Andan todos desorientados

Veo a la clase política mexicana despistada y sin rumbo fijo. Están hechos bolas, como el engrudo, esa masa espesa elaborada con harina o almidón hervidos en agua que se emplea para pegar papel, cartón, corcho, entre otros usos, pero que si no sabes usarlo se hace una bola más espesa aún y termina inservible.

Están desorientados porque ya dejaron de tener control sobre las masas porque la gente ya no quiere creer en ninguno de ellos.

Los resultados tan cerrados y cuestionados de las elecciones del Estado de México y de Coahuila los tienen a todos más extraviados aún.

Ricardo Anaya y su PAN que se creía invencible por sus engañosos triunfos del año pasado en varios estados del país –engañosos porque ganaron en alianza con el PRD- se llevaron un portazo en sus narices porque su partido se fue al cuarto lugar en el Estado de México, un lugar que en forma fantasiosa creían ya tener en la bolsa también, y eso de igual forma ha descontrolado a los azules quienes están vueltos locos allá arriba, tanto que doña Margarita Zavala, ya empezó un recorrido que la llevará a 45 ciudades del país en sus pretensiones por ser ella la candidata de su partido a la presidencia de México el próximo año.

Antes del domingo 4 de junio todos los altos jerarcas partidistas estaban embelesados respecto de cuáles iban a ser los resultados electorales en el Estado de México, algunos días después se la pasaron hablando de fraude electoral que no lo han podido comprobar…ni podrán porque no tienen pruebas suficientes para ello. El que ganó, ganó; el que perdió, perdió.

Pero como el tiempo corre prisa no pueden detenerse en esos asuntos que ya están prácticamente resueltos, inmediatamente, de ipso facto, ya enfilaron su atención hacia el 2018 y, no han tenido otra alternativa, que hablar de una segunda vuelta electoral para evitar, dicen sus promotores, de generar gobiernos con escasa legitimidad ciudadana.

Pero esa propuesta ha sido lanzada sin fuerza y sin ningún cálculo que la haga viable. Y casi ninguno de los dirigentes nacionales de partidos políticos más importantes le ha dado seguimiento ni ha forzado que se haga.

El PRI ya bateó esa propuesta y con un argumento irrefutable: el 31 de mayo venció el plazo para legislarla. Legisladores del Partido Verde, el PT y Morena coincidieron con ese argumento esgrimido por los priistas.

Está claro que a esos partidos opositores, incluso al lopezobradorista, no les conviene porque no regatearon la negativa priista y en forma dócil dijeron: ya no hay tiempo y se voltearon a seguir con sus jornadas cotidianas que más les ocupa en este momento.

En el PAN ya se dieron cuenta que el tiempo no les alcanza para legislar una segunda vuelta electoral y su ex aspirante presidencial Ernesto Cordero Arroyo prefirió atender otro tema: consideró un error que su partido busque una alianza con el PRD rumbo al 2018.

En tanto que en el PRD sus figuras más representantes y dominantes dentro de ese partido están marcadamente divididos sobre una posible alianza con Morena para las presidenciales del próximo año.

Incluso hay algunos, como Fernando Belauzarán, de la corriente Galileos, consideró indignante que perredistas le estén rogando a López Obrador muy a pesar que éste ya los mandó a la fregada la semana pasada.

Andrés Manuel López Obrador está empecinado en ir solo y su Morena en las elecciones presidenciales del 2018, y ya lo declaró con palabras bien claras: “no podemos marchar juntos con el PRI, PAN, PRD, Partido Verde, Movimiento Ciudadano, Encuentro Social y Nueva Alianza”. Fue dicho en público y ahí está grabado, no es invento de nadie.

Los acusó de ser partidos del régimen y paleros del gobierno. Así están las cosas entre las cúpulas partidistas de la oposición. Confusas. Extraviadas. Sin rumbo fijo.

El PRI parece estar también desorientado porque sus estructuras le fallaron en forma estrepitosa y apabullante en las elecciones del año pasado cuando perdió en un hilo siete gubernaturas de doce que estuvieron en competencia.

Y en este 2017 ganó de panzazo dos de tres. A simple vista se ve que no les queda todavía clara cuál va a ser su estrategia para tratar de retener la presidencia de la República en las elecciones generales del 2018.

Tanto el año pasado como en este 2017, las cúpulas priistas confiaron en su famoso voto duro, en sus estructuras formadas por simpatizantes fieles a ellos y en las estructuras gubernamentales que les ayudan. Todas les fallaron. Ya no son una garantía para ganar votos. De ahí que la tarea de los ideólogos priistas, ha de tener muchos, para elaborar una estrategia que ahora sí no les vaya a fallar.

De boca en boca

El gobierno de Manuel Velasco Coello se ha convertido en uno de los principales promotores de la cultura de la donación de sangre o de órganos vitales del ser humano. De acuerdo con los discursos pronunciados por el gobernador de Chiapas eso lo hace por considerar que ese es un acto de la mayor de solidaridad y porque es indispensable en el sector salud para salvar vidas a través de la donación de la sangre e incluso de órganos. A los trabajadores del gobierno del estado, el mandatario les ha solicitado su solidaridad y que actúen de forma totalmente voluntaria con la finalidad de fortalecer los bancos de sangre de la entidad realizando sus respectivas donaciones. Esa solidaridad comunitaria permite vislumbrar que se puede tener suficiencia en las áreas que más lo requieran. Esos son los esfuerzos institucionales. Pero falta poner la parte que nos toca a los ciudadanos por propia cuenta para coadyuvar a que haya una cultura de donación de sangre y de órganos vitales que ayuden a vivir a otros congéneres. Actualmente y de acuerdo con datos oficiales, los mexicanos siguen siendo reacios a hacer donaciones voluntarias de ese tipo.  

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