Inminente mayor caos por migrantes

Mientras en Guatemala, la zona central de su territorio que incluye la capital del país y la ciudad de Antigua, era sacudida por dos temblores  la mañana de este domingo 31 de marzo, como preludio de la inminente erupción del “Volcán de Fuego”, la Frontera Sur de México se estremecía por la noticia de que el Gobierno Federal reiniciará la expedición de “visas humanitarias” a migrantes centroamericanos, ahora ya no en las instalaciones de Ciudad Hidalgo y Talismán, sino en Mapastepec, a mitad de la costa chiapaneca.

Una decisión anunciada oficialmente por el Instituto Nacional, que en principio ha provocado mayor malestar de la población de casi dos millones de chiapanecos de la Región Soconusco, por considerarla absurda, al ubicar el nuevo control a 150 kilómetros de la línea divisoria –a 107 kilómetros de Tapachula-, con lo cual las jurisdicciones de Suchiate, Tuxtla Chico, Metapa,  Frontera Hidalgo, Cacahoatán, Unión Juárez, Mazatán, Huehuetán, Tuzantán, Huixtla, Villa Comaltitlán, Acapetahua, Acacoyagua, Escuintla y Mapastepec, se convertirán en salas de espera de las decenas de miles de extranjeros que han ingresado y se mantienen ilegalmente en territorio nacional.

Respuesta fuera de lugar y torpe, que hace inminente un mayor caos humano, sanitario y delictivo en la colindancia con América Central, al disponer el Presidente Andrés Manuel López Obrador la reanudación de los permisos “humanitarios”, quien además reiteraría en la anterior semana su decisión de ofrecer 80 mil empleos en Chiapas a los indocumentados.

Los chiapanecos se preguntan, ¿porqué en lugar de prometer trabajo a los vecinos de Honduras, Guatemala y El Salvador, no lo hace con los miles de chiapanecos que carecen de ingresos de orden laboral, a los en los últimos tres meses se han agregado muchos miles más por los recortes presupuestales en los tres niveles de gobierno? ¿Dónde los va a colocar, considerando que Chiapas es uno de los tres estados más pobres de México y lo que menos hay aquí son fuentes de trabajo para los locales?

Sí de por sí había indignación, por el abandono en que mantiene el Gobierno de la República a la Región, luego de cinco meses de una invasión sin precedente de migrantes, principalmente de Honduras, El Salvador y Guatemala, la cual se ha traducido en un incremento inédito de asaltos violentos en las calles, a casas habitación, a usuarios de bancos, a negocios, en los que incluso la delincuencia ha llegado al extremo de los asesinatos en los que hasta dos policías municipales han resultado víctimas, aunado a la disputa de territorios de las pandillas “maras”, por el narcomenudeo.

Incapacidad y pasividad de las Corporaciones policíacas civiles, estales, federales y municipales, incluyendo al Ejército y la Marina, por mantener una desarticulación de sus actividades para combatir al crimen organizado.

Estado de indefensión total, ya que no obstante los múltiples llamados de auxilio al Presidente López Obrador y al gobernador Rutilio Escandón Cadenas, por parte de los sectores sociales, políticos y empresariales, exigiendo dar una pronta solución a los problemas de la violencia e inseguridad, no solamente no se han atendido y si en cambio desde la esfera oficial se han empezado a adoptar medidas desde los escritorios, que demuestran una total ignorancia de la problemática y de la geografía de la Frontera Sur.

Uno tras otro los ejemplos de ese grave desconocimiento, porque quienes deciden en la ciudad de México, no están dispuestos a abandonar sus oficinas recientemente alfombradas, para venir a mancharse los zapatos con los excrementos y orines de los migrantes, que por todos los lugares donde pasan, esparcen sus desechos orgánicos en la vía pública, debido a que las Alcaldías carecen de los obligados presupuestos para proporcionarles los elementales servicios sanitarios.

Tampoco los neo funcionarios se quieren arriesgar a ser blanco de las piedras que arrojan contra las autoridades los indocumentados, que lo mismo garrotean a policías federales a los que han ordenado no responder agresiones y tampoco usar equipos antimotines, o a ser víctimas de agresiones de cubanos que el 15 de marzo tomaron por asalto las oficinas de Atención Migratoria en el sur de Tapachula.

Vandalismo extremo que llevó a la secretaria Olga Sánchez Cordero, a ordenar como respuesta, la reubicación del trámite de salvoconductos para los caribeños y demás extranjeros, replegándolos a Ciudad Hidalgo, distante 50 kilómetros de la segunda urbe chiapaneca, a la orilla del río Suchiate, lo cual molestaría a los isleños, que en alianza con los hondureños y coordinados con las mafias que los trasladan hacia Miami, emprendieron en respuesta una marcha el pasado sábado 23 de marzo, rumbo al centro y norte de la república mexicana.

Despliegue de la misma estrategia que los identifica desde mediados de octubre, llevando por delante a niños de meses en sus carriolas o caminando, con la diferencia de que esta vez el gobierno federal no les concedió el uso de autobuses para transportarse cómodamente hasta la Frontera Norte, por lo que, contrario a lo que esperaban, su transitar e extremadamente lento, enfrentándose a los bloqueos que grupos de policías hacen para evitar que se internen en las cabeceras municipales que encuentran a su paso, por lo que tienen que bordear y buscar refugios bajo los árboles a orilla de la carretera.

Agravamiento de la crisis de migrantes provenientes del Triángulo del Norte y de La Habana, que obliga a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, a viajar con urgencia el martes 26 de marzo a Miami, para reunirse con la titular de la Secretaría de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kirstjen Nielsen, con el propósito común de crear un plan de bloqueo de centroamericanos que pretendan utilizar a México como trampolín para llegar a la Unión Americana.

Resultado de ese encuentro y previa consulta con el Jefe del Ejecutivo Federal, la titular de la Segob daría a conocer el pasado jueves 28, que el Instituto Nacional de Migración y la Policía Federal crearán, con la asesoría estadounidense, un “cerco” en el Istmo de Tehuantepec, distante a 450 kilómetros de la frontera con Guatemala, para contener la llegada de la migración extranjera.

Una medida, que de antemano sería reprobada y condenada por los chiapanecos, toda vez que dejará a merced de la delincuencia de las bandas “maras”, a la población de los municipios severamente afectados en todos sentidos, por el paso de indocumentados.

Ignorancia extrema de las autoridades federales, insistimos, de la cada vez mayor compleja realidad, que se enfrenta desde Ciudad Hidalgo-Talismán, hasta Arriaga, bajo el imperio impune del crimen organizado.

Más de dos millones de chiapanecos-mexicanos, expuestos a todo tipo de acciones criminales del hampa del istmo latinoamericano, local y del interior del país, ante el repliegue de la Policía Federal y gendarmería, que dicha sea la verdad de poco han servido hasta ahora para defender vidas y patrimonios de las múltiples comunidades, dada la consigna de sus altos mandos, encabezados por el secretario de Seguridad Pública Federal, Alfonso Durazo Montaño, de no tocar a tan distinguidos y educados visitantes, ni con el pétalo de una rosa. 

Además, para complicar la zozobra imperante en la Región Soconusco, surgiría su versión de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se preparaba para recibir en los siguientes días, la que denominaría “caravana madre”, integrada por 20 mil hondureños, que saldría de San Pedro Sula, provocando de inmediato un psicosis de alto impacto entre los habitantes de la Frontera Sur.

Un aceleramiento de la distinguida mujer de leyes, al caer en el juego de la señora Kirstjen Nielsen, quien apenas días antes se había reunido con sus homólogos de Honduras, El Salvador y Guatemala, a quienes reclamó su apatía para frenar el flujo migratorio hacia Estados Unidos, previo paso por territorio mexicano.

Desde Tegucigalpa, el gobierno hondureño, por medio de su vicecanciller Nelly Jeréz, rechazaría por carecer de fundamento, la declaración de doña Olga Sánchez Cordero. Este domingo 31 de marzo, oficialmente las autoridades migratorias catrachas informarían que de su país no salió ningún contingente hacia México, echando abajo la versión de la titular de la Segob, evidenciándola como desconocedora de la problemática migratoria.

Endurecimiento de las autoridades migratorias mexicanas el mismo jueves de la semana anterior, al deportar a 66 cubanos a  La Habana, por la vía aérea, que se mantenían en calidad de asegurados en la estación migratoria de Tapachula.

Muy al estilo de la Administración de Donald Trump, de contrarrestar el avance migratorio ilegal, la decisión adoptada por el gobierno federal de crear un “muro humano” para obstruir el avance hacia la Unión Americana, de los miles de extranjeros que ya están en los municipios chiapanecos, es por demás fantasiosa, si se considera que el Istmo mexicano, que abarca los estados de Chiapas, Oaxaca, Tabasco y Veracruz –del Pacífico al Golfo de México-Atlántico-, tiene una extensión de 215 kilómetros, sin factor geográfico a favor, ni en número de efectivos de la Policía Federal y de la Gendarmería Nacional, que hagan posible el propósito.

Proyecto inviable y fuera de contexto, porque el problema migratorio está en la frontera con Guatemala y no en la zona del Istmo como se plantea y menos en Mapastepec, a la mitad de la Costa chiapaneca.

Una decisión que se da de manera caprichosa para darle “originalidad”, pero totalmente inoperante desde ahora, pues no es lo mismo venir de paseo turístico como lo hicieron el pasado 28 de diciembre, los secretarios de Seguridad Pública Federal, de la Defensa y Marina, que haber permanecido por lo menos un día, para realizar recorridos y conocer la realidad, en base a la información complementaria que les hubiesen proporcionado sus comandantes operativos

de las Zonas Militar y Naval, como de las mismas autoridades municipales que a diario enfrentan con demasiada dificultad, la atención y seguimiento de los movimientos de los migrantes que por necesidad se dirigen a Estados Unidos, y de aquellos delincuentes, que infiltrados, cometen todo tipo de ilícitos.

El otorgamiento nuevamente de “visas humanitarias”, a partir de este lunes 1 de abril, se convierte para los centroamericanos en la gran oportunidad de quedarse de manera definitivamente en México, como ya lo están haciendo miles, dispersados sin ningún tipo de control en todo el país.

Hora de que el Gobierno Federal y su Presidente Andrés Manuel López Obrador, actúen con mayor responsabilidad y sobre todo seriedad y capacidad, para corregir las decisiones últimas y volver a dar prioridad a los filtros tradicionales en las garitas internacionales de Ciudad Hidalgo y Talismán.

Un basta ya, a la continuación de la subordinación gubernamental mexicana a la consigna de Washington, que desconoce todavía más esta problemática, acentuada en el extremo sur del territorio nacional, por los efectos nefastos de su política globalizadora de la economía mundial, que sigue provocando hambre, pobreza, violencia, inseguridad, corrupción, impunidad, narcotráfico y crímenes en Centroamérica.

Los chiapanecos de la Frontera Sur, merecen respeto.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.