Carlos Molano busca el fortalecimiento cultural en Tuxtla Gutiérrez

Existe énfasis de establecer políticas públicas que tengan como ejes la vinculación entre desarrollo y cultura. De hecho, la Conferencia Internacional de Políticas Culturales para el Desarrollo realizada en Estocolmo en 1998, representantes de 150 países suscribieron el acuerdo de hacer de la política cultural un elemento central de las estrategias del desarrollo. Se propuso que los gobiernos deben de reconocer a la cultura de tal modo que las políticas culturales “se conviertan en uno de los elementos centrales del desarrollo endógeno y sustentable”.

Carlos Molano Robles, presidente municipal interino del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, recurre a diversas estrategias para lograr este cometido internacional, y que se puede desarrollar en nuestro contexto regional, una de esas estrategias es considerar a los creadores, artistas y promotores culturales de la ciudad capital, quienes conocen el latir de las artes y las culturas de Tuxtla, en la política cultural de Chiapas, así que personas con trayectoria dinámica en estos menesteres son piezas claves en este ejercicio estratégico, entre ellos Socorro Trejo Sirvent.

En la página oficial web del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, Molano ofrece un texto de bienvenida: “Hola, estoy convencido que sólo la unión, el intercambio de ideas, la participación ciudadana y la correcta interlocución logran los cambios que necesitamos presenciar para evolucionar y desarrollarnos al nivel que necesitamos, como individuos y como sociedad, y que es deseable para el correcto crecimiento de nuestros hijos y familia.

Hoy es gusto para mi saludarte a través de este medio de comunicación virtual. Espero recibir noticias tuyas, conocer tus necesidades y saber en qué puedo ayudarte. Tenemos destinada para ti una sección en donde podremos estar en comunicación, úsala, estaremos pendientes de lo que ahí expongas. Bienvenido y muchas gracias!”

La práctica profesional de Molano, nos lleva a reflexionar sobre el conocimiento y la política, que están presentes en el debate sobre la relación que los estudiosos guardan con las prácticas políticas. La preocupación existe desde la antigüedad y permanece vigente sin perder el trasfondo que la sustenta: la cuestión ética que emerge entre el pensar y el gobernar. ¿Quién piensa y quién actúa? Pensar el mundo puede aparecer como privilegio de unos cuantos, ¿son estas minorías quienes están en posición de decidir el rumbo de la acción política?, ¿y al hacerlo sumarse al ejercicio del poder? Por tanto, ¿es legítima la intervención de los intelectuales, estudiosos, académicos y/o eruditos en la política?, ¿cuáles deberían ser sus funciones en la sociedad?, ¿los estudiosos pueden ser instrumentos al servicio del poder?, ¿se trata de invitados, infiltrados, arribistas, en los asuntos que competen a los políticos? ¿existen estudiosos en el ejercicio en con las prácticas políticas?

Son diversas las definiciones del término intelectuales, acá interesan aquellas que, ligándolos al poder, posibilitan su concepción como actores políticos.

Hablar de sujeto es siempre hablar de sujeto social. En cierta medida la noción de sujeto representa una suerte de base estamental y singular del sustantivo colectivo humanidad. El sujeto es ese proyecto de ser humano que alcanza su humanidad en la experiencia de la vida social, reconociéndose como parte del mundo.

Los estudiosos están acreditados como portadores de conocimiento y esto se da a través del grado de especialización en el campo disciplinario que desarrollan. La eficacia de esta acreditación radica en que se plantea a la vez ideológica, porque descansa en la tradición del discurso del progreso, e institucional porque los mecanismos que avalan el grado de competencia e inserción profesional de los estudiosos se generan desde los marcos regulatorios y normativos de entidades estatales y gubernamentales.

De manera que, en el afán de llevar al centro de las políticas desarrollistas a la cultura en Tuxtla, misma que debe de concebirse como un ente capaz de mejorar la vida de los pueblos mediante la transmisión de formas de vida tradicionales, formas distintivas de cultura, ética global, prácticas sociales, conocimientos locales, diseminación del conocimiento, creación y preservación del patrimonio humano, material y cultural. Además, se le considera un vehículo para el desarrollo económico, principalmente a través de las industrias culturales, micro-empresas culturales asociadas a la producción local de artesanías, explotación de bienes naturales de modo sustentable, el turismo cultural y la infraestructura cultural, entre otras opciones.

Es importante tomar en cuenta la noción de desarrollo como un elemento central para el fortalecimiento de las expresiones culturales e identitarias que permitan una mejor calidad de vida los pueblos de Chiapas, de modo sustentable. Uno de los medios propuestos para alcanzar dicho propósito es el impulso de la gestión cultural como herramienta para fortalecer este modelo.

Así que es relevante favorecer la convivencia democrática de la sociedad tuxtleca e impulsar la formación de profesionales responsables, sensibles y creativos, a través de la generación colectiva e intercultural de conocimientos orientados al análisis práctico de las condiciones locales, al fortalecimiento de las lenguas nativas, al reconocimiento, desarrollo y proyección de saberes ancestrales en torno a la salud, al ejercicio de los derechos, a la construcción de relaciones solidarias, a la relación sociedad-naturaleza y al fortalecimiento organizativo de iniciativas locales y regionales, dinamizando paralelamente redes de solidaridad con una amplia gama de actores en los ámbitos regional, nacional y mundial. Como es posible observar, en este panorama cultural tiene un sentido antropológico que recubre diversas prácticas sociales y no el quehacer cultural en sí.

Pese a la brevedad de tiempo en la administración que le corresponde como presidente municipal interino del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez , Carlos Molano está haciendo un trabajo que aún no es posible “visibilizarlo”, ya que está en un proceso de fortalecer la propuesta cultural existente en Tuxtla Gutiérrez, a fin de afirmarla y reorientarla con el propósito de crear la cohesión social en Chiapas en estos momentos de crisis social y económica, la promoción de vínculos comunitarios, como la labor de expertos capaces de mejorar las condiciones de una comunidad.