El doctor Ken Hosanna le comentó a un colega: “Estoy muy sorprendido. Hoy por la mañana operé a una chica, y antes de la intervención me preguntó cuánto tiempo después de la operación podría reanudar su actividad sexual”. Dijo el colega: “¿Y por qué te sorprendió eso? Es una pregunta perfectamente normal”. Precisó el doctor Hosanna: “Es que la operé de las amígdalas”. Pepito tenía como mascota un ratoncito blanco. Una mañana el chiquillo rompió a llorar desconsoladamente. Acudió su mamá, y el niño le dijo entre sollozos: “¡Mi ratoncito se murió!”. Así diciendo se echó en brazos de su madre hecho un mar de lágrimas. “No llores, pequeño -lo consoló con ternura la señora-. Mira: te voy a llevar al centro comercial. Ahí comeremos pizza, y de postre un helado triple. En seguida te llevaré a la tienda de juguetes, y podrás escoger el que te guste más. Luego iremos al cine donde exhiben esa película que tantas ganas tienes de ver. Ahí te compraré un hot dog, una caja grande de palomitas, un chocolate, dulces y un refresco. Pero ¡mira! ¡Tu ratoncito no estaba muerto! ¡Dormía solamente, y ha vuelto a despertar!”. Preguntó Pepito entre sus lágrimas: “¿Lo puedo matar, mami?”. Susiflor le contó a su amiga Rosibel: “Por fin conocí a un muchacho dulce, tierno, sensible, detallista y cariñoso. Desgraciadamente él ya tenía novio”. El panorama político del país se mira tan confuso, revuelto y enredado que es difícil determinar si algo de lo que sucede es para bien o para mal. Por eso no sé si esto que voy a decir sea para mal o para bien. Tengo la impresión de que el PRI se va fortaleciendo al tiempo que sus principales opositores, Morena y el PAN, se debilitan por sus pugnas internas y sus divisiones. Mientras el prigobierno avanza con paso firme hacia el 2018, la figura de López Obrador pierde terreno, siquiera sea paulatinamente, y el PAN enfrenta una grave crisis tanto de unidad como de identidad que lo hará llegar en posición difícil a la elección presidencial. De cara a ese evento el PRI se ha reformado para contrarrestar su descrédito y el desprestigio del régimen actual con la eventual postulación de un candidato que no lleve tan profundamente impreso el sello gobiernista ni priista. Tal medida es un acierto que junto con la fragmentación del voto y la debilidad que la oposición está mostrando puede llevar al partido oficial a mantenerse en el poder. ¿Será eso para bien o para mal? Estaría por verse. Don Ancilio, señor de edad madura, era fans -así decía él: fans- de doña Ludivina Malatesta, escritora de gran mérito. Su devoción por ella era tan grande que sintió la muerte de la autora como si fuera parte de su familia más cercana. Cierto día la esposa de don Ancilio sufrió un colapso que la dejó privada de sentido. Los médicos del hospital no podían sacarla de aquel estado comatoso. A uno de ellos se le ocurrió una acción desesperada. Le preguntó a don Ancilio: “Usted y su señora ¿han practicado el sexo oral?”. “Sí, doctor -respondió el añoso caballero-. Con frecuencia hablábamos de él”. “No se trata de eso” -sonrió el médico. Y procedió a explicarle de lo que se trataba. Le dijo: “Quizá si le practica a su esposa ese ejercicio la inusitada sensación hará que la señora recobre los sentidos”. El señor llevó a cabo aquella extraña prescripción, y tal como había previsto el facultativo la paciente abrió los ojos al sentir lo que nunca había sentido. Vio aquello don Ancilio y se echó a llorar lleno de aflicción. “¿Por qué llora usted? -se asombró el galeno-. Su esposa ha vuelto a la vida”. “Sí, doctor -reconoció el añoso caballero-. Pero lloro al pensar que con el mismo tratamiento habría podido resucitar a doña Ludivina Malatesta”. FIN.

Mirador

Por Armando FUENTES AGUIRRE.

Estoy en mi casa de la ciudad.

Tengo mi tele.

Mi estéreo.

Mi tablet.

Mi celular...

Y extraño mi casa en el campo, donde no hay todas esas cosas.

Extraño las largas pláticas en la cocina ante la taza café o de aromado yerbanís.

Extraño mis paseos por la vereda que lleva a la montaña.

Extraño la visión de los árboles y de los animales.

Ahora estoy en mi casa en el campo.

Disfruto las pláticas en la cocina; los paseos por la vereda; la visión de los animales y los árboles.

Entonces extraño mi casa en la ciudad.

Extraño mi tele, mi estéreo, mi tablet y mi celular.

¡Hasta mañana!...

Manganitas

Por AFA

“.Crece el narcomenudeo en la CDMX.”.

Ese narcomenudeo,

según se el tráfico está,

rápidamente ya va

siendo narcomayoreo.