Debates sin respuestas y encuestas engañosas

Tercer debate de los candidatos a la Presidencia de México, que volvió a ser más de lo mismo, al no convencer a un electorado nacional que pacientemente ha aguardado las respuestas de solución a la grave problemática nacional que se agrava por la corrupción cínica e impune, la violencia extrema y el involucramiento del crimen organizado en una contienda electoral que suma 113 muertos de aspirantes a cargos de responsabilidad pública, a 17 días de la gran elección nacional.

Noche de martes 12 de junio, en Mérida, Yucatán, donde como desde  el principio de la serie, en su momento, los moderadores asumieron un papel de protagonistas totalmente fuera de lugar, al desperdiciar valioso tiempo en realización de preguntas que pretendieron ser sofisticadas e incluso abusar de su condición de interlocutores, para interrumpir las explicaciones de los cuatro participantes.

De nuevo un sobrado Andrés Manuel López Obrador, que volvería a quejarse de que le estaban echando montón sus adversarios, a los que menospreció afirmando que su actitud obedecía a que les lleva 30 puntos de diferencia en las encuestas, por lo que prácticamente están perdidos.

Un López Obrador que esta vez se vio más inseguro e incapaz para responder los cuestionamientos en materia de educación, ciencia y tecnología, crecimiento económico, pobreza y desigualdad, salud, desarrollo sustentable y cambio climático.

Repetición de palabras y frases que ha usado como banderas, que no impactaron en los millones de ciudadanos que estuvieron pendientes de cada una de sus intervenciones en la que su pobreza de lenguaje y conocimientos se hizo evidente.

No soy corrupto como tú, le diría en varias ocasiones a Ricardo Anaya Cortés, abanderado de los Partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, cuando en su momento el queretano le pidió que le contestara “sin payasadas”, si había asignado de manera directa, siendo Jefe de Gobierno del Distrito Federal,  obras por más de 171 millones al empresario de la construcción José Manuel Rioboó.

Sería el momento más relevante del debate, cuando el panista retó a Andrés Manuel a renunciar a su candidatura, si le demostraba con pruebas fehacientes su acusación, ante lo cual el tabasqueño lo tachó de mentiroso y calumniador.

Anaya iba preparado y de inmediato mostraría a las cámaras de televisión la identificación de la página http://debate2018.mx, en la que aseguraba estaría la documentación precisa que confirmaban su aseveración de que “el peje” es corrupto.

En el sitio de internet de referencia, se encontraría la información, con fotos en los que aparece el entonces gobernante de la capital nacional, acompañado de Rioboó, junto con el desglose de las edificaciones asignadas sin ninguna licitación.

Por la mañana del miércoles 13, Damián Zepeda, líder nacional del PAN, informaría que este espacio de Acción Nacional, sufrió un ataque cibernético desde Rusia, para ser eliminado y evitar que la opinión pública se enterara de los detalles de la denuncia.

José Antonio Meade Kuribreña, de la Coalición PRI-PVEM-PANAL, se mostraría nuevamente como un académico preparado para dar cátedra sobre la problemática nacional, demostrando conocimiento y certeza, pero sin la contundencia obligada para la presentación de un proyecto creíble para la población que frente a sus aparatos de televisión, estaba atenta a atender todo aquello que le diera soluciones prácticas y no las promesas de cada seis años.

Descuido de las formas del lenguaje al seguir teniendo como tema central al aspirante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que se regocijaba de la inexperiencia política de Meade Kuribreña, que teniendo en sus manos la información privilegiada, del fracaso de López Obrador en el rubro de la educación superior, no supo capitalizar la ineficiencia de la Universidad de la Ciudad de México, que a pesar de la inversión multimillonaria, ha egresado muy pocos profesionistas en más de una década.

Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, le preguntaría a Andrés Manuel, si todavía traía la cartera en su bolsa, pero también que si en ella seguía guardando la foto de la maestra Elba Esther Gordillo, quien a pesar de mantenerse con arresto domiciliario en su lujosa casa de Polanco, apoya incondicionalmente al macuspanense, por medio de su yerno y nieto, que participan activamente en la campaña de Morena.

El independiente no vacilaría en cuestionar a todos en cuanto al mantenimiento de las políticas asistencialistas de los gobiernos del PRI y del PAN, que han demostrado ser todo un fracaso al hacer más floja a la gente, por lo es indispensable hacer una revisión a fondo de esta estrategia, para no seguir haciendo mal uso de los recursos públicos y hacer que la gente se corresponsabilice de la solución de sus problemas con la autoridad.

Fin de las fases de las contiendas discursivas, sin que hayan surgido propuestas realistas, como las correspondientes al “fin de la corrupción”, en la que no hubo precisión de la forma en que se combatirá, pues mucho se habló de la creación de un “justiciero” para encabezar el Sistema Anticorrupción, que no debe ser nombrado por el Presidente de la República, pero tampoco aterrizarían la fórmula de designación, como ha ocurrido hasta ahora.

Ninguna posición para dar fin al Presidencialismo y su Omnipotencia, ni de Meade Kuribreña, Anaya Cortés y Rodríguez Calderón, ni  del mismo “radical” Andrés Manuel López Obrador, tal vez porque en la mente de éste y de todos, se recuerda el asesinato el 23 de marzo de 1994, del aspirante Presidencial priísta Luis Donaldo Colosio Murrieta, que se atrevió a adelantar sus planes al respecto.

El único que ha ido más lejos, ha sido el blanquiazul Ricardo Anaya Cortés, quien ha señalado como corrupto al Presidente Enrique Peña Nieto, poniendo como ejemplo de su deshonestidad la adquisición-obsequio de la “Casa Blanca de Las Lomas”, por lo que de ganar los comicios del 1 de julio, una de sus primera acciones será ponerlo tras las rejas.

Declaraciones con tintes absolutos de atraer simpatías, pues se olvida que la misma Constitución brinda blindaje a los mandatarios en funciones y en retiro, por lo que habría que reformar la Carta Magna, para que no solamente se le pueda juzgar por “traición a la patria”, sino por delitos de diversa índole.

El mismo Vicente Fox Quesada, como candidato planteó “acabar con la cloaca del PRI”, reformando la Constitución, pero ya siendo primer mandatario, se dio cuenta que tendría que actuar en contra de su antecesor y padrino Ernesto Zedillo Ponce de León, por lo que optó durante los seis años de su gobierno quedarse callado y disfrutar, como ahora lo hace, de los grandes beneficios económicos que un Presidente de la República disfruta durante y después de su gestión.

Pero suponiendo que cualquiera de los candidatos que asuma el Poder Ejecutivo Federal, logre el cambio del marco legal que hace del Presidente de la República el hombre del poder absoluto en México, en ningún momento podría ser aplicada en contra de Enrique Peña Nieto ni sus antecesores, porque la nueva ley no sería retroactiva.

Muchas trampas legales y redes jurídicas para el empantanamiento a propósito del ejercicio de la justicia contra los gobernantes corruptos y empresarios coludidos, como hoy se observa como el mejor ejemplo de cinismo e impunidad, a pesar de su encarcelamiento, del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, quien a 48 días de concluir su sexenio, solicitó licencia al Congreso para separarse del cargo y huir con toda tranquilidad el 20 de octubre de 2016, convirtiéndose en prófugo de la justicia, para ser detenido seis meses después -17 de abril de 2017-, en el centro turístico de Panajachel, Guatemala, de donde sería extraditado a México el 17 de julio.

Alguna vez, allá por 1990, el político chiapaneco-tabasqueño Juan José Rodríguez Prats, desde las filas del Partido Acción Nacional me aseguraba en la ciudad de México: “Mira Mario, en política no puede haber honestos, ni aquí ni en ninguna parte del mundo. Todos sin excepción, tenemos la cola manchada”.

Una definición aplicable en todos los tiempos y en nuestro país sobran los casos que dan idea de ella, como en el caso de Ricardo Anaya Cortés, que ha escupido para arriba y le ha caído en la cara, al ser revelada la forma en que se hizo rico, aprovechando el tráfico de influencias cuando ocupó la secretaría particular del Gobierno en su natal Querétaro, con bienes inmobiliarios magnificados en sus costos, que actualmente lo mantienen en el banquillo de los acusados.

Los multimillonarios “moches” destinados por el constructor argentino Carlos Ahumada Kurtz, al entonces jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador, vía su secretario particular y principal operador político, René Bejarano, sí como a Carlos Imaz y su tesorero Gustavo Ponce. Los dos primeros fueron filmados cuando llenaban las bolsas de sus sacos y un portafolios con grandes fajos de dinero, mientras que el segundo haciendo grandes apuestas en el casino Bellagio de las Vegas. Las imágenes fueron difundidas ampliamente por Televisa, generando un macro escándalo.

Y si de hurgar se trata, “el peje” no ha explicado las razones por las que decidió ocultar las cuentas de miles de millones de pesos, aplicadas en la construcción de los segundos pisos del Periférico, que decretó sean públicas hasta 2022, y en cuyo ejercicio estuvo presente el empresario apenas sacado del closet, José Manuel Rioboó.

José Antonio Meade Kuribreña ha sido muy cuidadoso de involucrarse en casos de corrupción, en su participación al más alto nivel en los gobiernos panistas y recién en el priísta con Enrique Peña Nieto. Se le atribuyen los “gasolinazos”, como secretario de Hacienda, desde donde aguantó las andanadas en su contra y que ahora como candidato apechuga,

considerando que las pautas las ha marcado su jefe.

Todo ha quedado en denuncias sin mayores consecuencias al no aportarse los elementos de prueba necesarios, en tanto Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, se mantiene en esa tesitura, aunque en Nuevo León se le haya criticado por no encarcelar a su antecesor, al que acusó de corrupto, argumentando que el problema de la impunidad radica en la falta de  probidad de jueces federales que han alargado el proceso.

Inminente arribo al 1 de diciembre, en cosa de pocos días, en que las encuestas siguen dando como favorito a Andrés Manuel López Obrador, cuyo éxito en cuando al boom de su espectacular magnificación como aspirante Presidencial, se sustenta en el hecho de ser un especie de “cachabolas”, pues sólo le ha bastado con criticar los errores del gobierno de Enrique Peña Nieto y de “La Mafia del Poder”, para generar y aprovechar un clima de hartazgo que sigue capitalizando.

Habrá que esperar los resultados por la noche del primer domingo de julio, para saber si su estrategia mediática funcionó por encima del razonamiento obligado de la ciudadanía, ante la grave encrucijada que vive México por la corrupción, impunidad, violencia, inseguridad, empobrecimiento y hambre de justicia.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad A.C.