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Acaba de publicarse el Proyecto General de Pastoral (PGP), que durante varios meses elaboramos en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), con la ayuda de muchas personas e instituciones del país, como una preparación a los 500 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe (1531-2031) y a los 2000 años de la Redención, la muerte de Jesucristo en la Cruz (33-2033). Se publicó el domingo en que celebramos la Ascensión del Señor a los cielos, como un signo de que los hijos de la Virgen María y discípulos de Jesús debemos empeñarnos en construir aquí un adelanto del cielo nuevo y de la tierra nueva que esperamos. Además, estamos cerca de Pentecostés, la efusión del Espíritu, porque si no es con la ayuda del Espíritu Santo, en vano nos cansamos en las cosas del Reino de Dios. Todo tiene su simbolismo.

No es un Plan de Pastoral, sino un Proyecto General, con un propósito muy claro: describir las grandes realidades en que estamos inmersos, ofrecer criterios iluminadores a la luz del misterio de la Redención y del Hecho Guadalupano, e indicar actitudes fundamentales para ayudar a construir un nuevo país, siendo una Iglesia con un rostro renovado. Los planes concretos de pastoral deberán ser elaborados por las diversas instancias que tiene la Iglesia en México, como son las comisiones y dimensiones episcopales, las diócesis y congregaciones religiosas, los decanatos, las parroquias, los seminarios, las áreas y equipos pastorales, etc., adecuándolos a su realidad y teniendo en cuenta los propios procesos pastorales. Es un Proyecto que no se impone a las Iglesias locales, sino que se ofrece como un apoyo para ser una Iglesia en salida, samaritana, cercana al pueblo, pobre con los pobres, misionera, sinodal; en una palabra, más evangelizadora.

Este Proyecto nos lo sugirió el Papa Francisco en su visita a México, cuando, en la catedral metropolitana, nos dijo a los obispos que los graves problemas del país, sobre todo el narcotráfico, “no nos consienten a nosotros, Pastores de la Iglesia, refugiarnos en condenas gene´ricas, sino que exigen un coraje profe´tico y un serio y cualificado proyecto pastoral para contribuir, gradualmente, a entretejer aquella delicada red humana, sin la cual todos seri´amos desde el inicio derrotados por tal insidiosa amenaza”.

Pensar

Selecciono algunos párrafos de nuestro PGP, que tienen que ver con el momento electoral que estamos viviendo:

“Nuestra forma de gobierno ha ido avanzando lentamente. Una participación ciudadana cada vez más madura y organizada da señales de la toma de conciencia de que los asuntos públicos son responsabilidad de todos. Numerosos grupos sociales y ciudadanos se organizan cada vez mejor para expresar, manifestar y defender sus ideas en los más diversos campos, así como para exigir la rendición de cuentas y el respeto por sus derechos. Destacamos la importancia que en este nuevo escenario nacional adquiere la representación de un importante número de jóvenes que paulatinamente se han ido incorporando y van despertando en su participación ciudadana, utilizando de manera creativa las nuevas tecnologías en este campo. La democracia como forma de gobierno en nuestro país, aunque sea de manera formal, poco a poco se ha ido consolidando. Van quedando atrás las dudas y las controversias por los resultados. Se han fortalecido las instituciones en este campo, se han destinado cuantiosos recursos para dar credibilidad a las votaciones y se ha tratado de que sean los ciudadanos quienes estén al frente de estos procesos” (61).

“A pesar de que se han destinado grandes cantidades de dinero para consolidar nuestra democracia, siendo una de las más caras del mundo, no termina de afianzarse, dejando profundamente insatisfechos a muchos ciudadanos que se sienten desilusionados por esta forma de gobierno, sobre todo por los escándalos de corrupción, los salarios estratosféricos de políticos y funcionarios, la superficialidad de las plataformas de los partidos, la manipulación del voto que juega con la pobreza de la gente y los escasos resultados que se ofrecen para una vida mejor de los pueblos. Los políticos tendrán que recuperar la confianza de los ciudadanos y el verdadero sentido de la política, como esa búsqueda continua del bien común que nos lleva a construir sociedades justas y en paz. También los ciudadanos tendremos que saber que la democracia no termina emitiendo nuestro voto, sino que es necesario dar seguimiento a este proceso, exigir el cumplimiento de las promesas de campaña y pedir la rendición de cuentas de manera transparente, deber al que todo político está obligado” (62).

Actuar

Sugiero que todos conozcamos este Proyecto, lo asumamos y lo llevemos a la práctica, para que no se quede en un documento más. Es nuestra aportación al bien del país. De todos depende la renovación de la patria y de la Iglesia.

Obispo Emérito de SCLC