La Muralla Trump

Puritanos al día

El anaranjado Trump sólo le teme a los chinos; a los rusos los admira y no puede ocultarlo y desprecia a la mayor parte de las naciones, incluyendo su actual aliada, Alemania, a cuya canciller, Ángela Merkel, dejó con la mano extendida durante la visita de la nueva dama de hierro a la Casa Blanca, si bien no fue precisamente por creer que está inaugurándose el Cuarto Reich con ella sino acaso por sus inclinaciones misóginas y su proverbial altanería contraria a los protocolos diplomáticos. Me alegra no tener que tratar con él, reto que le espera al próximo presidente.

El “pato” Donald Trump, rey del zoo de Nueva York, considerándose infalible –como el Papa- y lo suficientemente poderoso para mirar sobre el hombro –acaso por su altura pero, sobre todo, por la pedantería que es signo de ignorancia y de traumas enraizados en la cultura del oro heredado-, a cualquier otro mandatario, no se diga a enrique peña cuyo estatus internacional está casi tan bajo como la pobre aprobación de uno de cada diez mexicanos, la más baja de la historia bajo el supuesto de que sus predecesores inflaran las cifras sobre las simpatías generales –por ejemplo en los casos de zedillo y fox-, incapaz de sostener un telefonema injurioso, incluso estridente, como una afrenta más a una nación cuyo ejercicio soberano depende de sus condiciones de satélite sin controles propios.

De lo anterior se desprende si las relaciones bilaterales están congeladas o en trance de entrar a este cauce antes de los comicios federales de julio primero –no junio como equivocadamente sostienen los analistas poco informados hasta en semanarios prestigiados-, en donde es de esperar una alternancia con el fondo que, a la larga, imponga el vencedor sobre los veneros de un Instituto Nacional Electoral que genera serias dudas entre los aspirantes a posiciones federales e incluso estatales en las que sólo debiera aconsejar... pero manda.

Si los priistas, encabezados por el “iraní” Enrique Ochoa Reza, solicitaron con vehemencia al gobierno estadounidense para que “avalara” nuestro proceso electoral, la llamada incendiaria cierra puertas y deja las cosas en punto muerto -¡qué bueno!-, aunque ya se hable en los corillos del INE de posibles hackeos –como los de los rusos en Estados Unidos-, y de la capacidad del instituto por repelerlos con “alta tecnología”; ya los veremos, en julio, dentro de menos de cuatro meses, pretextar cualquier alegato para justificar los excesos.

Mientras Trump le grita a peña –si no fue así es obligado dar a conocer los términos de la agreste comunicación, sobre todo por la prepotencia con la que se realizó en torno a los caprichos del execrable residente principal de la Casa Blanca, la de Washington-, los mexicanos permanecemos en la incertidumbre ante los vaivenes de cada uno de los aspirantes a la Primera Magistratura, amén de las candidaturas a gobernadores –en Chiapas se raya en el escándalo-, y la cada vez menos sumisa conducta de los mandatarios estatales que rechazan al centralismo peñista, los de Chihuahua, Tlaxcala y Zacatecas, en primer plano.

Desde la llamada que acabó cancelando la presunta reunión peña-Trump, estamos más a expensas del colapso, no sólo electoral y político sino igualmente económico y social.

La Anécdota

El affaire de Bill Clinton con la célebre becaria, Monica Lewinsky, culminó con una felación en el salón de mapas, mientras el entonces mandatario mexicano, ernesto zedillo, con toda su inmensa vanidad intelectual y no política, aguardaba minutos eternos en la oficina oval mientras su anfitrión terminaba con el jugoso orgasmo luego de introducir un habano en la precoz chica que logró la celebridad de la manera más vergonzosa.

Si tal pasó en el centro del poder estadounidense, acaso mundial junto al Kremlin y la plaza de Tiananmén, en China, ¿por qué se rompen las vestiduras los puritanos rompe-vestiduras cuando se exhibe la vida privada de los funcionarios o candidatos públicos? Si tanto les molesta las intromisiones, en una nación en donde la intimidad sirve de guaridas para los arreglos más perversos, que sencillamente salgan del redondel de la política en el cual los “cuernos” y los “cueros” están a la orden del día.

loretdemola.rafael@yahoo.com