Armando Duvalier, poeta vigente

Armando Duvalier (1920-1989), fue un poeta y promotor cultural que fincó su vida para el crecimiento intelectual y artístico de Chiapas, esto se traduce en distintas labores que realizó para cumplir este cometido: con la docencia tanto en cursos formales en las distintas instituciones donde laboró, así como la charla informal, y en un trabajo intenso de rescate y salvaguarda del patrimonio cultural y arti´stico en el estado Chiapas, esto sin mencionar las distintas actividades que hizo dentro del territorio mexicano como en Zacatecas y en la Ciudad de México.

Diversos son los legados que Duvalier nos otorgo´. Esta´ por ejemplo el Museo de la Laca en Chiapa de Corzo: ese a´nimo de conservacio´n es similar al que realizo´ Carlos Pellicer en Tabasco o el de Diego Rivera y Frida Kalho, entre otros intelectuales de la época.

De gran importancia resultó la labor de Armando en el museo de Chiapa de Corzo, pues con ello aportó a la preservación de una tradición prehispánica que ha perdurado en el ánimo de los chiapacorceños, además el símbolo de la Laca es reiterativo en la obra poética de Duvalier, esencialmente en los poemas de corte oriental, es decir: el Hai-kú, ejemplo de ello son algunos poemas que aparecen en “Tibor. Hai-kais”, libro publicado en 1943, y notoriamente, en “Mariposas de Laca. Tankas y hai-kais”, que apareció en 1958 bajo la dirección editorial del Bloque de Obreros y que está bellamente ilustrado por grabados de Adolfo Mexquiac, dando como resultado uno de los libros más bellos de esa época, tanto en contenido como en manufactura.

Su labor como catedrático se traduce en un gran número de personas que hasta el día de hoy lo recuerdan como un enorme promotor de la lectura y un gran pedagogo de la literatura e historia. Su recorrido académico abarca desde el Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas, Normal, Superior de Chiapas y Zacatecas, la facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), cuya la biblioteca, a manera de homenaje lleva el nombre de Armando Duvalier, e incluso en la considerada máxima casa de estudios de México: la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde impartió algunos cursos y cátedras de Literatura del Siglo de Oro en España, del cual era un profundo conocedor.

En consecuencia, el eje y centro de su vida es su cultura nativa, por ello el fondo y la forma de su discurso son combinados sin competencia. Asi´ las formas literarias novedosas a las que recurrio´ en la resolucio´n de su obra poe´tica, narrativa y ensayi´stica, se complementaron tema´ticamente por el imaginario social constituido por personajes, paisajes, tradiciones, leyendas y mitos de la regio´n cultural, y esta peculiaridad incidira´ en la construccio´n de la identidad del chiapaneco.

Armando Duvalier, como se dijo era un profundo conocedor de la literatura del Siglo de Oro español, esto lo llevó a la creación de una forma poética que llamó Retornela y una más que llamó Romancela, que como la raíz indica, tiene su origen en el romance, se ha dicho también que incursionó en el Hai-Kú y en los Tankas, y también, bajo la influencia del poeta cubano Nicolás Guillén, Duvalier abrevó de la poesía negra, de la cual realizó estudios tanto poéticos como etnográficos que, desafortunadamente han desaparecido, pero cada una de su propuestas poéticas estaban cargadas de la reivindicación de su cultura nativa.

Por ello no resulta extraño que su obra esté plagada tanto de elementos endógenos como exógenos, siempre con una intención vanguardista que lo llevó a concretar una forma de creación poética que denominó como Alquimismo, que apareció en 1960 con la publicación de “Tribulaciones por un jóven dinosauro” y que en el 2014, en el centenario de su nacimiento, resurgió con la publicación de “Un ángel amansando sus teléfonos”, poemario que durante más de 40 años había permanecido inédito y que gracias a los hijos de Armando: Agustín y Antonio Duvalier, así como de doña Carmen Haro de Duvalier (qepd), pudo ver luz de publicación.

Desde la primera conversacio´n que tuve con Armando Duvalier en 1985, se anclo´ una amistad determinada por la poesi´a, y que au´n esta´ presente; por ello mi trabajo de investigación de su vida y obra esta´ dictado por la admiracio´n y carin~o que le tengo.