientes horas sobre el Libramiento Norte, en inmediaciones de la colonia 24 de Junio de Tuxtla Gutiérrez. Un agente de Vialidad municipal estaba aplicando una multa al chofer de una unidad del servicio colectivo de pasaje con número económico 9106 de la ruta 91 cuando, en forma repentina y violenta, fue agredido por la mamá de ese trabajador del volante.

Casi en forma instantánea apareció un tercer hombre con un garrote en mano con el cual golpeó al agente municipal que estaba grabando ese incidente con su teléfono celular, gracias a lo cual quedó testimonio de la agresiva actuación de la iracunda señora.

Después se supo que esa mujer había trabajado en el área de Parquímetros del ayuntamiento de la capital chiapaneca. El chofer infractor de las normas de vialidad huyó en el vehículo del servicio público y los demás agresores del agente de Tránsito de igual forma desaparecieron en el vehículo compacto con placas DSC-4720 en el que había llegado la agresora.

El video compartido en Facebook muestra en forma clara cómo la señora –la llaman Teresa- llega al lugar de los hechos en auxilio de su vástago, atraviesa su automóvil frente a la patrulla de Vialidad, desciende de él y se dirige hacia el funcionario público, se convierte en una persona energúmena, le lanza improperios y, al mismo tiempo, lo agrede físicamente.

El teléfono celular sigue grabando y aparece el hombre con un garrote en la mano y se acerca al trabajador del Ayuntamiento tuxtleco y le propina unos garrotazos.

Esas agresiones no deben suceder. Es una muestra que nadie quiere respetar a las autoridades y éstas permiten que esa actitud vaya creciendo. ¿Quién se cree esa señora para impedir el trabajo de un agente de Vialidad y para dejar impune aunque sea una infracción menor a las leyes locales?  

Los otros se cuecen aparte

Del otro lado también se cometen pecados. Los uniformados, ya sean policías o agentes de vialidad, han perdido credibilidad, a lo largo de los años han cometido muchos abusos contra los ciudadanos, en algunos casos amenazan con infraccionar a los conductores como una forma de chantaje para obtener dinero.

O, incluso, se han convertido en ladrones con uniforme porque hay muchas denuncias de que revisan a muchachos que andan en las calles a altas horas de la noche y, bajo amenazas, les quitan dinero en efectivo u objetos personales de valor.

Ambas cosas están mal, muy mal. Las autoridades, de los tres niveles de gobierno, son responsables directas de que eso esté ocurriendo. De ellas dependen jerárquicamente los servidores públicos menores que cometen tropelías contra la población y son tolerados por sus jefes.

Esos jefes se hacen de la vista gorda o muchas veces son cómplices de esas mismas fechorías que cometen sus subalternos y eso ha llegado a cansar a los ciudadanos quienes hoy se arman de valor y actúan por propia mano para castigar a presuntos transgresores de las leyes como los tres linchados y asesinados por una turba en Chiapilla hace un par de semanas, sólo por citar un ejemplo de casos de ese tipo.

Pero no solo eso. También se arman de valor y se paran frente a la autoridad, la desafían, la agreden, incumplen con las leyes, las violentan, porque saben perfectamente que no les va a pasar nada.

Son esas altas autoridades las que deben imponer el orden en forma vertical, desde arriba y hacia abajo, con sus subalternos y sancionarlos en forma ejemplar cuando sea el caso.

Una vez que cumpla con esas reglas de disciplina y de moralidad pública, inmediatamente debe obligar a los ciudadanos a cumplir con las leyes y también esos malos ciudadanos deben recibir castigos ejemplares.

De lo contrario, la convivencia social se irá deteriorando aún más y cada vez más rápido hasta llegar a un peligroso rompimiento del tejido social del cual todos nos vamos a arrepentir. 

El problema es la impunidad. Por eso la gente hace lo que quiere. Vivimos en total anarquía vial. Los automovilistas conducen a su antojo, rebasan por la derecha que está prohibido hacerlo, conducen lentamente en el carril de alta velocidad, dan vuelta en U donde está prohibido hacerlo, estacionan su vehículo en sitios para discapacitados o donde está simplemente prohibido.

¡Ya ni se diga de los choferes del transporte público, de taxis, combis o microbuses! Ellos se creen dueños de las calles.

Dueños de casas toman como propias las banquetas y las calles que son públicas. Afectan arbitrariamente a ciudadanos y su libre tránsito.

Las autoridades correspondientes están siendo omisas cuando deberían hacer entender a esos ciudadanos que están violentando las leyes en la materia y también violentando el derecho de terceros.

Crece asociación juvenil

En reciente fecha nació en Tonalá, Chiapas, otra delegación de “Jóvenes Abogados Chiapanecos”. Con ella suman ya 19 delegaciones en igual número de municipios en distintas partes de esta entidad.

Durante el acto de toma de protesta, la presidenta estatal de dicha Asociación, Ruby Gamboa, entregó nombramientos a su delegado en Tonalá, Misael Escobar Peña, al subdelegado Gabriel Alejandro Noriega Álvarez, a la secretaria de la agrupación Mariana Yarett Santiago Rivera, al tesorero Bulmaro Saraín Cortez Aguilar y a los demás integrantes de las diversas coordinaciones y consejeros de esa misma estructura municipal.

Anahí Gamboa recordó que el abogado es el primer defensor de la democracia de las sociedades, vigila que sean garantizadas las libertades públicas y defiende los derechos humanos individuales o colectivos.

Dicha asociación continúa expandiéndose hacia distintas partes del estado y su objetivo es que los profesionales del Derecho, adheridos a ella, se conviertan en permanentes auxiliares de la justicia cotidiana de los chiapanecos y busquen ser útiles a la sociedad en su conjunto.

alexmoguels@hotmail.com