Tlatlaya: “cadena de mando”

El titular del juzgado decimocuarto de distrito, Erik Zavalgoitia Novales (nacido en la Ciudad de México; titulado en 1997 en la Universidad Panamericana con una tesis denominada El narcotráfico y su importancia en la justicia federal: https://goo.gl/bQHZHN), ha ordenado reabrir el marcadamente sucio y tramposo expediente judicial con el que se ha pretendido escamotear a la sociedad el conocimiento exacto de lo que sucedió en una bodega de la comunidad San Pedro Limón, en el municipio de Tlatlaya, Estado de México, el 30 de junio de 2014./

Ese proceso judicial, aparte de falsear gravemente los hechos ha servido para eludir el castigo a los operadores materiales y a quienes, en lo alto de la “cadena de mando” militar, ordenaron la ejecución de entre doce y quince presuntos delincuentes, ya rendidos, de un total de veintidós. Según la recomendación 51/2014, emitida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y dirigida a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Procuraduría General de la República (PGR) y el gobierno mexiquense, entonces a cargo de Eruviel Ávila, la mayoría de esas muertes correspondió a una ejecución sin atenuantes (la instrucción fue, según las indagaciones oficiales: “abatir delincuentes en horas de oscuridad”; una instrucción de rutina, sistemática en casos similares)./

Esa madrugada, luego de un intercambio de disparos, pausados unos, en ráfaga otros, se habrían escuchado gritos, según los vecinos:

-“¡Ríndanse, Ejército mexicano!”

-“¡Nos vamos a rendir!”

-“¡Salgan!, ¡les vamos a perdonar la vida!”./

Los militares esperaron entre 15 y 20 minutos, pero los civiles no salieron de la bodega. Hubo orden de entrar, entre las 4.50 y las 5 horas de ese mismo 30 de junio. Luego, entre las 5 y las 6 de la mañana se escucharon disparos cortos y aislados, provenientes de “armas accionadas por el Ejército en contra de las personas rendidas”, según dijo uno de los vecinos a la CNDH y también según tres mujeres y dos presuntos secuestrados, a quienes se dejó con vida y atestiguaron las ejecuciones./

Como en tantos casos sucedidos a lo largo y ancho del país, la escena del crimen fue alterada, las pruebas fueron desaparecidas o desvirtuadas, la versión oficial habló de un “enfrentamiento” provocado por los luego asesinados, los medios de comunicación fueron dotados de boletines y declaraciones adecuadas al interés de militares, policías y gobernantes y la responsabilidad de los hechos fue diluida, hasta dejar en pleno goce de impunidad a los ejecutores y a quienes dieron la orden de masacrar (una de las mujeres sobrevivientes aseguró haber escuchado la orden de un mando militar: “Los que estén vivos o heridos, vuélvanles a disparar”)./

La reapertura del expediente Tlatlaya, ordenada por el juez Zavalgoitia Novales, y dada a conocer por los reporteros Fernando Camacho y Emir Olivares, en La Jornada como nota principal de su edición dominical, reinstala en muy buen momento el tema de los mandos militares y sus políticas nocivas, entre ellas la de eliminación integral de bandos presuntamente delictivos: cero detenidos, cero presos: todos muertos./

Uno de los puntos delicados de la transición política en curso, difícil y peligrosa, aunque el ánimo de los votantes mayoritarios y del presidente electo sean muy positivos y esperanzados, pasa por los cuarteles y sus mandos. Sus “cadenas de mando”. Para evitar que se repitan las masacres, para reconducir los procesos delictivos hacia las instancias judiciales y no hacia los paredones virtuales, y para garantizar la estabilidad y seguridad de su gobierno, López Obrador debe asegurarse el mando real, fidelísimo y eficaz, de las secretarías de la Defensa Nacional y la Marina, y el cambio de sus políticas “de guerra” contra la población./

Ayer, López Obrador mostró optimismo presupuestal: anunció una notable ampliación de su proyecto de Tren Maya, para incluir lugares de Campeche y Yucatán, y aseguró que sí le alcanzarán los recursos para construir seis refinerías./

Disculpas a los lectores y a la ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero, pues en la anterior entrega de esta columna se mencionó que a instancias de Enrique Peña Nieto había sido enviada a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México. En realidad, fue una de las seis propuestas que en su momento hizo el entonces jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera./

En diversas entidades del país se han hecho reajustes en la distribución de diputaciones locales de representación proporcional, o plurinominales, lo cual en general ha afectado al partido dominante a nivel nacional, Morena. Las fórmulas de asignación de los asientos legislativos siempre han sido movedizas, conforme a criterios aritméticos y cálculos varios que se agravan cuando se tiene una votación tan alta a favor de determinado partido./

Sin embargo, denota un ánimo faccioso la reiterada postura de autoridades electorales para restar asientos a Morena, e impedir la llegada a curules locales de personajes adversos a las camarillas gobernantes, priistas y panistas. En varios estados, los gobernadores están explorando vías de “compensación” en la mesa o mediante artimañas legales, para “blindarse” ante la ola morena que no esperaban de tal tamaño./

Y, mientras el entrenador de origen brasileño, “Tuca” Ferreti, conocido por ser tan quisquilloso como claridoso, ya de larga estancia en el balompié mexicano, ha dicho, según consigna el diario deportivo Récord: “Nuestro futbol es muy mañoso, con cualquier cosita nos tiramos, hacemos show, queremos engañar al árbitro, la verdad es muy característico de nuestro futbol latino”; en cambio, “en el futbol femenil, las señoritas se paran rápido, y si una se queda tirada tantito, se dicen no seas hombre párate”, ¡hasta mañana, con cuarenta empresas en coalición para “proteger datos de usuarios en Internet”: mediante la protección de su infraestructura de enrutamiento, con lo cual se busca impedir o reducir “el secuestro, las filtraciones o la falsificación”, que propiciaron “datos robados, ingresos perdidos y daños a la reputación!