AMLO, ignorante del grave problema migratorio

En el enésimo día de uso de su mañanero juguete de comunicador y hacedor de su imagen, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, se preocuparía más este viernes 12 de abril, por tratar de contrarrestar el acoso del conductor-periodista de Univisión, Jorge Ramos, que de abordar la cada vez más complicada problemática de inmigrantes, en la Frontera Sur de México con Centroamérica.

Acostumbrado a responder las preguntas e incluso cuestionar a los jilgueros que le acomoda todos los días, de lunes a viernes, su jefe de prensa, esta vez el mandatario mexicano tendría un amanecer diferente, al ser cuestionado severamente y hasta interrumpido en varias ocasiones por el controvertido hombre de la pantalla chica estadounidense, dirigido al público hispano desde Miami.

En el tema de la violencia y sus consecuencias por el elevado número de muertos, que según Ramos supera en los primeros cuatro meses de la administración federal, a los registrados en el mismo período de 2018, se daría el malestar del Jefe del Ejecutivo Federal, que lo negaría y afirmaría lo contrario, mientras el periodista insistía en refutarlo.

Qué se iba a estar acordando López Obrador, de las adversidades que día y noche enfrentan los chiapanecos-mexicanos, vecinos de la hoguera social y de bancarrota de los países del Triángulo Norte al sur del Río Suchiate. Bueno, ni siquiera daría el menor comentario, porque al final quedaría muy molesto por el tono en que lo trató el comunicador de Univisión.

El colega mexicano-americano, le cuestionaría el porqué mantiene presiones sobre un periódico de la ciudad de México, para que revele la fuente que le entregó sin su autorización, una copia de la carta que dirigió recientemente al rey Felipe de España y al Papa Francisco, en la que pide a ambos personajes que a nombre de los Estados que representan, se disculpen con los antiguos pobladores indígenas y los actuales, por los abusos cometidos por sacerdotes católicos y crueles conquistadores, hace 500 años.

Una exigencia que, por cierto, ha sido rechazada por el propio Sumo Pontífice, quien ha declarado que en nombre de la Santa Sede ha pedido perdón por los atropellos cometidos por sus representantes en el pasado, no únicamente a México, sino a todas las naciones de América Latina sometidas por los ibéricos, mientras el monarca español ha rechazado esa posibilidad, al creerla innecesaria.

Jorge Ramos le recordaría al Presidente López Obrador, que al mantener su reclamo a los directivos del medio impreso, de que le informen quién o quiénes “filtraron” tal mensaje, le llevaría a violar la Constitución, que establece claramente el Derecho a la Información y a la protección de las fuentes de información de los periodistas.

Un asunto que ha “enojado” al Primer Mandatario, pues nadie más que él sabe los nombres de sus colaboradores más cercanos, que participaron en la elaboración del contenido de la carta, que seguramente se fotocopió y que por lo mismo uno de ellos, siguiendo la consigna superior, la hizo llegar al periódico para que la publicara y así estar en condiciones de obtener las reacciones previas a la respuesta oficial.

Situación trivial que la mayoría de la comunidad nacional ha desaprobado por innecesaria y ser promotora de una cortina de humo, para evadir los reclamos sociales por el incumplimiento de promesas, tales como el reducir los precios de las gasolinas y el diesel, de la electricidad y el gas, además de la violencia, inseguridad e impunidad, convertida esta última en una grave ofensa al descartar López Obrador que no habrá castigo para los responsables de los ilícitos del pasado, sino nada más los del futuro.

Aplicación simple del perdón y olvido, para que haya “amor y paz”, que resultan imposible de aceptar por los afectados, cuando este viernes 12 de abril, se atrevió a dar una nueva cifra, sin que la sustentara, de 250 mil muertos registrados en los dos últimos sexenios, durante el combate al crimen organizado. Difícilmente un padre o una madre que hayan perdido a un hijo, que sin deberla, resultara muertos, por “el fuego cruzado” de militares y mafiosos, pueden olvidar y menos perdonar sin justicia. Lo mismo pudo haber ocurrido con un hermano, tío, sobrino, nieto o abuelo.

Ese, es el mismo sentir que ahora en 2019, enfrentan en la Frontera Sur, la viuda, hijos y nietos del respetado y querido maestro jubilado Romeo Díaz Luna, asesinado a balazos por dos pistoleros hondureños, en la ciudad de Tapachula, el pasado 14 de marzo, al oponerse a ser despojado del dinero que había sacado de su cuenta de banco.

¿Podrán complacer a Andrés Manuel, los deudos (esposas e hijos), de los dos modestos jóvenes policías municipales de la ciudad más importante de la Frontera Sur, Roger Olaf Hernández Díaz y Gilberto Pérez Robledo, acribillados con arma de fuego por un sicario también hondureño, cuando trataban de detenerlo, luego de haber asesinado a Edilzar Humberto Pérez, un comerciante guatemalteco de frutas y verduras, en el interior del popular mercado San Juan.

Cita de dos ejemplos significativos, a los que se agregan muchos más por todos los rumbos de la urbe de un millón de habitantes, en la que prevalece un clima angustiante de incertidumbre y miedo, por la presencia activa de delincuentes de origen centroamericanos armados, que lo mismo asaltan, matan o violan sexualmente, de manera impune.

Muchas víctimas de todos los niveles socioeconómicos, que obliga a una clase económicamente alta a contratar guardaespaldas armados, que actúan con discreción, mientras que en las zonas populares sus habitantes son más vulnerables por el hampa incrementada por el arribo de decenas de miles de migrantes, entre los que se ha infiltrado para llegar a México procedentes de Honduras, El Salvador y Guatemala.

La mayor parte del territorio de Tapachula, como de los municipios fronterizos, se mantienen en estado permanente de indefensión, a pesar de los múltiples llamados de auxilio al Gobierno de la República, para reforzar con más contingentes de la Policía Federal y Gendarmería Nacional, la vigilancia que otorgue seguridad y confianza a la ciudadanía.

El mismo mensaje se ha hecho llegar mediante cartas y por las páginas de los medios de comunicación impresos, además de los electrónicos y digitales, a la administración estatal, sin lograr la obligada y pronta respuesta.

Una avalancha de extranjeros indocumentados permanente sobre la Región Soconusco, que ya abarca otras del estado, desde mediados de octubre de 2018, surgidas en Honduras, como “caravanas del hambre”, que sus organizadores, miembros de mafias internacionales de trata de personas, que incluyen la prostitución y el tráfico de drogas, país que han tomado como centro principal de operaciones.

Discursos y más discursos hasta del mismo Jefe de la Nación, no para referirse a la Frontera Sur, sino a la “buena voluntad” de su colega estadounidense Donald Trump, a la que se han sumado para minimizar el problema en la colindancia del istmo latinoamericano, los secretarios de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño; Luis Cresencio Sandoval González, de la Defensa Nacional; José Rafael Ojeda Durán, de Marina, y de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

Como titular de la Segob, es quien más ha hablado del tema, por corresponderle la responsabilidad de tener, entre las pocas dependencias que aún le quedan a su cargo, al Instituto Nacional de Migración, luego de la separación de las instituciones civiles de seguridad.

Doña Olga ha demostrado en su vida profesional, ser una excelente profesional del conocimiento de las leyes, al grado que sería antes de su cargo actual, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero en sus intervenciones discursivas sobre el conflicto migratorio, ha evidenciado sus grandes limitaciones en el conocimiento de la realidad del país y especialmente de la Frontera Sur.

Por supuesto, que la secretaria Sánchez Cordero no se manda sola y resulta obvio que todo lo que declare lo hace por instrucciones del Presidente López Obrador, como lo haría después de su reunión con Kirstjen Nielsen, la ahora ex secretaria, de Seguridad Nacional de Estados Unidos, celebrada el pasado 26 de marzo en la ciudad de Miami, Florida.

A su regreso, después de recibir por medio de Nielsen, la petición del Presidente Donald Trump de recorrer la Frontera de Chiapas con Centroamérica, hasta la zona del Istmo (Salina Cruz-Coatzacoalcos), vendría la autorización del Primer Mandatario, para que la anunciara a los medios de comunicación, causando de inmediato un rechazo absoluto de la población chiapaneca y de su sector empresarial, por considerarla violatoria de la Constitución y con ella dejar en el absoluto desamparo a la Región.

En tono por demás preocupante daría a conocer también, que de acuerdo con la información que poseía, en la semana siguiente, saldría de Honduras “la caravana madre”, conformada por más de 20 mil migrantes.

Ignorancia del Presidente Andrés Manuel López Obrador, al ceder a tal absurdo, en su afán de congratularse con el racista mandatario de la Unión Americana, que involucraría a la misma Olga Sánchez Cordero, quien precisaría que  instalaría un “muro” policíaco federal, para frenar el paso de los migrantes extranjeros.

Lo que entonces se le olvidó, por el mismo desconocimiento, es precisar cuántos agentes del Instituto Nacional de Migración, de la Policía Federal, Gendarmería Nacional, así como elementos del Ejército y Marina, se utilizarían para crear el cerco a lo largo de más de 200 kilómetros, que incluyen las vecindades de Chiapas, Veracruz y Tabasco.

Luego, ante la salida intempestiva y violenta en los días siguientes, de un contingente de más de dos mil 500 indocumentados integrados por cubanos y hondureños, anunciaría que se crearía una estación de control migratorio en el

municipio de Mapastepec, a la mitad de la Costa chiapaneca, que fracasaría en el intento, al no contar con la mínima infraestructura tanto física como de efectivos del INM, que incluso se opondrían a la medida, al no otorgárseles viáticos para pago de la gasolina de sus automóviles, alimentos y el hospedaje que se excluía por no haber hoteles en esa ciudad, por lo que tendrían que viajar diariamente de ida y vuelta desde Tapachula.

Días posteriores, que llevarían a mediados de la semana a un desenlace violento en las instalaciones de la Estación Migratoria de Tapachula, por parte de cubanos, aliados con “maras” hondureños y africanos de diversas nacionales, que se amotinaron causando saqueos, destrozos y fugas de 300 de los asegurados por el INM.

Llegada del viernes 12 de abril, en que de nuevo se reactiva el temor de la población en la Frontera Sur, al ingresar con extrema violencia por la garita de Ciudad Hidalgo y por el cauce del Río Suchiate, más de tres mil hondureños, que en cuestión de 72 horas, llegaron desde San Pedro Sula, por la tarde y noche al centro de la Tapachula, llevando como vanguardia a decenas de menores de edad, para pernoctar al aire libre, en el Parque Central.

Desde Mérida, Yucatán la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, informaría por la mañana, que hasta el momento el Gobierno de México, no tiene pensado realizar un cierre de la Frontera Sur y si en cambio lograr un registro de todos los migrantes que  la crucen.

Se olvida, que la longitud del límite internacional en Chiapas, es de 965 kilómetros, desde la Costa hasta la Selva Lacandona, lo cual convierte la idea en un sueño imposible de realizar, por lo fantasioso.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013, Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad A.C.