Don Astasio, cornígero marido, reprendió con severidad a su mujer: “Hace un mes te sorprendí en brazos de un amigo mío del club. Hace dos semanas te encontré cometiendo adulterio con un amigo mío del café. La semana pasada te hallé refocilándote con un amigo mío del casino. Y ahora estás yogando con un amigo mío de la oficina. ¿Qué no puedes buscarte tus propias amistades?”. El reverendo Rocko Fages, pastor de la Iglesia de la Segunda Venida (no confundir con la Iglesia de la Segunda Avenida, que permite a sus fieles el adulterio a condición de que no sea tan frecuente), pronunció aquel domingo un sermón acerca del Diluvio. Dijo: “Tomó Noé a su esposa.”. En eso se le confundieron sus notas, y leyó lo relativo al arca: “Medía 300 codos de longitud; 50 de anchura y 30 de altura”. Se interrumpió, confuso, y añadió en seguida: “Hermanos: si el Señor no nos hubiera bendecido con el don precioso de la fe nos resultaría difícil creer algunas de las cosas que leemos en el sagrado libro”. Himenia Camafría, madura señorita soltera, le comentó a su amiga Celiberia: “Estoy harta de esas llamadas obscenas. Seis o siete cada día. No puedo más”. Celiberia se alarmó: “¿Estás recibiendo llamadas obscenas?”. Replicó la señorita Himenia: “No las estoy recibiendo. Las estoy haciendo”. Los números, lo mismo que los hechos, son muy tercos, y no es posible discutir con ellos. Las cifras que arrojó -¡y con qué fuerza!- la encuesta que Reforma hizo en Coahuila son más duras y contundentes que una piedra. El 61 por ciento de los encuestados reprueba la actuación del gobernador Rubén Moreira; seis de cada 10 opinan que el Estado va por mal camino, y más de la mitad consideran que en Coahuila se vive con miedo y con enojo. Los resultados de esa muestra reflejan con claridad la decadencia del llamado moreirato y evidencian el riesgo que afronta el PRI de perder la elección de gobernador. El mayor problema que tiene Miguel Riquelme, el candidato priista, es el propio Moreira. Sin embargo no puede ahora deslindarse de él. Ciertamente el delfín ha dado señas de querer salir del delfinario, pero las circunstancias no se lo permiten. Es seguro, sin embargo, que de ganar la elección su primera acción sería romper del todo con su interesado promotor para tomar su propio rumbo. Y el que menos se lo podría reprochar sería Moreira, pues él mismo dio la espalda a quien lo llevó al poder. Hoy por hoy, de cara a la elección de junio, la encuesta de Reforma indica que los candidatos del PAN y el PRI están en situación de empate. Me atrevo a aventurar un vaticinio: si la gente sale a votar ganará el panista. Si se registra el mismo abstencionismo que en otras elecciones se ha observado será el priista quien se alce con el triunfo, pues se impondrán la maquinaria y la estructura del partido en el poder. Pero en cualquiera de los casos se puede asegurar que el cacicazgo instaurado por el actual gobernador ha llegado a su fin. Ya lo veremos. La joven esposa comentó: “Mi marido y yo nos casamos a pesar de que éramos totalmente diferentes: yo estaba embarazada y él no”. Una linda chica le dijo a Babalucas: “Te voy a anotar mi teléfono. Mira: es el 11 111 1111 1111”. Vio la anotación el badulaque y preguntó: “¿Es teléfono o peine?”. El gerente del club nudista no admitió a un solicitante. Le indicó: “Es usted demasiado bajo de estatura”. Alegó el otro: “Me parece injusto que me niegue la inscripción sólo por ser corto de estatura. Eso es una forma de discriminación”. “Quizá lo sea -replicó el gerente-, pero este es un club nudista, y no quiero que vaya usted a andar metiendo las narices en los asuntos de los demás”. FIN.

Mirador

-Este era un gato con los pies de trapo y los ojos al revés. ¿Quieres que te lo cuente otra vez?

Y el pequeñito en el regazo de su padre:

-Sí.

-Este era un gato con los pies de trapo y los ojos al revés. ¿Quieres que te lo cuente otra vez?

Y el pequeñito en el regazo de su abuelo:

-Sí.

-Este era un gato con los pies de trapo y los ojos al revés. ¿Quieres que te lo cuente otra vez?

-Sí.

Y el pequeñito en el regazo de Dios:

-Sí.

-Este era un gato.

¡Hasta mañana!...

Manganitas

“. Otro gobernador ladrón.”.

“Me va cansando la idea

-dijo un taimado señor-.

Enséñame por favor

alguno que no lo sea”.