Frontera Sur, la peligrosa hoguera

Migrantes cubanos y hondureños se han convertido por su beligerancia, impunidad e intolerancia en el territorio chiapaneco, colindante con el istmo latinoamericano, en una amenaza real para la seguridad nacional, ante la pasividad e ineptitud del Gobierno Federal.

Cada vez más son los factores de alto riesgo que se acumulan en la Frontera Sur de México con Centroamérica, para dar margen a un diagnóstico de extrema gravedad, que podría significarse por el desbordamiento de la hoguera atizada con la violencia y la inseguridad prevalecientes, intensificadas ante la mayor presencia del crimen organizado y los masivos e incontrolables flujos migratorios extranjeros, que violentan el Estado de Derecho, atentando contra la paz social y la armonía de casi dos millones de habitantes.

Autoridades policíacas y militares de los niveles municipal, estatal y federal, rebasadas como consecuencia de la evidente falta de coordinación y operación interinstitucional, que contradice en los hechos al discurso permanente de que “nadie estará por encima de le ley”.

Impunidad total para matar y robar en todos los municipios de la faja fronteriza de Soconusco, especialmente en el municipio de Tapachula, la capital de la Región, que a diario registra asaltos a transeúntes, a usuarios de la banca, robos a casa habitación, a negocios, enfrentamientos de pandilleros “maras” por disputas territoriales, con heridos o muertos, así como ejecutados a balazos por resistirse al despojo de un bien, como ocurriera el jueves 14 de marzo, con el respetado y querido maestro de muchas generaciones, Don Romeo Díaz Luna, de 78 años, que mantiene indignada y conmocionada a la población de la segunda ciudad de Chiapas.

Ciudades, pueblos, ejidos y rancherías,  en donde sus habitantes  viven hoy, como nunca en su historia, aterrorizados y en la zozobra, por el embate de una actividad criminal, que a la mínima oposición a sus propósitos, acciona los gatillos de sus pistolas, para sembrar la muerte.

Irracional atentado a Don Romeo, quien ya disfrutaba de su jubilación y había preparado sus justas vacaciones a partir del viernes 15, pero nunca se imaginó que su mundo personal, lleno de satisfacciones y el afecto de sus colegas y ex alumnos de escuelas primarias, secundarias y de la Escuela Normal de Maestros “Fray Matías de Córdova”, llegaría a su fin de manera violenta y brutal, al ser interceptado por dos sujetos armados que  le dispararían en el rostro para quitarle la vida, cuando se resistió a ser despojado de sus ahorros.

Hay miedo entre la ciudadanía, en los jóvenes, las mujeres, niños, adolescentes, ancianos y los hombres de negocios por el clima de zozobra, que desalienta toda actividad social y empresarial, que por lo pronto ha afectado severamente en su inasistencia del público, a la Expo Feria Internacional Tapachula 2019, que por más de medio siglo se ha realizado exitosamente y en paz en la Región.

Absoluta pérdida de respeto de los migrantes de múltiples nacionalidades a las autoridades mexicanas, acentuada sobre todo a partir de mediados de octubre de 2018, cuando dieron comienzo desde Honduras, las “caravanas del hambre”, con la intención prioritaria de llegar a la Frontera Norte de México, para de ahí pasar ilegalmente a la Unión Americana.

Primeras demostraciones de la violencia que caracterizarían su transitar, cuando al pretender ingresar a territorio mexicano por la garita de Ciudad Hidalgo, procedentes de la vecina guatemalteca Tecún Umán, llegarían a los extremos de enfrentarse, apedreando y hasta lanzando “bombas molotov” incendiarias, con el contingente de la Policía Federal, que pretendiera ordenar un paso con registro del Instituto Nacional de Migración.

Numerosos agentes de la Policía federal y Gendarmería, resultarían lesionados, al enfrentarlos desarmados, hasta que se vieron en la necesidad de lanzar gases lacrimógenos contra los vándalos extranjeros y así contrarrestarlos.

Hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, integrados geográficamente en el llamado “Triángulo del Norte” centroamericano, intentarían lograr su registro y obtener la tarjeta humanitaria” que el gobierno mexicano les concedería para desplazarse por el país, en su ruta hacia Estados Unidos, aunque para entonces el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, les había anunciado que al tomar posesión el 1 de diciembre, otorgaría empleo a todos los migrantes de los tres países.

Respuesta inusitada, coincidente con más caravanas motivadas por el ofrecimiento del mandatario mexicano, que prendería los focos rojos en la Secretaría de Gobernación de doña Olga Sánchez Cordero, que por instrucciones Presidenciales, ordenaría el 28 de enero, el cese del otorgamiento de los permisos, con lo que se pensó que se frenaría el interés migrante.

Nada de ello ocurriría, pues su presencia no solamente se ha mantenido sino incrementado entre los indocumentados, conscientes de que si fracasan en su intento por entrar a territorio estadounidense, podrán quedarse en México, para aceptar la invitación de López Obrador, de contar con trabajo seguro y bien remunerado.

Algo que ya se registra en muchas partes del país, luego del endurecimiento de la política anti inmigrantes del presidente Donald Trump, representada por la continuidad de la construcción del muro que divide a su país con el nuestro, además del reforzamiento de elementos de la Patrulla Fronteriza y de la participación de la Guardia Nacional para evitar el paso de centroamericanos y de otros países.

En Tapachula, el fenómeno está magnificado por la excesiva presencia por todos los rumbos de la ciudad, principalmente de hondureños que lo mismo solicitan ayuda monetaria en las esquinas o deambulan sospechosamente, provocando preocupación a la población local.

Arribo a la Región en lo que va del año, de varios miles de cubanos, que a diferencia de los hondureños, se les observa con actitudes prepotentes, pues la mayoría trae consigo dinero suficiente para pagar el salvoconducto de 30 días de permanencia en cualquier parte de la república, que no obstante ser gratuito, llegan a pagar sin ningún problema, cantidades que van de los mil a tres mil dólares cada uno, que se reparten entre “gestores” y funcionarios del Instituto Nacional de Migración.

Isleños que han triangulado su llegada a suelo mexicano, procedentes de La Habana, Cuba, vía Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica y Guatemala, en ruta en el tramo final hacia ciudades de la Frontera Norte, para cruzar a territorio estadounidense, con destino final en la península de Florida.

Toda una logística programada por bandas internacionales de trata de personas, pagadas por sus familiares que viven en Miami, que al actuar coordinadas desde siempre con personal de alto nivel de la Secretaría de Gobernación, hace que los migrantes se muestren por demás arbitrarios e intolerantes, como lo demostraría un contingente de poco más de 500 de ellos, al amotinarse el pasado viernes 15 de marzo, en las instalaciones de la Oficina de Regulación Migratoria del INM, ubicada al sur de Tapachula, donde golpearían a varios agentes, entre ellos al oficial de mando medio René Peralta, que resultaría con golpes y lesiones en todo su cuerpo, que ameritarían su traslado urgente a un hospital para ser atendido.   

Violencia que obligaría la inmediata intervención de un contingente antimotines de la Gendarmería Nacional y de la Policía Federal, que cercaron y calmaron a los arbitrarios cubanos, que a gritos seguían exigiendo la pronta entrega de los salvoconductos, afirmando que ya los habían pagado por adelantado, y que por lo mismo no había razón para que se los siguieran reteniendo.   

La manifestación de la conducta poco respetuosa y arbitraria de los isleños hacia el personal administrativo y los agentes del INM, llegarían hasta la oficina principal de la Secretaría de Gobernación en la ciudad de México, obligando a su titular Olga Sánchez Cordero, ordenar el aseguramiento a discreción del más de medio millar de cubanos insurrectos.

Aproximadamente a las seis de la tarde, la funcionaría daría la instrucción de que se preparara la salida custodiada, con carácter de urgente, de 15 autobuses de la empresa “Pullman de Chiapas”, para ser trasladados a más tardar a las nueve de la noche a la Estación Migratoria de Acayucan, para de ahí desplazarlos a la terminal aérea del puerto de Veracruz y deportarlos por la vía aérea el fin de semana, a La Habana.

No obstante, vendría la marcha atrás del bunker de Bucareli. Se dispondría la cancelación de la operación, liberando a las nueve de la noche con 30 minutos a los cubanos, que para entonces habían movilizado a otro grupo numeroso de sus compatriotas a las afueras de las instalaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, donde denunciarían la retención “ilegal” de los amotinados por parte del gobierno mexicano, que motivaría una carta de extrañamiento hacia la Segob.

Pero lo que no consideró en ningún momento la CNDH, fue la agresión tumultuaria sufrida por el personal del Instituto Nacional de Migración, a pesar de que se violentaron no solamente sus derechos humanos, sino que también se puso en peligro la vida de uno de los agentes que para entonces seguía hospitalizado.

Una estrategia que se ha vuelto común por parte de los líderes de los migrantes y sus “coyotes” internacionales, para escudar sus abusos contra las autoridades mexicanas de todos los niveles, acudiendo también de manera permanente, a acusarlas de maltrato, la mayoría de las veces sin razón, a las oficinas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), así como a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR).

Cubanos y hondureños, convertidos en amos de la verdad en contra de quienes tratan inútilmente de someterlos al orden, al violar éstos las leyes mexicanas e irrespetar

la hospitalidad que hasta ahora les han brindado los habitantes de la Frontera Sur, motivando con ello el principio de un repudio que adquiere dimensiones que deberían de preocupar a la Administración de Andrés Manuel López Obrador, que ha decretado “el fin de la época de la economía neoliberal en México”, olvidando que el país está inmerso en el sistema capitalista liderado por Estados Unidos, que solamente ha cambiado de nombre a ese esquema, para sustituirlo por el de “globalización mundial de la economía”, del cual nuestro país es hoy punta de lanza, como “nación emergente”..

Insistimos: Es hora, de que el Gobierno de la República ponga mayor atención al incremento del fuego de la violencia que atiza la hoguera en los límites con América Central, una vez que se ha dispuesto abrir a la migración internacional, las puertas de par en par y sin ningún tipo de control, a un México donde la demanda del empleo de sus hombres y mujeres en edad productiva, no está satisfecha.

No se puede seguir siendo candil de la calle y menos cuando las amenazas a la seguridad nacional están presentes y activas.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad A.C.