Pergamino de Honor al Dr. Plácido Morales Vázquez

La Fundación General Ángel Albino Corzo Castillejo, tiene una intensa labor que ha beneficiado al colectivo chiapaneco a través de numerosos libros que ha publicado, entre ellos está La batalla del 21 de octubre de 1863 y tres tomos sobre la vida y obra del general Corzo, publicados por el Coneculta-Chiapas.

Es un ejercicio de trabajo que se efectúa desde la sociedad civil y que ha retomado sucesos importantes de Chiapas, como lo es el movimiento armado denominado “Mapaches”, la batalla del imperialismo francés en Chiapas suscitada el 21 de octubre de 1863 en Chiapa de Corzo y, el reconocimiento de uno de los actores de mayor relevancia del periodo de la reforma en Chiapas, quien en su momento se denominó Benemérito del sur de México, y se trata precisamente de don Ángel Albino Corzo (1816-1897), quien nació en la ciudad de Chiapa la antigua (hoy Chiapa de Corzo) en el sureño estado de Chiapas, México. Como liberal que era, participó en la instauración del primer Congreso Constituyente; promulgó las Leyes de Reforma; juró la Constitución de 1857; reorganizó las finanzas y el reglamento del Registro Civil y expropió los bienes de la Iglesia. Fue presidente municipal de su pueblo natal y tesorero general del Estado. Después llega a la gubernatura del estado en el año 1855, desde donde dirige, por su filiación liberal, la implementación de las Leyes de Reforma contenidas en la Constitución de 1857. Se desempeñó como gobernador Interino en 1855 y como Gobernador Constitucional de 1856 a 1860. Durante los años 1860 a 1863 encabeza personalmente la lucha armada contra las fuerzas conservadoras en varias batallas efectuadas en Chiapas, Tabasco y Oaxaca. También organiza a las tropas chiapanecas que combatieron al invasor francés. Por su defensa de la integridad de Chiapas y de la causa liberal es nombrado por los gobiernos de Tabasco y Chiapas como Benemérito del Sur. En 1861, el Congreso local lo declaró Benemérito del Estado de Chiapas.

En un afán de planificar labores de largo alcance, la Fundación ha diseñado un proyecto que culminará en el 2024, celebrando los 500 años de la presencia hispana en la actual Chiapa de Corzo (1524), y los 200 años de la Federación de Chiapas a México (1824), labor ardua que será desarrollado por altos especialistas.

El pasado 17 de agosto, en la Casa Museo Ángel Albino Corzo (Chiapa de Corzo), se entregó la primera presea Pergamino de Honor General Ángel Albino Corzo al Dr. Plácido Morales Vázquez, por su labor como académico universitario y por su participación dinámica como especialista en los procesos culturales e históricos del periodo de la Reforma en Chiapas y como miembro fundador del Comité Conmemorativo del Bicentenario del Natalicio del Benemérito del Sur de México (1816-2016)

El galardonado es originario de Ocozocoautla de Espinosa, licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y con estudios de posgrado en Desarrollo Regional, en Berlín, Alemania, becado por la Fundación Alemana para el Desarrollo Internacional.

Fue profesor de Teoría general del Estado y de Teoría política en la Facultad de Derecho de la UNAM, de esta última materia es profesor titular por oposición, también ha sido catedrático en la Universidad Lasalle y en la Facultad de Derecho de la Unach.

En su trayectoria profesional resalta su desempeño en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Ha fungido como director del Consejo para la Atención de la Juventud en la Delegación Venustiano Carranza; Subdelegado de Participación Ciudadana en la Delegación Azcapotzalco del Gobierno de la Ciudad de México.

En la Secretaría de Gobernación ocupó el cargo de director de Concertación Política; fue delegado federal de la Sedesol en Zacatecas.

En Chiapas fue director del Trabajo y Previsión Social en el gobierno del doctor Manuel Velasco Suárez; en la administración de Jorge de la Vega Domínguez fue delegado regional de la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra; fue presidente municipal de Ocozocoautla; representante del Gobierno de Chiapas en la Ciudad de México y secretario de Pesca y Acuacultura, y fue coordinador General de Gabinete en la presente administración gubernamental.

Fragmento de su discurso recepcional La Ley y La Reforma, fue: “Se afirma que el nacimiento de la nación mexicana se dio en 1910 al estallar el Movimiento de Independencia, esta afirmación excluye el principal elemento del proceso histórico: al pueblo mexicano, no son sólo tres etapas la historia de México, si a los dos siglos del México independiente anteponemos los tres de la llamada colonia en los que se fundieron la raza española con la indígena para hacer un pueblo, el que con los ingredientes culturales hizo a la nación, La Colonia es la etapa fundacional de la Nación Mexicana.

”Cuál es entonces la fecha del nacimiento de la Nación Mexicana, el 15 de Septiembre, con el grito de Dolores o el 27 de este mes pero de 1821 cuando se consuma La Independencia, o es el 13 de agosto de 1521 fecha de la caída de la gran Tenochtitlan, fecha en la que alegóricamente se derrumba el mundo indígena para reconstruir de entre sus ruinas a la nación mestiza que somos.

”La formación de Nación Mexicana fue un lento proceso que se prolongó en los claroscuros de la Colonia, nada fácil mezclar las razas, una de 80 pueblos y la otra, la dominadora hecha también de otros mestizajes: españoles de varias sangres castellana, árabe, judía y reminiscencias romanas, un habla que tuvo que absorber las 80 lenguas aborígenes y una religión impuesta a sangre y fuego: la fe católica. Así se hizo la amalgama que somos, los mexicanos.

”Así emergió la nación que somos, 3 siglos de dominación ante la resistencia de quienes vieron derrumbarse sus teocallis, para que los adoratorios quedaran en la conciencia, 3 siglos de posesión de las mujeres indias para proliferar la nueva raza, para destruir un modo de ser para reconstruir sobre ese ser otro modo de ser, el ser nacional.

”Aunque en esos tres siglos, pareciera sólo haber reinado la penumbra y por etapas la obscuridad, no fue así en los colegios, en los seminarios y en los monasterios, silenciosamente fue gestándose bajo la dirección espiritual de los sacerdotes la conciencia popular, el latín, el griego y las humanidades clásicas fueron la sabia que mantuvo la enseñanza y la reproducción cultural, alcanzando su cenit con Sor Juana Inés de la Cruz y Juan Ruiz de Alarcón en las letras y con Alzate en las ciencias naturales, pero en las amuralladas enseñanzas de los colegios y los seminarios penetró la luz, las ideas del liberalismo que furtivamente viajaron de Europa y remataron en el Colegio de San Nicolás, en donde Hidalgo era el rector, de allí se trasmitieron a toda una generación de curas, quienes entendieron la coyuntura histórica, dada en Europa y en donde iluminados por el liberalismo ensayaban nuevas instituciones políticas, y que en la nueva España podrían fincar una nación independiente del exterior, que viviera bajo el ideal democrático en el interior, partiendo del principio: que la soberanía reside esencial y originariamente en el pueblo, ese pueblo que aspira a vivir en libertad y que sólo se puede restringir esa libertad individual ante los derechos de los demás.

”Así llegó la hora del fin de la colonia, el movimiento de independencia desde su inicio con Hidalgo, pasando por el intento de consolidación jurídica con la Constitución de Apatzingán que promovió Morelos, hasta la consumación de la independencia de España, auspiciada por los antiguos realistas en la persona de Agustín de Iturbide, hecho del que emerge la nación independiente y tiene su acta de nacimiento, como una república federal en la constitución de 1824.

”Pero las instituciones liberales que desembocaron en la República Federal de 1924, -año en que nosotros, los chiapanecos suscribimos el pacto federal-. No fue suficiente para armonizar la vida política nacional, rompimos con la España peninsular, pero el colonialismo interno permaneció intacto, las congregaciones religiosas mantenían la propiedad territorial y el alto clero las finanzas privadas y lo más retardatario: la tiranía espiritual en la enseñanza: desde la educación primaria hasta la universidad, cuya Real y Pontificia Universidad de México reciclaba conocimientos de memoria como se hacía desde los tiempos de la España Medieval, una ruptura del colonialismo interno era una necesidad histórica y eso fue la Reforma.

”La Reforma es la concatenación de muchos acontecimientos, previos y posteriores a la Constitución del 57, diversas leyes antecedieron a esa suprema ley, pero la Reforma fue más que todo un ideario que pretendió liberar la conciencia para hacer mexicanos libres y para ello era necesario destruir la dictadura del clero, desmantelando su base económica y suprimiendo la tiranía sobre las conciencias, amedrentadas con las anatemas desde los púlpitos de todos los pueblos de México.

”Ese ideario iluminó a toda una generación, que podemos dividirla en dos pléyades de idealistas: los pensadores que integraron al constituyente del 56-57, entre ellos Miguel Lerdo de Tejada, Francisco Zarco, León Guzmán, Ignacio Ramírez, y Melchor Ocampo. Y los caudillos militares que en la guerra de los tres años, después en la Intervención Francesa y posteriormente en la lucha contra el Imperio: formaron ejércitos, aprendieron sobre la marcha el arte de la guerra, vivieron y sufrieron junto a otros patriotas la vida de las batallas y la muerte en ellas, recordamos: Jesús González Ortega, Ignacio Zaragoza, Mariano Escobedo, Porfirio Díaz, Santos Degollado, Leandro Valle y los caudillos regionales: Ramón Corona en occidente, Francisco García Salinas en el centro-norte y Ángel Albino Corzo en el sureste. A ellos sumamos otros patriotas y al pueblo anónimo y abnegado que sufrieron en más de una

década los sacrificios, para hacer posible ese ideal que fue la Reforma.

”Esa larga y heroica etapa que arrancó con la Promulgación de la Constitución del 57, y concluyó en una de las páginas más conmovedoras de nuestra historia patria; el 15 de Julio el 1867 cuando el presidente Benito Juárez -síntesis de todas las virtudes del patriotismo-, izó la bandera nacional en el Zócalo de la Ciudad de México, imagen y símbolo perenne de la república restaurada. Cierre de una época, fin de la reyerta del siglo, de la eterna confrontación entre conservadores y liberales, choque entre dos proyectos de nación. Se hundía el último reducto de la colonia y nacía la República Liberal, plena, se cortaban de tajo todas las ataduras con los dogmas y prejuicios y se alzaba la libertad de conciencia, fue la victoria de la República Liberal, que aquí en Chiapas hizo posible junto a otros liberales el benemérito Ángel Albino Corzo (…)”.