Ganadería y abigeato

La actividad ganadera adquiere cada vez mayor importancia en la economía nacional, al ocupar el país el segundo lugar mundial en exportación de ganado en pie – un millón de bovinos-, además de sexta posición como productor de carne de res -1.8 millones de toneladas-, cuyo valor se incrementó en el último año más del 40 por ciento.

La información de productores y oficial, precisa que en general, en el último año, el sector pecuario tuvo una producción de 19 millones 700 mil toneladas, con un valor de 508 mil millones de pesos, superior en un 10.8 por ciento al registrado en 2013.

Constituye hoy el sector ganadero un potencial extraordinario de divisas para la economía mexicana, al abrir el Gobierno de Enrique Peña Nieto nuevos mercados internacionales, de tal forma que ya se exportan carne de res y cerdo a Japón y Corea, mientras que con China se mantienen muy avanzadas las negociaciones para que mil 400 millones de habitantes puedan ser también consumidores, no solamente de estos productos pecuarios, sino también de lácteos.

Incentivos federales históricos para su desarrollo, durante los primeros tres ejercicios presupuestales, que han permitido una inversión de casi siete mil millones de pesos -superior en 30 por ciento a la que se destinaba en 2012-, en diversos rubros de apoyo a 456 mil productores, especialmente el Programa Ganadero (PROGAN).

Aquí, en Chiapas, la ganadería se ha convertido en la segunda actividad productiva más importante del territorio estatal, después del turismo, al grado de ocupar el tercer lugar nacional, debajo de Veracruz y Jalisco, al tener pastando en su vasta geografía dos millones 400 mil cabezas de ganado, que hacen posible la generación anual de 110 mil toneladas de carne y 402 mil litros de leche, para ocupar el cuarto lugar en ese renglón en el país.

Lo interesante de esta etapa de fortalecimiento de la ganadería mexicana, es que no únicamente se están aplicando más recursos oficiales a su favor, sino que se están encauzando a segmentos más sofisticados que le conceden más valor, como ya ocurre con la certificación genética, además de la innovación y transferencia de tecnología.

Es así, como un año después de haber comprometido el Gobierno de la República el establecimiento de un Centro Nacional de Referencia Genómica, para dar certeza a la calidad de los animales de registro, éste ya se encuentra operando en Morelia, Michoacán.

Y para mayor tranquilidad, pero sobre todo claridad en los lineamientos para el control del ganado, después de 10 años de haberse solicitado, fue aprobada la Norma Oficial Mexicana que regula el Sistema de Identificación Animal para Bovinos, que refuerzan las medidas de calidad genética y calidad animal.

Una más que buena nueva para los productores ganaderos del país, pues con esto último, de manera adicional se combate el abigeato en el país, que se ha convertido en un problema severo para este sector, que registra pérdidas cuantiosas, que hasta ahora, por cierto, no ha cuantificado su organismo cúpula, la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas, que solamente maneja el concepto de muchos millones.

El robo de ganado, se convirtió en un problema preocupante para los ganaderos, al incrementarse un 70 por ciento, en el período 2012 a 2014, lo cual motivó la realización de varias reuniones con el gobernador Manuel Velasco Coello, de quien solicitaron su intervención para combatir a la creciente delincuencia organizada.

Dada la gravedad del problema, el 24 de octubre de hace casi un año, por decreto y con la aprobación del Congreso estatal, se crea por primera vez en México, una Fiscalía Especializada para la Atención del Delito de Abigeato (FEADA), bajo el mando de la Procuraduría General de Justicia.

En su momento, el titular de la PGJE Raciel López Salazar, informaría que con tal medida, la Administración estatal combatiría y reduciría los índices delictivos de gran afectación en la ganadería estatal, mediante la creación de Fiscalías del Ministerio Público de la FEADA en las estratégicas jurisdicciones municipales de Tapachula, Pijijiapan, Cintalapa, Villaflores, Palenque, Pichucalco y Tuxtla Gutiérrez.

Hoy, los ganaderos chiapanecos se mantienen confiados y seguros, ante los resultados obtenidos a su favor por la Fiscalía a cargo de Arturo Liévano Flores, que en lo que va de 2015, ha desarticulado 25 bandas delictivas de abigeos, en las diversas Regiones de la entidad, deteniéndose a 146 personas en flagrancia, de las cuales se han consignado 119 por el delito de robo de ganado, además de 103 autos de formal prisión y 12 sentencias condenatorias. Un total de 385 semovientes fueron recuperados en las acciones judiciales.

Y mientras en el resto del país el problema persiste, al grado que el 17 de junio último, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, hizo “un exhorto de manera respetuoso a las Procuradurías y Fiscalías de las entidades federativas, para que en el ámbito de sus facultades y atribuciones, se lleven a cabo las investigaciones que correspondan como consecuencia de las denuncias que se presenten por el delito de abigeato, a fin de que se sancione a quienes resulten responsables”.

El punto de acuerdo fue enviado al gobernador Manuel Velasco Coello, por el senador Luis Sánchez Jiménez, vicepresidente de la Primera Comisión de la Comisión Permanente, mediante el oficio CP2R3A.-960.5, el cual tuvo respuesta inmediata con los resultados contundentes del desmantelamiento de las bandas de abigeos en Chiapas.

Un reporte al Senado de la República, en el que se subrayaría que mediante la creación y funcionamiento de la Fiscalía Especializada para la Atención del Delito de Abigeato, la entidad se mantiene a la vanguardia del combate nacional, a los ladrones de semoviente, sustentado en previos trabajos de Inteligencia e Investigación, que en 2015 se ha intensificado hasta lograr 62 operativos interinstitucionales, con el apoyo de fuerzas federales y municipales.

Derivación desde los siete Centros Operativos en ciudades claves del territorio estatal, a municipios altamente productores de ganado como Mapastepec, Reforma, Catazajá, Tonalá, El Parral, Tapilula, Sunuapa, Acapetahua, Francisco León, Ocosingo, Ostuacán, Benemérito de las Américas, Arriaga, Mazatán, La Libertad, Pichucalco, Chiapa de Corzo, Ocozocuautla, Juárez y Berriozabal.

De las 25 bandas atrapadas, cinco pertenecían a los rumbos de Pijijiapan; tres a Villaflores; dos en cada una de las jurisdicciones de Cintalapa, Reforma, Berriozabal, Acapetahua, además de una por municipio en Palenque, Catazajá, Mapastepec, Trinitaria, Tapilula, Arriaga, Francisco León y Pichucalco.

Informe completo del Gobierno de Chiapas a la Cámara Alta, en el que se establece que en menos de un año, se ha dado respuesta contundente a las cuatro uniones ganaderas del estado que agrupan a 162 asociaciones en las que participan activamente 67 mil productores, de acuerdo con los registros oficiales de la Secretaría del Campo, bajo el mando de José Antonio Aguilar Bodegas.

Pero en materia de combate al abigeato, en Chiapas hay asignatura pendientes, como es la reforma al Código Penal de la entidad, para sancionar con mayor severidad este delito que afecta el patrimonio de particulares, pues hasta ahora se cuenta con una tipificación penal limitada, al no contemplar conductas que se constituyen en un reclamo social. Hacerlo, permitirá inhibir conductas que atentan contra la actividad ganadera chiapaneca, básica para la economía de la entidad.

Una actividad productiva, la ganadera, nada fácil tanto en Chiapas como en el resto del país, al verse obligada a superar todo tipo de adversidades, sean de índole sanitaria o climáticas, lo mismo que aquellas vinculadas con la regularización de la tierra, la apertura de las fronteras al comercio mundial, así como la baja rentabilidad del sector, entre otras.

De ahí, la importancia del apoyo que ahora le brinda la autoridad federal, de tal forma que al privilegiarse la sanidad, inocuidad y calidad de los productos pecuarios, en los últimos dos años no se ha presentado ningún incidente en materia zoosanitaria que haya afectado sustancialmente la producción.

Respaldo gubernamental a los productores de la república, que se traduce en los presupuestos destinados a la repoblación del hato ganadero, como respuesta a la afectación grave que tuvieron durante las sequías de los años recientes, en el que se incluye de manera importante el Programa Nacional de Rehabilitación de Agostaderos y la construcción de infraestructura para captar y almacenar agua de lluvia en zonas desérticas y semidesérticas del territorio nacional.

Hay sin duda alguna, a mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto, una gran alianza que hace de la ganadería una de las actividades altamente productivas del campo mexicano, sea en las zonas tropicales, en las llanuras o en el desierto.

Una tradición que se mantiene con una gran fuerza de carácter y voluntad para sobreponerse a los embates de la naturaleza y con gran tenacidad y perseverancia mantener adelante sus ranchos.

Lo vemos en todo el país y en especial en Chiapas, donde mucho se tiene qué hacer todavía, como por ejemplo frenar el contrabando de ganado procedente de Centroamérica, en muchas ocasiones enfermo, además de la importación, mediante tráfico de influencias al más alto nivel, de reses provenientes de Honduras, considerada como zona cuarentenada por autoridades sanitarias de los Estados Unidos.

Hay voluntad política en el ámbito federal y ello permite recobrar la confianza perdida. Avances como la Norma Oficial Mexicana que da mayor certidumbre a la calidad del ganado mexicano, con valor agregado y competitividad en el mercado mundial, como ya ocurre.

Bien por los ganaderos de México y de Chiapas.

*Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013