“Yo le hice el amor a mi mujer antes de casarnos”. Eso le confió un tipo a su mejor amigo. “Yo también -replicó éste-. Pero no sabía que se iba a casar contigo”. Aquel sujeto tenía un tic nervioso que lo hacía guiñar constantemente el ojo izquierdo. Cierto día, en un restorán, fue al baño a tramitar una necesidad menor. Al hacerlo advirtió que el hombre que estaba al lado, un señor muy bajito de estatura, guiñaba también el ojo una y otra vez. Le preguntó, molesto: “¿Me está usted imitando?”. “No -respondió tímidamente el señorcito-. Me está usted salpicando”. Lord Feebledick regresó a su finca rural después de la cacería de la zorra y encontró a su mujer, lady Loosebloomers en trance de consorcio adulterino con Wellh Ung, el toroso mancebo encargado de la cría de los faisanes. El lord llamó a su mayordomo James y le ordenó que le dijera a lady Loosebloomers: “¡Cortesana impúdica! ¡Desvergonzada mesalina!”. El fiel servidor cumplió la orden, hizo una reverencia y salió del cuarto. Al oírse llamar así milady le reclamó a su marido: “¡Cómo eres injusto, Feebledick! Tú te sentaste ayer sobre mi abanico y lo rompiste, y yo no te dije nada”. Aplaudo, y con las dos manos para mayor efecto, la decisión del Presidente López Obrador de clausurar el penal de las Islas Marías y convertirlo en un sitio destinado a la investigación ecológica, el turismo cultural y las artes. Esa prisión fue tristemente célebre. Acerca de ella se escribieron novelas y se hicieron películas. Tuvo vigencia en tiempos del conflicto cristero, pues muchos católicos fueron enviados a ese temido reclusorio, entre ellos la famosa Madre Conchita. Un queridísimo saltillense, don Felipe Brondo, hombre íntegro y de elevados ideales, fue recluido ahí por causa de su fe. Ahora ese lugar, que en un tiempo fue de horrores, tristeza y sufrimiento, se convertirá por acertada decisión de AMLO en un centro turístico y cultural que de seguro atraerá muchos visitantes. Espero ser uno de ellos. Aquella linda chica fue al departamento de cosméticos de una tienda y vio un perfume de sugestivo nombre: “Alakama”. Costaba 3 mil pesos. Le preguntó a la encargada: “¿Es bueno este perfume?”. “Buenísimo -aseguró la mujer-. Sus resultados están garantizados”. Lo compró la muchacha. Al día siguiente volvió a pasar por ahí y vio el mismo perfume, sólo que ahora lo ofrecían a mil pesos. Fue con la dependienta y le dijo: “Abusaron de mí”. Replicó, orgullosa, la mujer: “Funciona el perfumito ¿no?”. Don Martiriano, el sufrido esposo de doña Jodoncia, coincidió en el elevador con su vecino. Le dijo éste: “No se le ve muy bien, don Marti. ¿Qué le pasa?”. Respondió él: “Tengo una jaqueca terrible”. Poco después, preocupado, el vecino envió a su hijo a preguntarle a don Martiriano cómo estaba su dolor de cabeza. Regresó el chico: “Me dijo que está bien; que salió de compras”. El nuevo párroco amonestó a uno de sus feligreses, rijoso tipo que constantemente se metía en pleitos. Le indicó: “Debes amar a tus enemigos”. “Qué bueno que me lo dice, padrecito -se alegró el sujeto-. El anterior cura siempre me decía que mis peores enemigos son el vino y las mujeres”. Un muchacho en edad de cumplir su servicio militar fue llamado a filas por el Ejército. El médico encargado de examinar a los reclutas le pidió una muestra de orina, y el muchacho llevó una donde puso la suya propia y además aportaciones de su mamá, su papá, su hermana y la perrita de su casa. Por mensajería recibió el resultado del análisis: “Tu mamá está menopáusica; tu papá está artrítico; tu hermana está embarazada; tu perrita está en celo y tú estás en el Ejército”. FIN.

Mirador

Por Armando FUENTES AGUIRRE.

Febrero es el mes más corto en días y el más largo quizás en dichos y refranes.

“Febrero loco, y marzo otro poco”.

“Febrero, mes del casero”.

“Enero y febrero, desviejadero”.

“Febrero, día malo y día bueno”.

“Febrero, hoy el hielo, mañana el fuego”.

“Febrero, siete capas y un sombrero”.

“28 días tiene febrero. Si más tuviera no quedara gato ni perro”.

“Febrerillo loco, que no tiene palabra ni juicio tampoco”.

Este febrero ha sido más febrero que otros. Quiero decir que sus veleidades y caprichos han sido más y mayores que los de otros años. Salimos por la mañana con chaqueta y bufanda, y una hora después nos estamos asando de calor. Al rato sopla un aire que congela y luego llega un vientecillo tibio.

¡Cuánta razón tiene el pueblo! No el de los políticos, sino el verdadero pueblo, el que hace las palabras e inventa los refranes.

Oigan éste:

“Febrero y las mujeres, mil pareceres”.

¡Hasta mañana!...

Manganitas

Por AFA.

“. Estados Unidos ha mejorado mucho en futbol soccer.”.

Sobre esto seré sincero.

Tienen un entrenador

Que en el mundo es el mejor.

Se llama Mister Dinero.