EU armas y balas; sus niños y jóvenes, los muertos

Solamente ocurre en Estados Unidos. La venta de armas a la población civil estadounidense, se ha incrementado de manera alarmante, cada vez que ha ocurrido una matanza con rifles de alto poder como el fusil de asalto AR-15, que en el Día del Amor y la Amistad, Nikolas Cruz, un ex alumno  de 19 años, utilizó al entrar a la Stoneman Douglas, de la comunidad de Parkland, Florida, para asesinar a 14 estudiantes y tres maestros.

El mismo tipo de arma usada por gente desquiciada en las principales masacres cometidas en la Unión Americana en los años recientes, como la de octubre de 2017, en Las Vegas Nevadas, durante un concierto de música, con saldo de 58 muertos, además de las 50 asesinatos y 53 heridos, en un club gay, en Orlando, Florida, el 12 de junio de 2016.

Pero esta vez la inmediata reacción de repudio de la comunidad estudiantil de adolescentes de familias acomodadas, encabezada por un grupo de sobrevivientes, del suburbio de Parkland, al armamentismo indiscriminado que impera en territorio estadounidense, conmovió la conciencia de toda la nación, hasta donde hizo llegar su mensaje de “#Never Again (Nunca Más)” y “Ahora es el momento de prohibir los fusiles ametralladoras”, para iniciar un movimiento por el control de armas en el país.

A 13 días de ocurrida la matanza, la primera respuesta solidaria a la exigencia de los jóvenes, la daría la importante cadena de 800 tiendas de artículos deportivos Dick´s Sporting Goods, una de las mayores vendedoras de armas en Estados Unidos, anunciaría su decisión de dejar de vender los fusiles de asalto, como tampoco permitirá la compra en sus tiendas a menores de 21 años, y cargadores de gran capacidad.

Se sumaría a esta decisión la cadena transnacional Walmart, argumentando que su nueva política de venta de armas de fuego, fue tomada luego de la masacre de hace dos semanas en Florida.

La determinación de ambas Corporaciones, reactiva de nuevo el debate sobre la reforma de la legislación que regula la venta y posesión de armas en el vecino país del norte, donde una semana antes, las aerolíneas United y Delta, la aseguradora Mtlife, la empresa Symantec, junto con las compañías de renta de autos Hertz, Avis y Enterprise, tomaron distancia de la Asociación Nacional del Rifle, después de ser criticadas por sus vínculos cercanos con esta organización patrocinada por la industria de la guerra, informando que ya no otorgarán descuento a ninguno de los cinco millones de afiliados de la ANR.

Suma al rechazo, en la que participa The Firts National Bank of Omaha, que dejará de emitir tarjetas de créditos con la marca de este grupo que representa a los propietarios de armas en la Unión Americana, el cual afirmaría que los anuncios de las Corporaciones son un castigo para sus afiliados y que representan un acto de cobardía cívica motivado por intereses políticos, adelantando que “estas marcas se verán reemplazadas con el tiempo, por otras que reconocen el patriotismo y que están comprometidas con las libertades constitucionales”..

A diferencia de hace cinco años cuando Dick´s también suspendió temporalmente la venta de fusiles de asalto, al suceder la tragedia de la escuela primaria de Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, en diciembre de 2012, con saldo de 20 niños asesinados y ocho adultos, esta vez, la medida será permanente, en tanto Walmart lo hizo en 2015, pero por la baja en la demanda de los rifles tipo militar.

Lo interesante en este momento, es que la Corporación Dick´s, se declara defensora de la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos que protege de manera indiscriminada, la venta, posesión y portación de armas, a todo ciudadano de cualquier parte del país, pero argumenta, después de lo acontecido en Parkland, el sistema actual no es efectivo a la hora de prevenir que individuos, como el autor de la masacre, compren armas para usar contra civiles indefensos.

Tal vez, pensando positivamente, que los dueños de esta importante cadena, tengan cargo de conciencia, pues Nikolas Cruz compró una pistola en Dick´s, en 2017, la cual utilizó al igual que la ametralladora AR-15, en contra de estudiantes y maestros en Florida.

Todo un drama el problema del armamentismo en todo el territorio estadounidense, en el que se han suscitado en lo que va del año cinco mil 778 incidentes con armas de fuego, con resultado de mil 800 muertos. Una cifra que se vuelve más impactante si se considera que de 2011 a la fecha, han fallecido más de 200 mil, por disparos de balas.       

Cifras que se reiteran, como el hecho de que el Congreso reconocería en 2012, que existían nueve armas por cada 10 ciudadanos. Estimación de la existencia de 310 millones de artefactos bélicos de todos calibres en hogares y calles, algo así como 11 millones menos que la población nacional de entonces.

Y no pasa nada en contra, para frenar las masacres, en un país belicoso, donde se estima que al menos la mitad de los más de 323 millones de habitantes en 2017, exige al gobierno de Donald Trump más control de las armas, confiados en que los cada vez más frecuentes baños de sangre, sirvan de catalizador para un cambio de actitud oficial.

Seguimiento de la violencia armada, que reporta que en ls primeras seis semanas de 2018, se han registrado 30 tiroteos múltiples, siendo el de la escuela secundaria de Parkland, el más sobresaliente de estos episodios interminables de atentados mortales.  

La realidad demuestra que las autoridades carecen de una información fidedigna acerca del número de armas en poder de civiles, que con frecuencia hacen alardes de su posesión y uso, como ocurre con los rancheros del sur de Texas, que las utilizan para salir de caza y disparar sobre indefensos mexicanos y centroamericanos que se atreven a cruzar ilegalmente la frontera territorial.

Mentalidad de gran beligerancia entre la población estadounidense, impulsada por la industria de la guerra, alentada y protegida por la Constitución que ampara el uso de las armas de fuego, que es defendida por los mismos congresistas patrocinados por estas Corporaciones de la muerte, bajo el argumento de que son necesarias para defenderse, que ha tomado mayor fuerza durante la administración del magnate inmobiliario y el Partido Republicano.

Luego de cada matanza, resurge la polémica entre la sociedad estadounidense que llega al nivel del Poder Legislativo, donde pronto decae por la presión que sobre sus integrantes ejercen los poderosos intereses de la industria de las armas, sobre todo republicanos, que tiene en la Asociación Nacional del Rifle a su principal aliado para echar abajo cualquier intento de frenar la comercialización de armas y municiones.

Sería en 2012, posterior a la masacre del centro escolar de Connecticut, cuando el entonces Presidente demócrata Barack Obama, propondría a los legisladores, extender el control de antecedentes penales y psicológicos de  los interesados en la adquisición de armamentos, considerando especialmente la prohibición de los rifles de asalto y limitación de balas, pero al no tener su partido la mayoría en el Congreso, su intento fracasaría.

Tampoco conmovería a los congresistas los atentados de 2016 en una discoteca de Orlando, además de la mayor matanza hasta ahora registrada en los Estados Unidos, en Las Vegas, donde un hombre abrió fuego de manera indiscriminada e impune, desde la ventana del hotel en que se hospedaba, en contra miles de asistentes a un concierto de grupos de música country.

Pareciera que después de lo ocurrido en Parkland, Florida, las reacciones se tornan distintas a todas las que le han antecedido, pues se ha dado la conjunción de los estudiantes sobrevivientes, sus padres y compañeros, para no dejar pasar por alto este enésimo acto de terrorismo que ha enlutado a casi una treintena de hogares.

Una nueva forma de presión espontánea hacia los políticos y el gobierno, que nace de una pequeña comunidad de Florida, seguramente más consciente de que este tipo de actos criminales no deben de continuar, por lo que ya han convocado a una manifestación de corte nacional el próximo 24 de marzo, en Washington, que entre los puntos principales de protesta se incluirá la Casa Blanca.

Una forma de rechazo que tiene nombre, al ser considerada como la “Marcha por nuestras vidas”, que ha encontrado hasta ahora respuesta muy favorable de participación entre los jóvenes de toda la Unión Americana, que replican los mensajes con los hashtag #Nunca más o ¿#Yo soy el próximo?

Actos de rebeldía que amenazan con cimbrar pacíficamente al mismo Presidente Donald Trump y a los inquilinos del edificio del Capitolio en la capital norteamericana, que se verán obligados a encontrar respuestas inteligentes a las justas demandas de los jóvenes, a los que se sumarán seguramente decenas de miles de adultos hartos de la barbarie.

Gritos y demandas de cambio en las redes sociales, representadas por Instagram, Twitter y Facebook, precisamente las mismas herramientas de comunicación que tanto éxito han concedido a la estrategia de golpeteo de Trump.

A diario el aumento de simpatizantes que se solidarían y participan con esta causa, que incluye al mismo ex Presidente Barack Obama o a personajes del mundo del espectáculo como el actor George Clooney y el productor y director Steven Spielberg, a la que se agregan donaciones de muchos millones de dólares fara el financiamiento del movimiento anti belicista al interior de los Estados Unidos.

Una especia de bola de nieve que a estas alturas es imparable y por lo mismo preocupa al gobierno y a sus legisladores republicanos, lo mismo que a las Corporaciones, que observan en esta movilización un riesgo negativo sin precedente para sus intereses, que podría motivar reformas constitucionales para el control de armas.

Algo así como una guerra de guerrillas urbanas, para la primera potencia

que en el exterior ha fracasado en todos sus intentos para contrarrestarlas, al surgir lo mismo en Vietnam, Iraq o más recientemente en Afganistán, como respuesta a sus excesos intervencionistas y belicosos.

Sentido práctico del nuevo movimiento disidente, que cuestiona la legislación y reclama más apego a una realidad cambiante, en el momento en que plantea más sentido común en las leyes, pues no se acaba de entender cómo un joven de 18 años tiene prohibido comprar una cerveza, pero en cambio si puede adquirir sin ningún problema un rifle de guerra.

Y lo más indignante, que da idea de qué lado está, la declaración del Presidente Trump, al afirmar que lo ocurrido en Parkland, “no se trataba de un problema de armas, sino de salud mental”.

Habría que preguntarle al dirigente de la primera potencia del planeta, ¿cuántos más de sus compatriotas deberán de seguir sucumbiendo de manera indefensa frente al uso irracional de las armas? La realidad nos dice que cada año mueren en la Unión Americana, más de 34 mil personas víctimas de las armas.

Con los años, como consecuencia del intervencionismo estadounidense en el mundo, se decía que los “gringos” ponían las balas y los países subdesarrollados, los muertos. Actualmente esa historia no ha cambiado, con el agravante de que ahora se viven capítulos en donde los Estados Unidos ponen las armas y las municiones, mientras sus niños, jóvenes y adultos, los números rojos.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.