Vergüenza nacional

Ha habido otros casos escandalosos a nivel internacional en el pasado reciente, pero el que le ganó a todos ellos fue el del periodista mexicano Mauricio Ortega Camberos quien, siendo director del periódico La Prensa, robó el Jersey del quarterback de los Patriotas de Nueva Inglaterra, Tom Brady, después de haberse jugado el Super Bowl 51 en febrero pasado.

Fue un acto vergonzoso para la imagen de México en el exterior, para los mexicanos y para el periodismo mexicano en particular.

El Buró Federal de Investigaciones –FBI por sus siglas en inglés- de los Estados Unidos empezó las investigaciones a partir de los videos grabados en los vestidores de dichos jugadores. Siguió una ruta cuyo final estaba en México. Pidió ayuda a la Procuraduría General de la República (PGR) y ésta pudo establecer con gran claridad que el famoso Jersey estaba en el domicilio del citado periodista. Así obtuvieron de un juez la orden de cateo la cual fue ejecutada el pasado domingo con la sorpresa de que la prenda deportiva sí estaba en ese domicilio.

El robo en sí de una prenda tan importante para el jugador propietario y con un valor de casi medio millón de dólares ya era grave.

Pero haberlo cometido precisamente en estos momentos resultó mucho más dañino para la imagen de los mexicanos en territorio estadounidense.

En estos momentos, el presidente estadounidense Donald Trump ha pronunciado discursos reiterativos de que los migrantes mexicanos se dedican al robo, a la extorsión, a la violación y de que en general los mexicanos somos “bad hombres”, hombres malos.

Aunque Trump no está apegado a la realidad de que todos los mexicanos estamos cortados con la misma tijera, el robo de ese periodista viene a reforzar la idea del presidente estadounidense y de sus seguidores en ese país de que somos hombres malos.

El de ese periodista es pues un acto de vergüenza nacional y va a traer graves consecuencias primeramente para los periodistas que vayan a cubrir actos deportivos de la NFL en Estados Unidos.

Ya adelantaron que van a establecer nuevas medidas de seguridad y nuevos criterios para extender identificaciones para cubrir actos deportivos de la NFL. Las revisiones van a ser más exhaustivas y los periodistas mexicanos asistentes a posteriores competencias deportivas seguramente van a sentir vergüenza cuando tengan que identificarse como “periodistas mexicanos”.

Otros casos vergonzosos

Otros mexicanos han hecho quedar mal a México en el mundo entero en varias épocas y realizando varios actos, algunos de ellos por puro “desmadre” y otros porque se han comportado como meros rateros en casos que se han vuelto escandalosos a nivel mundial.

En el mundial de Futbol de Francia 98, un aficionado, en estado de ebriedad, se orinó encima y apagó a la llamada Flama Eterna, ubicada abajo del Arco del Triunfo en París. Esa flama había estado encendida desde 1921 para conmemorar a los soldados caídos en la Primera Guerra Mundial. Eso provocó indignación de los franceses y tensó las relaciones diplomáticas entre México y Francia, y el fanático terminó en la cárcel durante algún tiempo.

Otro, en Sudáfrica 2010 le colocó un sombrero charro a una estatua de Nelson Mandela lo cual fue tomado también como una ofensa nacional aunque en este caso la Cancillería Mexicana sólo tuvo que disculparse.

En otra época, otro más activó la alarma del tren bala en Japón el cual se tuvo que detener en forma innecesaria y el actor de ese acto fue identificado como mexicano y fue llevado a la cárcel.

En Brasil 2014 unos funcionarios de una delegación panista del entonces Distrito Federal se liaron a golpes porque habían toqueteado a una mujer. Los metieron a la cárcel en aquel sureño país y en México perdieron sus puestos de trabajo. Fue también escándalo internacional.

Robó teléfonos celulares

Hubo otro acto vergonzoso casi igual que el de ahora. La Presidencia de la República cesó de su cargo en 2008 a Rafael Quintero, quien hasta un día antes se desempeñaba como subdirector de Avanzada de la Dirección de Logística y a quien una investigación del gobierno de Estados Unidos responsabilizó del sustraimiento de celulares del hotel sede de los presidentes de México, EU y Canadá, en Nueva Orleans.

Después se supo con toda claridad que la investigación abierta en Estados Unidos en contra de Quintero Curiel era porque había robado dos celulares, tipo blackberry, de una oficina del cuarto piso del hotel sede en la cumbre de líderes de la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN).

¡No que muy transparentes!

Fue Senadora de la República por el PRD, secretaria de Educación del entonces Distrito Federal al mando de Miguel Ángel Mancera y de ahí saltó a ser dirigente nacional de ese mismo partido del Sol Azteca, cuyos militantes se han ufanado de ser muy transparentes y honrados, y ¡Zaz! que le encuentran que estaba escondiendo un departamento casi un millón de dólares en Estados Unidos.

Lo estaba escondiendo porque no lo había presentado en su Declaración 3de3.

Las notas periodísticas resaltaron en pleno puente de semana largo del 21 de marzo, que Barrales adquirió en 2015 un departamento en Miami, Estados Unidos, con un costo de 990 mil dólares pero no fue declarado en tiempo en su declaración 3de3 sino hasta que la cadena estadounidense Univisión lo descubrió. El inmueble está valuado en 14 millones 355 mil pesos.

Pese a que fue adquirido en 2015, la perredista envió, el pasado 17 de este mes, una misiva al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) en la que solicita la inclusión de la posesión de ese inmueble.

De acuerdo con la cotización del dólar en 2015, la ahora presidenta nacional del PRD pagaba un millón 572 mil pesos mensuales, cuando su salario como secretaria de Educación del Gobierno de la Ciudad de México era de poco menos de 70 mil pesos al mes.

alexmoguels@hotmail.com