Grave crisis de autoridad en la Frontera Sur

Domingo 28 de abril, de continuación de la madre de todas las crisis migratorias en la Frontera Sur de México con Centroamérica, en la que la población de más de millón  y medio de habitantes de la Región, se mantiene en estado permanente de alerta ante la imparable e incontrolada inmigración de decenas de miles de extranjeros, por la indiferencia del Gobierno de  la República.

Alteración mayor de la paz y la armonía en Tapachula, la segunda ciudad más importante de Chiapas y los municipios aledaños fronterizos de Tuxtla Chico, Metapa, Frontera Hidalgo, Suchiate, Cacahoatán, Unión Juárez, Mazatán, Huehuetán, Tuzantán y Huixtla, por el incremento de la presencia de células y líderes de las pandillas “maras”, que siguen imponiendo su ley por encima del Estado de Derecho, con la complacencia de autoridades de los tres niveles.

Y aunque la mayoría de los inmigrantes son gente ajena a la delincuencia organizada, que huye de sus países por la violencia, inseguridad, el hambre, asesinatos, extorsiones, guerras civiles internas y empobrecimiento extremo, estos grupos delictivos (salvatrucha 13 y barrio 18), procedentes de Honduras, El Salvador y Guatemala, afectan la buena marcha de quienes buscan en México y Estados Unidos, mejores condiciones generales de vida.

Observancia de un cambio radical en la política de atención y apoyo del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que ha convertido en un martirio para la mayoría de los extranjeros que transitan de manera indocumentada hacia la Frontera Norte, con la convicción de que lograrán su hazaña de cruzar a la Unión Americana y realizar el ansiado sueño de cambio existencial.

Circunstancia adversa, agravada en lo que va del año, que este domingo 28 de abril, fue tema de la homilía del obispo Jaime Calderón Calderón, titular de la importante Diócesis de Tapachula, que abarca los municipios de la Regiones Costa, Sierra y Soconusco, de la entidad, habitadas por poco más de dos millones de fieles católicos.

Un yo acuso, al afirmar el jerarca de la Iglesia Católica, que actualmente se vive una grave crisis de autoridad en la realidad de las migraciones, pues no se ve una acción clara de parte del Gobierno de México, para hacer frente y acompañar a las caravanas migrantes.

Severo enjuiciamiento del prelado a la autoridad federal, al acusar que primero permiten la entrada a los grupos extranjeros, los vigilan, los acompañan en la carretera bajo el inclemente sol y luego los emboscan para llevarlos a la Estación Migratoria Siglo XXI.

Voz a los sin voz en la denuncia que seguramente será objeto de atención por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, cuando afirma que no les ofrecen un trato digno y humanitario e incluso ni siquiera respetan el mismo documento que les dan, donde les permiten el libre tránsito.

Al margen de las cuentas alegres que tanto el titular del Instituto Nacional de Migración, Tonatiuh Guillén López y su Delegación en Chiapas, entregan al Presidente de la República, de la “pronta atención” a los migrantes, para que continúen su camino al norte del país, monseñor Calderón Calderón revela que hay migrantes que llevan más de dos meses esperando sus papeles para avanzar hacia el interior de la República.

Solidario con la causa de los extranjeros inmigrantes, el religioso subrayaría que la crisis de autoridad ha hecho que algunos migrantes se desesperen y asuman actitudes donde faltan a las leyes mexicanas y al sano respeto y convivencia entre los mexicanos.

Tono enérgico del máximo dirigente eclesiástico, al anunciar que une su voz a la de la sociedad en general, para invitar tanto el Presidente Andrés Manuel López Obrador, como al gobernador del estado, Rutilio Escandón Cadenas, a mirar con seriedad la situación de la Frontera Sur.

Advertencia de que la actual emergencia humanitaria de la migración, seguirá en aumento, por lo que monseñor Calderón Calderón, haría un llamado “a los que están al frente de nuestro país, para que nos ayuden a ser solidarios con los migrantes, por lo que nos parece conveniente que se abra un albergue temporal para ello, donde se les pueda ofrecer un trato digno, mientras se esclarece su situación o se les deporta”.

Por supuesto que hay razón en los señalamientos del principal pastor católico diocesano, cuando refiere lo concerniente a la grave crisis de autoridad que se vive en la vecindad con el istmo latinoamericano, pues no solamente ha sido en lo relativo a las contradicciones en que ha incurrido la actual Administración Federal, al ofrecer no únicamente tarjetas humanitarias, sino también empleos ilimitados, sobre todo a los centroamericanos.

Desatención a las peticiones de apoyo urgente de agentes y personal administrativo de la Delegación Estatal del Instituto Nacional de Migración, para reordenar la estrategia de atención en la Estación Migratoria Siglo XXI de Tapachula, que en la semana anterior llegó a alojar en su interior a más de tres mil 200 seres humanos, entre adultos y niños, cuando su capacidad no debe ir más allá de los 500 espacios, lo cual generó una insurrección encabezada por cubanos, hondureños y africanos, que hizo posible la fuga de la gran mayoría.

Trato por demás violatorio de los derechos humanos el hacinamiento record en las instalaciones de la Secretaría de Gobernación, que debiera de atender con urgencia su titular, doña Olga Sánchez Cordero, para poner orden donde Alejandro Encinas Rodríguez, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, no ha estado lo suficientemente informado o de plano ha hecho caso omiso.   

Dualidad que ha provocado el desbordamiento migratorio sin control alguno, que incluye el sanitario, lo cual los convierte en una real amenaza de contagio a la importante población de la Frontera Sur, de enfermedades como el sarampión y otras ya erradicadas en el país.

Frontera chiapaneca caída en desgracia, al no observarse desde hace cinco meses y medio, la indiferencia gubernamental para hacer valer el orden jurídico a todo aquél migrante que con toda impunidad lo ha pisoteado, con el absurdo agregado de burlarse de las mismas autoridades federal, estatal y municipal, a la que ha llegado al extremo de enfrentar apedrear.

Obvio que no se puede generalizar, pero sí enfatizar el hecho de órdenes superiores por demás fuera de lugar e incluso violatorias de los derechos humanos de policías federales y agentes de migración, que han sido víctimas de la violencia de delincuentes extranjeros infiltrados en las caravanas que han arribado a territorio nacional.

Intolerancia llevada a los extremos, porque a este tipo de personas perfectamente identificables por sus tatuajes, vestimentas y de oscuros antecedentes no se les detiene y menos que se les toque con el pétalo de una rosa, y por lo mismo actúan con absoluta libertad para asaltar transeúntes y robarles objetos de valor, robos a casas, amenazas y extorsiones, manejan prostitución de jóvenes y disputan a toda hora territorios para el control de la venta de estupefacientes.

Una situación en la que cuenta mucho el contubernio de malos elementos de las corporaciones policíacas de los tres niveles de gobierno.

Dada la gravedad del vacío de autoridad, la población de la Frontera Sur estaba confiada de que el mando principal de la tan cacareada Guardia Nacional, Andrés Manuel López Obrador, daría prioridad a la Zona, para hacer retornar el orden constitucional perdido.

Su ausencia demuestra, que el Presidente de la República continúa menospreciando la importancia estratégica de la colindancia con la hoguera centroamericana, para la seguridad nacional, que como ya  hemos comentado, ha dado margen por adelantado a la presencia de agentes estadounidenses de las Corporaciones Antidrogas, de Investigación y de Inteligencia, además de Salud, que operan con absoluta libertad para realizar su trabajo, con la más absoluta discreción.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.