México, ¿por qué tienes que pagar culpas ajenas?

México vive hoy una de las etapas más difíciles de su historia, al enfrentar más de la mitad de su población una pobreza inconcebible, consecuencia de la explotación de su gente y de sus riquezas, por minorías de fuera y de dentro, que siguen polarizando la situación general del país, al convertirlo en una Nación de extremos, donde el rico cada vez es más opulento y el jodido más miserable.

Alianzas de grupos cupulares con el capital foráneo y por lo mismo identificadas por los intereses comunes, a los que nada interesa la soberanía, la independencia y sobre todo la dignidad de todo un pueblo, cuando tienen como Dios, al dinero.

Corrupción en todo y para todo, que arrasa con las mejores intenciones de una nación cansada del abuso y de la impunidad, que hoy identifican a México en el contexto mundial, donde la imagen se pierde en medio de la vorágine de una violencia histórica, marcada por el crimen organizado que como la humedad se mantiene en todas las estructuras del poder, pese a las buenas intenciones actuales, que no aterrizan al quedarse en el terreno del impacto mediático.

Una realidad que gradualmente aniquila a un país todavía rico en sus reservas naturales, pero extremadamente pobre en su gente, que lamentablemente se ha resignado a ver pasar permanentemente el desfile de funcionarios, políticos y empresarios, que sin el menor recato se reparten junto con el extranjero, el patrimonio de esa gran mayoría de 120 millones de mexicanos.

Narcotráfico internacional que ha penetrado los centros de la toma de decisiones, lo mismo en México que en Estados Unidos, el principal país consumidor en el planeta, de cocaína, heroína, mariguana y otros estupefacientes, que producen ganancias por más de 500 mil millones de dólares anuales.

Tiempos, los últimos protagonizados por el bipolar Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha utilizado a los mexicanos, como pocos de sus antecesores, para generar un clima de animadversión con fines electorales, que le funcionó a las maravillas para alcanzar un triunfo electoral cuestionable sobre su contrincante demócrata Hillary Clinton, esgrimiendo la amenaza y el chantaje, como garrote vil.

Han funcionado en el ánimo de los “patriotas americanos”, todos aquellos calificativos despectivos hacia lo nuestro, en el sentido de que quienes se internan por su Frontera Sur en territorio estadounidense, son narcotraficantes, drogadictos y violadores.

Segunda oportunidad de reelección, en la que arrecia con mayor intensidad nuestro “prestigio de malas gentes” que solo buscamos dañar la estructura laboral y seguridad nacional del vecino, al abrir las puertas de par en par, para que los migrantes de los cinco continentes entren por Centroamérica y peregrinen por el territorio nacional para llegar a los puntos de contacto e ingreso ilegal a la Unión Americana.    Conocimiento pleno, por parte de Washington y sus Corporaciones, de los puntos “débiles” de una clase gobernante y de su vulnerable engranaje, en el manejo de la economía nacional, pero sobre todo de lo que todavía queda del orgullo mexicano, significado por las industrias petrolera, a la que poco les falta por controlar, y eléctrica, en manos prácticamente del capital español, que imponen tarifas cada vez más impagables para los millones de usuarios.

Complicación creciente de la problemática nacional, inmersa en una violencia que no retrocede y si envía señales de nuevos retos con los asesinatos de jóvenes, últimamente de nivel universitario en la capital de la República, así como desaparición y crímenes, como constante, de mujeres, en medio de un estado pleno de indefensión a lo largo y ancho de la patria.

Aumento de los niveles de violencia e inseguridad en la Región Soconusco, al arribar infiltrados en las llamadas “caravanas del hambre”, líderes y células de las pandillas delictivas de las “maras” salvatrucha 13 y barrio 18, que en diversos rumbos de la ciudad de Tapachula, la segunda en importancia de la entidad, han creado un ambiente de zozobra y miedo, por sus permanentes enfrentamientos que diario tiene n saldos mortales, al enfrentarse utilizando armas de fuego, por la disputa de espacios para sus operaciones de narcomenudeo, extorsión de comerciantes locales y prostitución de jóvenes.

Etapa de inseguridad en toda la geografía nacional, que se incrementa con la incursión desde la Frontera Sur con Centroamérica, sin ningún tipo de control migratorio, pero sobre todo de salud, de varios cientos de miles de migrantes provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala, a los que de manera muy notoria se han sumado cubanos, haitianos y africanos.

Historia que a todos concierne, al no necesariamente todos los inmigrantes, intentar pasar a suelo estadounidense, sino dispersarse en el mexicano, donde especialmente los africanos han empezado a rehacer sus vidas, con el riesgo para las poblaciones de influencia, al desconocer si son portadores de enfermedades que en México han sido erradicadas o si traen en sus organismos otras como el ébola, cuyo virus puede permanecer inactivo hasta nueve meses, pero que al desencadenarse en cualquier momento, su evolución es de dos a 21 días, puede ocurrir el contagio y el inminente deceso.

Oficialmente tampoco se conoce hasta ahora, ningún caso en la Región Soconusco, donde aún permanecen varios miles hombres, mujeres y niños, provenientes de El Congo, Camerún, Sierra Leona, entre otros, por  la simple razón de que aunque están ubicados en centros de atención migratoria y albergues, las autoridades de la Secretaría de Salud estatal y federal, todavía no se ponen de acuerdo para iniciar el censo sanitario obligado.

Se argumenta que debido a la “austeridad republicana del gobierno de la 4ª Transformación”, la SSA federal y chiapaneca, carecen del mínimo presupuesto para llevar a cabo los estudios que permitan detectar las enfermedades como el VIH-SIDA, que identifican a un elevado porcentaje de los africanos y centroamericanos.

Lo delicado es que los extranjeros indocumentados, después de la escala de descanso en las ciudades de la Región Soconusco, con la ayuda de agentes y funcionarios corruptos del Instituto Nacional de Migración, bien remunerados por los “polleros” de bandas internacionales, se desplazan sin salvoconductos y por lo mismo sin problemas, hacia la Frontera Norte.

Y es ahí donde se han agravado sus intentos de vida mejor al otro lado del río Bravo, al ser asegurados por elementos de las Agencias que combaten la inmigración ilegal en los Estados Unidos, para después de breve tiempo en centros de reclusión, donde son fichados y advertidos de los riesgos de cárcel por varios años, si reinciden, son deportados, pero no a sus países, sino a México, donde las autoridades del Instituto Nacional de Migración de la Secretaría de Gobernación, deberán correr con los gastos de alimentación, limpieza y traslado aéreo o terrestre hacia Centroamérica.

Situación por demás injusta, que por supuesto no es nueva, pero que tampoco motivaría que ningún gobierno anterior se inconformara por el trato de patio trasero en que de tiempo atrás, nuestros “socio comerciales” han convertido al territorio nacional.

Podría pensarse que en aras de una “buena relación de vecinos”, ni los Presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe de Jesús Calderón y Enrique Peña Nieto, se atreverían a utilizar los canales diplomáticos con La Casa Blanca o de las Naciones Unidas (ONU), y de la Organización de Estados Americanos (OEA), para inconformarse por el abuso, con cargo al presupuesto no programado para tales eventualidades.

Relevo en el mando Presidencial, de Andrés Manuel López Obrador, a partir del 1 de diciembre de 2018, con la diferencia marcada con sus antecesores, de un panorama complejo en cuestión de los últimos ocho meses, que se vuelve coyuntural para Donald Trump, por sus ambiciones de prolongar su estadía como jefe de la Casa, otros cuatro años.             

Golpe a golpe, cual sparring, de una economía mexicana subordinada a los intereses del Corporativismo usado por Trump con fines electorales, para demostrar a sus connacionales, que manda y marca pautas al naciente gobierno mexicano.     

Reforzamiento de su estrategia mediática perversa, para convertir en el terreno de los hechos a México, en la ventanilla de atención de los Estados Unidos, de los problemas que junto con sus potencias aliadas, ha creado con la doctrina de sometimiento de Globalización de la Economía del planeta, que hoy se revierte y repercute negativamente en la Unión Americana y en los países de Europa, en forma de un éxodo sin precedente en la historia del mundo.

La imagen desfigurada de la Nación mexicana, como si fuese una estrella más de la bandera de las barras, al ser embestido con saña nuestro país, por un desbordado gobernante republicano, ambicioso y enfermizo, que recurre a todas las ventajas que le brinda la sumisión de un gobierno que acepta correr los riesgos de ser violentada la dignidad, independencia y soberanía, por el capitalismo salvaje.

Desde ahora no es difícil advertir, que el Gobierno de la República, tendrá que hacer a un lado su proyecto de “austeridad republicana”, para dar paso a una realidad en la que ningún presupuesto oficial, por más alto que sea, será suficiente para atender las necesidades de los varios cientos de miles de migrantes de otros países, que por disposición del gobierno de Donald Trump, tendrán que aguardar “el tiempo necesario”, la respuesta a sus solicitudes de asilo para vivir sin problemas en la Unión Americana.

Andrés Manuel López Obrador está, sin vuelta de hoja, involucrado en la solución de problemas ajenos, que México no tiene por pagar los daños de una doctrina económica y de terrorismo bélico que obliga el éxodo en el mundo.

Muy

malos augurios, cuando la Secretaría de Gobernación a cargo de doña Olga Sánchez Cordero, informa que en lo que en los primeros 12 días de junio, el Instituto Nacional de Migración ha deportado a sus países de origen a más de ocho mil 500 personas, la mayoría centroamericanas, que han sido asegurados entro del territorio nacional.

La contraparte estadounidense ha devuelto a México, de manera arbitraria e indiscriminada, porque sólo unos cuantos son connacionales, a 11 mil 922 seres humanos, provenientes del “triángulo del Norte o de la Muerte”, de América Central.

Queda claro que el Imperio de las barras y las estrellas manda y México obedece, sin necesidad de que se venza el plazo de los 45 días, del chantaje dispuesto por quien mantiene la obsesión de prolongar otro cuatrienio, su estancia en la Sala Oval de la Casa Blanca.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.