Intenciones, sin planeación contra corrupción

El Presidente Andrés Manuel López Obrador, se encuentra de nuevo entrampado, al no demostrar su equipo de trabajo de primer nivel, la capacidad, visión y sensibilidad, para una respuesta pronta a la sociedad nacional, ante el creciente problema de desabasto de combustibles, que ya afecta a la mayor urbe del país, la ciudad de México, al no considerar los efectos inmediatos que provocaría su primer combate frontal a la grave corrupción, representada en parte visible por el cínico saqueo (“huachicoleo”), a lo que queda de la paraestatal Petróleos Mexicanos.

Un fondo de intención del Primer Mandatario, por demás positivo al atacar el mayor mal que corroe a México, y que al fallar inicialmente en sus formas operativas, provoca el malestar de los usuarios, como en Michoacán, donde los productores de aguacate están preocupados por la escasez de gasolinas y diesel, pues solamente han podido exportar 27 mil de las 120 mil toneladas, que cada año envían a Estados Unidos, para  la elaboración de guacamole el primer domingo de febrero, con motivo de la celebración del Super Bowl.

Guerra al robo escandaloso de estos productos motores de la economía nacional,  especialmente en los últimos 18 años, que han generado ganancias de centenas de miles de millones de pesos a altos funcionarios de PEMEX, empleados de confianza, trabajadores y dirigentes sindicalizados petroleros, delincuencia organizada, gobernantes de todos niveles, políticos y empresarios gasolineros.

Y ante la ofensiva emprendida en su contra en las redes sociales y en general en los medios de comunicación, sobre todo impresos, por la ineptitud y falta de transparencia, primero en el uso de miles de efectivos militares para controlar los flujos ilegales desde el las mismas refinerías y los ductos, así como la inexperiencia para manejar la comercialización en la geografía nacional, el Presidente de la República ha tenido que lanzar una contraofensiva desde su conferencia mañanera de prensa diaria en Palacio Nacional, para ir todavía más allá, al acusar a los ex Presidentes Vicente Fox Quesada, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, de haber estado coludidos, al tolerar y con ello proteger los saqueos.

Por supuesto que la denuncia no es descabellada, considerando que los actos de corrupción en México, han permeado todos los niveles de gobierno, al grado de que solamente con la venia del todopoderoso en turno del país, pudo haberse mantenido e incrementado la participación en estos  ilícitos, en los altos mandos de Petróleos Mexicanos y de los técnicos de confianza y del Sindicato liderado desde 1993, por Carlos Romero Deschamps, como desde siempre se sabía abiertamente dentro y fuera de la paraestatal.

Mucho por hacer y ojalá ocurra, y que lo de hoy no acabe como la tradicional llamarada de petate de cada principio de sexenio, que pronto se extingue por el peso de los grandes intereses en juego, pertenecientes a lo que el actual Primer Mandatario ha definido como “Mafia del Poder”.

Y mientras el problema se agrava por la escasez derivada del inadecuado abasto, Andrés Manuel López Obrador, se mantiene firme en su viejo estilo del ataque, yéndose a la yugular de sus antecesores, pero sin causar heridas, como señal de advertencia de que puede ir más allá en su discurso de revelaciones.

Oportunidad de ir al fondo de la pobredumbre de la alianza gobernantes-empresarios-crimen organizado, que desde ahora adelantamos que no hará, por los compromisos contraídos, como en su momento haría el panista Vicente Fox Quesada, que encabezaría la bandera del cambio para no cambiar.

Vale la pena comentar, que uno de los ángulos que nunca se ha tocado y que, insistimos, tal vez lo haga la nueva Administración Federal, será el de los turbios embarques de hidrocarburos desde puertos o las plataformas marítimas, hacia distintas regiones del mundo, entre ellas el importante y clave puerto del mercado libre petrolero de Rotterdam, Holanda, entrada a los países europeos.

Un entramado por demás complejo, creado desde la cúpula del poder a propósito para la disposición encubierta de la riqueza generada por la petrolera mexicana, que a partir de la década de los 80, englobadas en la Corporación “Petroleos Mexicanos Internacionales” (PMI), opera 28 empresas filiales en el extranjero, para comercializar, transportar y transformar hidrocarburos, tanto en Estados Unidos, Holanda, Suiza, España, Irlanda y Reino Unido.

La llamada “internacionalización” de PEMEX, le ha llevado por medio de una de estas filiales –PMI Norteamérica-, a realizar “sociedades de inversión estratégicas”, como la construcción en 1993, de la sexta refinería más grande de Estados Unidos (Deer Park, en Texas), al aliarse en partes iguales con la subsidiaria en la Unión Americana, de la holandesa Shell, la Shell Oil Company, con una producción de 340 mil barriles diarios de gasolinas, muchos de ellos comercializados en México.    

Sin la obligada transparencia por tratarse del manejo de recursos que forman parte del patrimonio de los mexicanos, tanto los Presidentes de la República como los directores sucesivos de Pemex, han dispuesto de miles de millones de dólares, en la fundación en el vecino país de la empresas la PMI Service North America, Inc, propietaria del poliducto de Matamoros, Tamaulipas a Brownsville, Texas.

Aplicación financiera de las que se ignoran sus ganancias, porque las hay y demasiadas, como también se tiene en la sociedad al 50 por ciento, de la empresa Texas Frontera LLC, que transporta los combustibles refinados de Deer Park a territorio mexicano, así como la participación de PEMEX en la compañía Pasco Terminals, INC, dedicada al manejo de azufre en el estado de Florida.      

Lo sospechoso de todo este sistema operativo opaco, se confirma en el hecho de que de todas las empresas filiales constituidas fuera de México, tienen residencia fiscal en los países donde se ubican. Solamente dos de las 28 tiene sus obligaciones fiscales aquí, bajo la denominación de PMI Trading Limited y MGI Gas International.

Otras de las asociadas de Petróleos Mexicanos, encargadas de la comercialización de los hidrocarburos en el extranjero, tiene  sus sedes operativas en los paraísos fiscales de Islas Caimán y Bahamas, conocidos como dos de los centros de lavado de dinero más importantes del mundo, sin que haya habido hasta ahora mayor explicación de la paraestatal de su decisión.

Todo un historial oscuro de este Corporativo, que desde ahora representa un reto por demás importante para Andrés Manuel López Obrador, quien tiene hasta 2024, la oportunidad de demostrar a la Nación, su voluntad política para investigar a fondo la corrupción que ha imperado en la sobreviviente y deficitaria PEMEX, debido a los excesos cometidos contra ella por la clase gobernante y el grupo de poder enquistado en su entorno.

Desde su creación, “Petróleos Mexicanos Internacionales”, no ha tenido como norma la rendición de cuentas precisas de sus operaciones en el extranjero.

Herencia de la iniciativa sustentada a modo de los intereses de sus promotores, al argumentar que las empresas de PMI, estarían legalmente al margen de las actividades básicas de la paraestatal, pues no llevarían a cabo funciones primarias ni estratégicas, sino de comercialización, lo cual viola los preceptos de la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional, que establecen que la industria petrolera constituye una actividad de carácter estratégico que atañe la exploración, explotación, distribución y ventas de manera directa, sin ningún intermediario.

Pedro Aspe Armella, sería hace 30 años el instrumento creador de esta red de corrupción, desde la titularidad de la Secretaría de Programación y Presupuesto, en la que releva a Carlos Salinas de Gortari, quien renuncia para ser candidato del PRI a la Presidencia de la República.

El funcionario, de toda la confianza del que sería Jefe del Ejecutivo Federal de 1988 a 1994,  autorizaría a Petróleos Mexicanos invertir recursos para fundar PMI, como un conjunto de empresas privadas que tendrían como misión en el extranjero, la comercialización de todas las exportaciones e importaciones petroleras y sus derivados            

Dado el secretismo con que se ha manejado y lo sigue haciendo, resultará importante saber a cuánto ascienden las ganancias con los correspondientes intereses, de sus operaciones, que han transferido a cuentas bancarias en el extranjero en operaciones de triangulación, supuestamente para evitar que sean afectadas en caso de un litigio de compañías transnacionales en contra de PEMEX.

¿Cuál es el monto de las cuantiosas utilidades obtenidas de la inversión en la refinería Deer Park de Texas, que procesa el petróleo que envía PEMEX y vende a la paraestatal transformada en gasolinas Magna y Premium, así como diesel, junto con las ganancias de la empresa transportadora a territorio mexicano, en la que también tiene participación?

Muchas dudas por resolver e informar con la debida y obligada honestidad al pueblo de México que lo eligió para representar y defender sus intereses patrimoniales, que hasta ahora solamente han significado deudas por pagar, debido al grave endeudamiento.

Será indispensable por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador, imponer a su equipo de primer nivel, un mayor sentido de corresponsabilidad en todas las tareas gubernamentales a realizar, para evitar que la carga principal siga siendo delegada al Ejecutivo Federal.

Se observa también como necesaria, la creación de una estrategia de comunicación social, que abandone la práctica del cobro de facturas, especialmente a los medios impresos y electrónicos; que cesen de una vez por todas, los odios y las venganzas, para dar paso a una nueva relación inteligente, haciendo conciencia de que las posiciones en contra y a favor durante

la pasada campaña proselitista, contribuyeron finalmente en su conjunto, al encumbramiento del político tabasqueño hacia la Presidencia de la República.

Tanto el Primer Mandatario como sus funcionarios vinculados con el problema del creciente desabasto de combustibles, deben asumir una actitud de mayor relevancia, que coadyuve, mediante en el manejo de la información objetiva hacia la sociedad nacional, para precisar tanto los avances en la normalización del suministro, como la magnitud real del fondo de este conflicto de intereses privilegiados por décadas y el esfuerzo gubernamental para combatirlo con todas las herramientas de la ley y el poder del Estado Mexicano.

A la Nación le queda claro que la intención de Andrés Manuel López Obrador, está encaminada a favorecer la economía de la mayoría de los más de 120 millones de mexicanos. Hoy, solamente hace falta que el combate a la corrupción desde el interior de Petróleos Mexicanos, se haga con mayor planeación y transparencia por parte de quienes le acompañan en este esfuerzo plausible.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad A.C.