Trump: No vengan; AMLO: ¡Aquí hay trabajo! ¿?

En los días que vivimos, se conjugan las dos grandes mentiras de los Presidentes de Estados Unidos y México. Desde Caléxico, California, Donald Trump advierte a los migrantes centroamericanos que “den la media vuelta. No los podemos acoger”, lo cual es falso, porque siguen siendo una fuerza laboral clave, mientras aquí, Andrés Manuel López Obrador, reitera que su gobierno proporcionara empleo a los extranjeros indocumentados que decidan quedarse en el país, al no poder ingresar a la Unión Americana.

Pero este lunes 8 de abril, ocurriría lo inesperado, al darse a conocer el veredicto del juez federal de San Francisco California, Richard Seeborg, que bloquea la política anti inmigrante de Trump, y obliga al gobierno estadounidense a aceptar los migrantes que soliciten asilo, por lo que tendrán derecho a permanecer en ese país y no ser enviados a México, mientras una Corte resuelve sus casos.

Sin embargo, esta orden-desafío al jefe de la casa Blanca, no entrara en vigor de inmediato. Pues aguardará hasta el viernes 12 de abril, para dar tiempo a las autoridades federales, de presentar una apelación a la orden judicial de suspensión de las medidas gubernamentales.

Por supuesto que ello va a ocurrir y el mandatario del vecino país del norte, hará alarde de todo su poder, para dar marcha atrás a la sentencia judicial, que en principio lo pone en entredicho rumbo al proceso electoral intermedio que se avecina, el cual permitirá saber hasta dónde su reelección el martes 3 de noviembre de 2020, por otros cuatro años, es viable.

Ahora bien, la decisión judicial finalmente no es tan positiva en los momentos actuales, para las decenas de miles de migrantes centroamericanos y de otras nacionalidades que aguardan del lado mexicano, la respuesta a su solicitud de asilo, ya que dada la exagerada lentitud en su atención, mantiene en el desaliento a miles, que han empezado a dispersarse por el territorio nacional o pedido al Instituto Nacional de Migración, su deportación voluntaria al país de origen.

Más aún, cuando ahora se sabe, que antes de encontrar una solución a los planteamientos de quienes han copado con sus demandas las oficinas de Inmigración desde finales de octubre de 2018, provenientes Honduras, El Salvador y Guatemala, las Cortes norteamericanas tendrán que desahogar los más de 800 mil casos de solicitud de asilo que todavía se encuentran pendientes en tales instancias.

Cuando mediáticamente todo hace creer que se da fin a la pesada carga de los migrantes centroamericanos a México, ahora en cambio, más le vale al gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que le vaya pensando cómo va a cumplir a toda esa población flotante extranjera la promesa de concederles un empleo, pues la Administración Trump hará hasta lo imposible en los Tribunales,  para evitar su paso, aplicando mayor celeridad a los recursos financieros que den continuidad a la construcción del muro, aunado al envío de más elementos de seguridad militar para su resguardo.

López Obrador no deja de insistir, en que los migrantes centroamericanos tendrán empleo y que solamente en Chiapas habrán 80 mil oportunidades de trabajo para ellos, mientras los chiapanecos se siguen preguntando de dónde saldrán, porque el índice de nuevas fuentes de trabajo en la entidad, es prácticamente inexistente en lo que va de 2019 y mucho antes.

Como en todo el país, aquí, el problema de la cesantía burocrática se ha reactivado en los últimos dos meses, al acatar la orden Presidencial, en las dependencias federales, estatales y municipales, de los correspondientes gobiernos, de realizar un recorte de personal equivalente a un 30 por ciento, la cual se ha cumplido al pie de la letra, creando de inmediato un mayor clima de zozobra y desesperación. al cancelarse la oportunidad de tener un ingreso económico seguro.

En Chiapas se ha empezado a sentir con mayor severidad, el problema de liquidez, que repercute en la economía de los negocios de inversionistas locales, que sucumben más fácilmente en sus ventas frente a los foráneos, ya de por sí quebrantados por las marchas y mítines callejeros de profesores paristas, así como de campesinos e indígenas que han sido atropellados en sus derechos, por autoridades y grupos paramilitares.

No hay empleo, ni para los chiapanecos que egresan de las universidades y ante esa vergonzante realidad, tienen que emigrar a otras entidades en busca de la oportunidad que aquí no existen, evidenciando el fraude que se comete con los jóvenes al estudiar carreras, en un gran número de universidades, sobre todo privadas, que los llevan a no tener en la entidad ninguna opción laboral, porque no existen las empresas correspondientes para contratarlos.

López Obrador ofrece empleo a los migrantes extranjeros, cuando debido a la falta de apoyo gubernamental para hacer producir la tierra, en el medio rural la gravedad de la migración es tal, que en las rancherías y pequeñas comunidades de la sierra, solamente se quedan mujeres con hijos y ancianos, porque sus jóvenes se ven obligados a buscar fuera de Chiapas el sustento, dando prioridad a los Estados Unidos.

Problemática no exclusiva, sino general desde hace varias décadas, hoy más acentuada, que mantiene laborando en la Unión Americana a más de 15 millones de mexicanos, que durante 2018, enviaron remesas a sus familias, por el equivalente a 33 mil 481 millones de dólares, según los registros del Banco de México. No obstante las medidas anti inmigrantes de Trump, tuvieron un aumento de 10.5 por ciento, respecto a 2017, cuando los envíos fueron del orden de 30 mil 291 millones de dólares.

De acuerdo con el Banxico, los estados que observaron los mayores incrementos en 2018, fueron Chiapas, con 25.7 por ciento; Tabasco, 25.6 por ciento; Chihuahua, 19.1 por ciento; Baja California Sur, 16.9 por ciento y Sonora, con 16.8 por ciento de crecimiento.

La mitad de las remesas en dólares enviadas desde la Unión Americana, en 2018, se concentraron en siete entidades: Michoacán, con un total de tres mil 393 millones de dólares; Jalisco, tres mil 288 millones; Guanajuato,  tres mil 046 millones; Estado de México, mil 903 millones; Oaxaca, mil 731 millones; Puebla, mil 699 millones, y Guerrero, con mil 615 millones de dólares.

Para dar una idea de la importancia que representan los apoyos de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, a la economía de sus familias y del país, baste decir que en 2018 fueron superiores a la inversión extranjera directa que tuvo México, estimada en 32 mil millones de dólares, mientras que las del turismo extranjero se situaron en los 22 mil 440 millones de dólares.

Donald Trump sabe de esa gran dependencia de México, pero también que no puede contrarrestarla, por su importancia en los sistemas productivos que coadyuvan en hacer de Estados Unidos, la primera potencia del mundo, gracias a sus inmigrantes.

Aunque como parte de ese juego perverso que le caracteriza, manipula a sus seguidores, manteniendo su estilo anti inmigrantes, el pasado viernes 5 de marzo, en Caléxico, en la vecindad con Mexicali, exigiría a los migrantes centroamericanos que: “Den la media vuelta. Aquí ya no los podemos acoger. Estados Unidos está lleno”.

Uso común de la estrategia para el desquiciamiento temporal, como ocurriría de nuevo con los propios empresarios estadounidenses de las ciudades limítrofes con México, al amenazar el viernes 29 de marzo, que cerraría la frontera común en “la siguiente semana y durante mucho tiempo” sí el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no detenía las caravanas de migrantes que se dirigen a la Unión Americana. 

Un día antes de su visita, por la mañana del jueves 4, le daría a México un año para frenar el narcotráfico en la frontera, ya que de lo contrario impondría aranceles a sus vehículos.

Fiel a sus locuras pasajeras, Donald Trump declararía el viernes 5, que no obstante haber publicado en su cuenta de twitter, que “México esté por primera vez en décadas realizando arrestos importantes de ilegales en su Frontera Sur, antes que los migrantes inicien su largo periplo hacia Estados Unidos. México está haciendo un trabajo fantástico en los últimos cuatro días, están deteniendo a todo el mundo, ayer detuvieron a mil 400 personas”.

Reiteraría, aún así, sus advertencias de imponer aranceles del 25 por ciento a los automóviles producidos en México, en caso de incumplimiento. Un 80 por ciento de las exportaciones de automóviles fabricados en México, importante pilar de su producción manufacturera, tienen como destino Estados Unidos y Canadá.

Desquiciamiento mental de Trump, que debería preocupar a los estadounidenses, cuando subrayaría que, «si eso no funciona, voy a cerrar la frontera», además de manifestar que está considerando la posibilidad de crear sanciones económicas al Gobierno de México, por 500 mil millones de dólares, por las drogas que ingresan y se comercializan en Estados Unidos.

Recurre Donald Trump al viejo argumento de sus antecesores y en general de la sociedad de Estados Unidos, de delegar la responsabilidad del narcotráfico en todos los estados de la Unión, a México, cuando bien sabido es que dentro de ese país y a los más altos niveles de la política y los negocios, se mantienen los contubernios estrechos para que los estupefacientes sean parte importante de la vida de esa nación y especialmente de los jóvenes que las utilizan al ser enviados a las guerras que favorecen las grandes utilidades de su industria bélica y su poderío militar en el mundo.

Ante la ofensiva por demás irrespetuosa chantajista de su homologo Donald Trump, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, está obligado a asumir una actitud más decorosa y enérgica, para demostrar al mundo que México es un país soberano, decidido a no permitir que los poderosos intereses representados por el jefe de la Casa

Blanca, evidencien que su vecino del sur sigue siendo su traspatio, como ahora ocurre con la invasión de migrantes centroamericanos, propiciada por el capitalismo salvaje que somete a los pueblos del Triángulo del Norte de Centroamérica.

Un problema que se avecina todavía más complejo para el interés nacional, y que los asesores Presidenciales de la cuarta transformación, aún no acaban de entender, por lo que gradualmente la Frontera Sur, se ha convertido en un polvorín de muy alto riesgo, que se minimiza.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.