Niños Violentos

¿Y el Cardenal?

Cuando un gobierno, en cualquier latitud, le arrebata la infancia a sus niños ha fracasado definitivamente porque cancela toda posibilidad de evolución positiva para postrar a los pequeños, y a la vez más indefensos sobre todo porque la mayoría sobrevive en una pobreza atroz, e incluso incorporados a los círculos de la violencia. Un chico sicario me dijo alguna vez:

--A mí me entancan o me entumban... pero mientras me la paso a todo dar manejando los mejores coches y teniendo a las mejores viejas.

Tenía doce años y la adultez le había llegado saltando la adolescencia al fragor de las batallas clandestinas y brutales. No sabía jugar porque jamás lo había hecho responsabilizándose de su familia, abandonada por el padre y con una madre enferma, con una pila interminable de hermanitos. Hasta que llegaron por él y lo hicieron miembro del cártel de Juárez. Dio gracias a Dios durante muchos días porque sabía con ello que los suyos podrían salir del horror de la miseria y su mundo infectado por las ladrilleras instaladas del otro lado de la frontera de Texas con Chihuahua. Cualquiera se estremece ante la visión de este flagelo que continúa.

Ahora, en Chilapa, Guerrero, se recluta a niñas y niños para convertirlos en autodefensas al servicio de matones con pieles de oveja –no hablo de otras organizaciones que, de verdad, velan por sus comunidades-, quienes acosan a la población y extienden el terror por toda la región so pretexto de combatir a los cárteles con enorme potencial de fuego y una ambición sin límites; pareciera que cada uno de esos grupos quiere meterle la mano a la pobreza hasta la inopia. Y muchos caen en el garlito.

Por desgracia, los tantos dimes y diretes acerca de los abusos de las fuerzas armadas, obviamente los brazos ejecutores del gobierno, han sido documentados y se repiten cada día en medio de un silencio atroz. No han servido siquiera para frenar los sabotajes a los ductos de PEMEX vulnerados por los llamados huachicoleros, la primera batalla emprendida por la Cuarta Transformación, y siguen apareciendo otros, con los consiguientes sabotajes, hasta en el cementerio de Azcapotzalco.

Si los niños comienzan a ser armados, ya no con rifles de palo como en principio usaron las comparsas del EZLN al mando de Marcos –hoy Galeano si es el mismo-, ¿cuál porvenir nos aguarda a los mexicanos? ¿Un futuro de intermitente guerra civil que no comenzó con la actual administración pero sí se ha ido agravando gradualmente? ¿Un presente desolador que merme la economía –como desea el “anaranjado” señor Trump-, y nos haga susceptibles de una invasión comercial a la par con la militar propuesta para Venezuela? Recuérdese que el deterioro de este país comenzó con el desabasto y la hambruna, debilitando al cuadro gobernante hasta su desprestigio global con algunas excepciones.

Dejen jugar a los niños... ¡pero no a la guerra!

La Anécdota

¿Siguen siendo las jerarquías eclesiásticas intocables? Ya se encuentran en prisión Miss Mónica García Villegas, directora del colapsado Colegio Rébsamen en donde murieron 26 seres humanos, en su mayoría niños, pero poco se dice sobre los nexos de ésta con el Cardenal Norberto Rivera Carrera, cuyas escoltas sufrieron recientemente un atentado dentro de la casa del prelado, quien mantenía algunas de sus pertenencias más valiosas sobre las aulas donde estudiaban los más pequeños.

Y a todas éstas, ¿cuándo se procede contra los arquitectos fallidos, responsables de las obras devastadas por los terremotos? ¿Quién los sigue protegiendo dentro de la crecida e intocable aristocracia mexicana?

loretdemola.rafael@yahoo.com