Sólo dos, en la recta final

La foto produjo tremendo ruido en redes sociales, en cafés y en simples charlas personales, la misma tarde de este martes. No era para menos. Éstos son tiempos de definiciones políticas importantes y cualquier guiño político, tiene variadas interpretaciones.

La inesperada e inusual presencia del gobernador Manuel Velasco Coello en el segundo informe del presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez, Fernando Castellanos Cal y Mayor, constituyó una sorpresa para muchos.

Un gobernador no está impedido legalmente para asistir a ese tipo de actividades en tiempos no electorales. Puede elegir libremente asistir a esos actos, sobre todo con quienes son sus correligionarios de partido y, al mismo tiempo, cuando están unidos por lazos políticos y amistosos, como es el caso mencionado aquí.

Simplemente algunos gobernantes cuidan las formas para no provocar celos políticos y para no herir susceptibilidades de los demás alcaldes de otras ciudades importantes. Pecata minuta, pecado menor.

Pero no sólo la presencia del mandatario estatal en dicho acto generó polémica sino que se haya hecho acompañar, y en primera fila, por el secretario del Campo José Antonio Aguilar Bodegas y el senador Roberto Albores Gleason, ambos con irreconciliables posturas políticas dentro del PRI, y que no haya estado el otro aspirante a la gubernatura a pesar de ser del mismo equipo del edil y del mandatario estatal.

A partir de esa gráfica surgieron múltiples interpretaciones, muchas de ellas descabelladas y totalmente fuera de lugar. La mayoría de los opinantes acomodaron sus puntos de vista a su conveniencia o simplemente echaron a volar su imaginación.

Cierto, surgen expectativas a partir de quien está sentado junto a otro, y a partir de las ausencias y las presencias.

La experiencia recuerda que esos mensajes políticos subliminales, en la mayoría de las veces, son parar despistar al adversario, para calmar aguas agitadas al interior de la granja o por simple travesura. Difícilmente un político de alto nivel muestra todas sus cartas públicamente. Siempre se guardan alguna carta bajo el brazo.

Pero hay razones entendibles del por qué surgió tanta polémica a partir de la mencionada foto.

Casi nadie se ha dado cuenta pero hoy, a unas semanas de que inicie el proceso electoral en Chiapas que será la primera semana de octubre próximo, todas las miradas han estado dirigiéndose únicamente hacia dos personajes de la vida política aldeana: Eduardo Ramírez Aguilar y Roberto Albores Gleason. Verde uno, rojo el otro.

Poco a poco los escenarios han ido dibujándose en razón a que ambos tienen amplias posibilidades de convertirse en candidatos primero y, uno de ellos, ganar después la elección de gobernador del próximo año.

Lo que se dice del priista

Muchas personas piensan eso de Albores porque él cuenta con el apoyo de la nomenclatura política nacional de su partido, la cual ha dado sobradas muestras de que sí domina escenarios políticos, en todos los niveles y trátese de quien se trate, cuando realmente se lo propone.

Esa nomenclatura incluye, desde luego, el poder presidencial y el poder de la dirigencia nacional del PRI que está marcadamente a su favor por la amistad del chiapaneco con el máximo líder partidista Enrique Ochoa Reza y con otros actores políticos de la vida nacional cercanos al último de los mencionados.

Gleason tiene a su favor también el voto duro de 500 mil simpatizantes priistas en Chiapas, cuentan los priistas mismos después de haber registrado más-menos ese número de votos históricamente, en comicios similares pasados, en este territorio del sureste mexicano.

Eso cuentan, aseguran, priistas pertenecientes al equipo del senador más posicionado hoy dentro del tricolor para convertirse en candidato de ese partido a la gubernatura de Chiapas.

En honor a la verdad, nadie tiene la certeza absoluta de esas suposiciones. Son subjetivas y, por tanto, están en un terreno completamente volátil que lo mismo podrían verse cumplidas en su totalidad o tristemente desvanecidas, en un abrir y cerrar de ojos.

Sobre el verde-ecologista

Los seguidores de Eduardo piensan que él ha logrado formar, a lo largo y ancho de todo el territorio chiapaneco, una estructura fuerte, compacta y leal en torno suyo que bien le podría beneficiar mayoritariamente en el momento en que cada ciudadano se encuentre, solo y con su conciencia, en medio de una casilla electoral, con una boleta en una mano y un marcador en la otra.

Sus amigos cercanos y simpatizantes creen, y así lo cuentan a todo aquel que les quiera oír, que Ramírez Aguilar ha logrado penetrar en el corazón de mucha gente, que ha logrado transmitir hacia los votantes su origen humilde, su trayectoria de esfuerzo personal y que eso le identifica mayormente con el pueblo.

De igual forma, aseguran que ha establecido múltiples relaciones personales e institucionales con diversos actores sociales, empresariales, entre otros. Y que, principalmente, cuenta con el apoyo incondicional del poder político estatal.

Pero, al igual que los del otro búnker, los del verde ecologista también exaltan sus virtudes y tienen la certeza de que las cosas van a suceder tal como lo ven sus ojos y sus corazones.

Pero en política, más que en cualquier otro sitio, las cosas no suceden hasta que suceden.

De boca en boca

La diputada María Eugenia Pérez Fernández comunicó en su cuenta de Facebook su deseo por ser candidata a la presidencia de Tuxtla Gutiérrez por Podemos Mover a Chiapas. Ella es ampliamente conocida en el sector empresarial y entre distintos sectores sociales porque ha trabajado en la Cruz Roja Mexicana, y en otros ámbitos sociales tuxtlecos. Será, sin duda, una fuerte contrincante de género de la panista Gloria Luna Ruiz quien también apunta a la misma alcaldía.

alexmoguels@hotmail.com