Cómo proteger a periodistas

No puede ni debe el gobierno federal poner un policía a proteger la integridad física de cada periodista en toda la República Mexicana.

No puede porque somos miles quienes nos dedicamos a esa profesión a lo largo y ancho del país.

No debe porque los periodistas no debemos contar con esos privilegios.

El gobierno federal debe establecer otras estrategias inteligentes y de política pública porque tiene suficientes instrumentos del poder para hacerlo y porque, además, es su obligación como representante del pueblo.

¿Cuáles podrían ser las estrategias? El gobierno federal cuenta con una infraestructura de investigaciones políticas y sociales a nivel nacional que deberían saber, a estas alturas, dónde territorialmente están los focos rojos de esos atentados y cuáles son los objetivos específicos más vulnerables.

En esos lugares detectados como focos rojos debe el gobierno federal, en coordinación con los gobiernos estatales, actuar con diligencia y eficacia frente a aquellos comunicadores que estén en la mira del crimen organizado. Esas deben ser acciones concretas ante objetivos concretos.

No todos los periodistas del país estamos frente a un mismo riesgo.

Afortunadamente, hay muchos otros lugares en otros estados, como Chiapas, donde a lo mucho que nos arriesgamos los periodistas es que nos ofendan en redes sociales o simplemente nos dejan de leer y ya.

No tenemos por qué desgarrarnos las vestiduras los demás comunicadores del país. No todos corremos los mismos riesgos.

Ha quedado demostrado en forma fehaciente que están en riesgo latente aquellos periodistas especializados en temas del narcotráfico en específico o del crimen organizado en general y únicamente en algunos estados del país.

Urge que el gobierno federal y los gobiernos de los estados ya se dejen de discursos y vayan directamente a los hechos, en lugares específicos, para prevenir más muertes de periodistas en México.

Honor a quien lo merece

Felicidades al compañero y amigo Antonio Mendoza Náfate. Es un reportero sin igual que ha registrado hechos noticiosos en más de dos décadas del siglo pasado y casi dos décadas del inicio de este milenio. Plasmó en tinta y en papel la historia local y regional de Chiapas durante las dos últimas décadas del siglo pasado y hoy, con la misma pasión de antes, hace lo mismo en medios electrónicos.

Al igual que muchos de mi generación, él ha tenido el privilegio de vivir en carne propia la fascinante evolución de tecnológicas aplicadas al periodismo que ha ocurrido prácticamente en un abrir y cerrar de ojos.

Cuando él empezó las reporteadas, en los 80, eran comunes las máquinas de escribir y grabadoras mecánicas.

Eran escasos los teléfonos convencionales, fue testigo del nacimiento –en forma gradual pero vertiginosa- del fax, del Viper, de los primitivos teléfonos celulares, los digitales y ahora los inteligentes.

Vio nacer asimismo la sorprendente y globalizada red de internet, las redes sociales que intercomunican en tiempo real a los seres humanos desde distintas partes del mundo, las grabadoras digitales de mano y está disfrutando la vertiginosa velocidad a la que están cambiando los medios de comunicación electrónicos.

Eres afortunado, Náfate porque has vivido la fascinante evolución de las tecnologías aplicadas al periodismo que tú, con pasión y entrega, has practicado en toda tu vida. Gracias también por tu trato siempre generoso con tus amigos.

Muchas felicidades por eso, por los reconocimientos que has recibido a lo largo de tu trayectoria laboral y por el que recibiste en el Museo del Café de Chiapas el reciente miércoles 17 de mayo; por cierto, día de tu cumpleaños.

Derecho de réplica de ESF

Por ética profesional de periodista y por propia convicción personal tengo la obligación de otorgar el derecho de réplica a quien yo me haya referido en textos anteriores y que me lo haya solicitado.

El caso de hoy es del diputado Emilio Salazar Farías.

Es respecto de “Acá entre nos” del pasado 17 de este mes donde yo publiqué que el Juzgado Primero del Ramo Civil del Distrito Judicial de Tuxtla Gutiérrez había dictado una “sentencia definitiva” en su contra y había invalidado  la realización de una asamblea de socios del Instituto de Estudios Superiores de Chiapas (IESCH) y todo el procedimiento notarial para su registro.

El tema central de ese litigio es que en esa Asamblea de mes de marzo del año 2002, y por una maniobra supuestamente legaloide de los acusados, Federico Luis Salazar Farías fue removido de forma ilegal del cargo de presidente del Consejo Directivo de dicho IESCH.

El Juzgado referido condenó en esa sentencia, además, a Emilio Salazar Farías y a los demás denunciados a rendirle cuentas a Federico Luis de todos los actos realizados en el IESCH durante todo el tiempo que él ha estado alejado del cargo referido.

Luego entonces, la decisión del Juzgado en cuestión fue restituirle sus derechos de socio activo de dicha empresa del ramo educativo a Federico Luis.

El expediente 780/2014 del Juzgado Primero del Ramo Civil del Distrito Judicial de Tuxtla señala claramente que se trata de una “sentencia definitiva” en razón a que la resolución del juez ha sido contundente, verídica y fehaciente, y porque ya no hay otra instancia a ese nivel a la cual acudir.

Esa es, a modo de contexto, la síntesis de lo que yo publiqué el miércoles reciente.

El propio diputado Emilio Salazar Farías me llamó por teléfono para decirme que la demanda no termina ahí nada más sino que los acusados tienen todavía instancias superiores a las cuales acudir y que, de hecho, ya recurrieron a otro instrumento jurídico llamado recurso de apelación y que una instancia superior ya aceptó esa apelación.

En otras palabras: ese litigio familiar de los Salazar Farías va para largo, tal vez vaya a transcurrir mucho tiempo más para que se diga la última palabra en ese caso.

alexmoguels@hotmail.com