Menosprecio de dirigencias a militancia priísta

En Tapachula, la ciudad más importante de la Frontera Sur de México, un priísta de los de antes, con sus propios recursos y por vergüenza, mandó a hacer una propaganda pequeña (30 por 30 centímetros), con la imagen en color de José Antonio Meade Kuribreña, que ha pegado en el vidrio trasero de su taxi, con el que circula orgulloso, en respuesta a la desproporcionada utilización del transporte público concesionado por el gobierno estatal, para difundir primero las fotos de Eduardo Ramírez Aguilar, Sasil de León y ahora la de Andrés Manuel López Obrador.

José es un veterano hombre del volante, que revela que la orden con carácter de obligatorio a los concesionarios, de poner los anuncios a favor de los candidatos del Movimiento de Regeneración  Nacional (Morena), a  la Presidencia de la República y Senado de la República, ha llegado desde las más altas esferas de la Administración de la entidad, con la advertencia de que no se permitirá ningún desacato.

Este taxista ha hecho caso omiso, por no estar de acuerdo y reconoce que aunque su propaganda a favor del abanderado de la causa del Partido Revolucionario Institucional, es un lunar frente a la gran  avalancha proselitista que se observa en taxis y combis, lo hace, aún con el riesgo de perder su permiso oficial, como respuesta ante la apatía de las dirigencias nacional y estatal del tricolor, por promocionar la imagen de Meade Kuribreña.

Una decisión de insurrecto, que asegura es producto de la negligencia de los que considera aprendices de la política que rodean al abanderado de la causa priísta, que dan por hecho que la población conoce físicamente al candidato y por ello no recurren a este eficaz medio de difusión que es el del transporte público, lo cual es absolutamente falso.

Pareciera, asegura este aguerrido priísta, que todo está programado para que José Antonio Meade Kuribreña pierda la elección del 1 de julio.

Mucho de razón en el análisis de un taxista, que dicho sea de paso, son los mejores termómetros de cualquier ciudad del país y del mundo, pues su trabajo les permite estar en comunicación permanente con todo tipo de personas de distintos niveles socioeconómicos, a los que brinda sus servicios de manera cotidiana y con quienes conversa y le permiten tener conocimiento de todo tipo de opiniones.

Don José argumenta que los actuales dirigentes del PRI estatal y nacional, le han perdido el cariño, el amor a la camiseta y se han vuelto insensibles y menosprecian a la militancia, creyendo que no es importante para ganar una elección tan importante como la que se avecina.

El columnista recorre la ciudad de un millón de habitantes, de los cuales el 40 por ciento habita en asentamientos irregulares por ser de origen centroamericano, la mayoría, y puede constatar que lo dicho por el taxista militante por estar convencido que el PRI sigue siendo la mejor opción, a pesar de todos los errores, no del instituto político, sino de quienes lo han utilizado para desvirtuar sus principios de cambio emanados de la Revolución Mexicana, haciendo de la corrupción e impunidad sus principales banderas.

Lo curioso, es que un elevado porcentaje de los conductores siguen siendo fieles al tricolor, pero que ante la orden superior de apoyar la causa de Morena, no les ha quedado otra más que acatarla, para evitar la cancelación de sus concesiones.

Hay malestar, porque es un secreto a voces que el único bastión  importante que tenía el Revolucionario Institucional en Chiapas, ha sido negociado por la ex lideresa del PRI nacional, Beatriz Paredes Rangel,  a favor de candidatos del Verde Ecologista de México, a pesar de que en la lista oficial se encontraba como firme aspirante el alcalde saliente Neftalí del Toro Guzmán, mientras que Ezequiel Orduña Morga se proyectaba como el político local más popular.

Pero no obstante que ambos representan la corriente política más importante desde la tribuna del priísmo, serían marginados con artimañas legaloides, que finalmente los dejaron fuera de la oportunidad.

Hay decepción por la traición desde las alturas del poder, a ambos personajes de gran arraigo ciudadano, por lo que sus simpatizantes ya se preparan para emitir su voto duro en contra del PVEM y evitar que sus representantes ganen los comicios, al inclinar la balanza hacia los ungidos de de la coaliciones opositoras integradas por el PAN-PRD-MC y Morena-PT-ES.

Es la misma Beatriz Paredes Rangel, ahora delegada Regional del CEN priísta, que en 2007 dio marcha atrás a sus arreglos en lo oscurito con Juan Sabines Guerrero, para evitar que “Cheque” ganara la elección municipal, lo cual motivaría el enojo de los tricolores tapachultecos, que obligó a la ex gobernadora tlaxcalteca a dar marcha atrás a su venta de garaje.

Panorama que se vuelve común en las diversas latitudes del estado chiapaneco, donde la militancia del Revolucionario Institucional se mantiene cada vez más molesta por el ninguneo de que objeto por los grupos cupulares que rodean a Meade Kuribreña y a Roberto Albores Guillén, quienes están en la creencia de que las redes sociales son la solución más eficaz para asumirse como ganadores en el primer domingo de julio, olvidando que en el caso de Chiapas, un alto porcentaje de la población no posee un teléfono celular con whatsapp, como tampoco computadoras o servicio de internet.

Desarticulación por falta de convocatoria de quienes deciden y que al no darse mantienen en el desencanto a quienes en 2012 hicieron posible el retorno de su partido al poder Presidencial, al recuperar Los Pinos, con Enrique Peña Nieto.

Un problema de abandono que crece conforme pasan los días y no se corrige, aún cuando el tiempo está en contra de Albores y Meade Kuribreña.

Uso, sobre todo de quienes en Chiapas patrocinan a Morena, de los espacios prohibidos en las bardas de las escuelas públicas, que curiosamente hasta hace poco tenía bajo control el PVEM, así como aquellas de propiedad gubernamental, que ahora sirven para la promoción del ex líder estatal del partido del tucán y ex dirigente del Congreso Estatal, Eduardo Ramírez Aguilar, nuevo súbdito incondicional de López Obrador, que lo postula como candidato a senador.

Reciente visita a Tapachula de José Antonio Meade Kuribreña, para respaldar el inicio de la campaña por la gubernatura de Roberto Albores Gleason, que no cambió esta circunstancia, sino al contrario.

Ni siquiera el arreglo del libramiento sur de la ciudad, por el cual transitó la comitiva para llegar al establo de la exposición ganadera dentro de los terrenos de la Expo Feria Tapachula. Una vía de comunicación deteriorada en extremo por la falta de mantenimiento de la autoridad, por la que a diario transitan pesados transportes con mercancía hacia Centroamérica y viceversa.

La cara sucia de la segunda urbe más importante de Chiapas, inmersa en el abandono ancestral, que contrasta radicalmente con los cuantiosos presupuestos de miles de millones de pesos, para la construcción de un  nuevo libramiento que comunica al aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez, mientras la propia capital estatal se mantiene con la mayoría de sus calles en pésimas condiciones.

Viaje del columnista de Tapachula al Valle de los Conejos, donde se registra con mayor intensidad la aplicación de espectaculares que promocionan a los candidatos locales de Morena, a la par del “peje”, para aprovechar su efecto mediático.

Ahí las fotografías de Rutilio Escandón Cadenas, aspirante al gobierno estatal, lo mismo que de Zoé Robledo Aburto, que busca la diputación federal tuxtleca, sin descontar a Ramírez Aguilar y Sasil de León, entre otros.

La “operación taxis-combis”, aplica con igual intensidad que en Tapachula. Se ven, pocos, los espectaculares de Meade Kuribreña, pero sin huella los de Albores Gleason, quien no es partidario de esta estrategia, como tampoco del pintado de bardas y menos del uso del transporte público.

Tampoco la presencia de José Antonio Aguilar Bodegas, el ungido de los Partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y del Movimiento Social. Más movida, la postulada al senado, María Elena Orantes, por el MS, que sigue convencida de este método propagandístico.

Días, en los que el lenguaje y el estilo de René Juárez Cisneros, el nuevo líder nacional del PRI, se hace sentir, para hacer la diferencia con su antecesor Enrique Ochoa Reza, pero que dada la coyuntura adversa, no logra causar el efecto deseado, no obstante su cambio de estrategia de no caer más en la provocación de López Obrador, que inevitablemente ha llevado a sus rivales a mantenerse en la confrontación estéril.

Vuelta al uso de las casacas rojas tradicionales del Revolucionario Institucional, pero sin que en la de José Antonio aparezca el logo del PRI y si en cambio una pequeña bandera nacional en la parte superior de la manga izquierda, que pronto será cuestionada.

Nuevo discurso en el ex gobernador guerrerense, dirigido a la militancia olvidada, que seguramente ganará puntos a favor, dada la cerrazón de Meade Kuribreña de no tener una identificación plena con el PRI, por lo que se puede hablar de un divorcio absurdo que lleva implícito su distanciamiento con el priísmo, que no acaba de convencerse de la nueva realidad que implica el apoyar a un candidato que nunca ha participado en las tareas partidistas, como tampoco de representación popular.

Un intento de cambio en la pronunciación y en el mensaje del abanderado del PRI, al que sigue faltando la enjundia obligada, para motivar al electorado nacional.

Falta de oficio político, que incluye al mismo Albores Gleason, que tampoco desarrolla un mayor esfuerzo proselitista para convencer a la ciudadanía de que es la mejor opción para gobernar Chiapas.

Uso desafortunado de la frase del “no tengo miedo” y que “voy a gastar el caite”, como si todos los chiapanecos usaran huarache.

Falta de conciencia

de que el tiempo corre en contra, mientras que en el nivel de la contienda Presidencial, Andrés Manuel aprovecha la coyuntura para hacerse la víctima, porque “todos me echan montón”, mientras reitera su actitud intolerante frente a los empresarios del país a quienes llama corruptos e integrantes de la mafia del poder.

Mantenimiento de la bipolaridad programada del tabasqueño, que sustenta su discurso en la intolerancia y la ofensa, de las que luego por sistema se retracta para sacar su pañuelo blanco y escudarse en la frase de amor y paz, cuando los hombres de negocios le reviran calificándolo de causar división y encono entre los mexicanos, acusándolo también de faltar a la verdad al incurrir en la difamación.      

Estrategia de tirar la piedra y esconder la mano para luego incurrir en la continuación de su larga lista de promesas, que ahora incluye el aumento de salarios a los miembros de las Fuerzas Armadas, además de maestros y trabajadores en general.

Río revuelto en un país de desencanto popular, que hace propicio el resurgimiento de un populismo que podría desbordar a quienes, por millones, no encuentran solución a sus  problemas económicos y de sobrevivencia, inmersos en la violencia, inseguridad, corrupción e impunidad.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad A.C.