Francisco, el motivo de cinco días de fiesta religiosa

Durante los siguientes cinco días, el motivo de la fiesta religiosa católica preparada con suma anticipación y esmero por autoridades religiosas y gubernamentales, tendrá como figura principal a Francisco, el Papa que fiel a su costumbre rompería a su llegada, con las reglas de seguridad para saludar de cerca a los feligreses congregados en las tribunas, la noche de este viernes 12 de febrero, en el hangar de Presidencia de la República, del aeropuerto internacional de la capital del país.

Recepción inusual, de acuerdo con el protocolo diplomático, del presidente Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera, al acudir a la terminal aérea para recibir al líder mundial de la Iglesia Católica, al pie de la escalerilla del avión de Alitalia, para darle la más cordial bienvenida a su arribo en punto de las 19.30 horas, como estaba previsto, en la agenda de su visita oficial.

Ahí también estaría saludando al Vicario de Roma, el obispo Leopoldo González González, quien apenas por la mañana había oficiado en las instalaciones del Instituto Tapachula, en la ciudad más importante de la Frontera Sur, la misa conmemorativa por los 50 años de fundación de la más importante institución educativa católica del estado de Chiapas, bajo la dirección de María Guadalupe Guerra Rosas, perteneciente a la Congregación de Jesús Sacramentado.

El titular de la Diócesis que aglutina a más de millón y medio de fieles de las Regiones Soconusco-Costa y Sierra de la entidad, había confiado al columnista un día antes, que acudiría a la ceremonia de bienvenida al Sumo Pontífice, en su calidad de miembro del Consejo Permanente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, por lo que al término de la Eucarístía, después del saludo a su amigo periodista, saldría al aeropuerto donde abordaría a las 11 de la mañana el avión que lo trasladaría a la ciudad de México.

Comentaría antes de partir, que se sentía muy emocionado porque tendría el privilegio de estar en este evento tan significativo para México, especialmente por tratarse del primer Papa latinoamericano, con el que volverá a tener contacto el lunes 15, en su gira pastoral por tierras chiapanecas, tanto en San Cristóbal de Las Casas, como en Tuxtla Gutiérrez, formando parte de su comitiva junto con los obispos de ambas Diócesis del estado.

Cruce breve de palabras afectuosas del Sucesor de Pedro, con cada uno de los integrantes del organismo cupular de la Iglesia Católica Mexicana, antes de que el presidente de la República le presentara a todos sus colaboradores del Gabinete Federal.

Rostro lleno de emociones encontradas de Jorge Mario Bergoglio, al encontrarse con la sorpresa del espectáculo preparado en su honor, a cargo de un mariachi y el Ballet Folclórico Nacional, que le harían recordar con alegría sus dos breves estancias en México, de años pasados, cuando ni se imaginaba que retornaría como Jefe de la Santa Sede.

Horas antes, a bordo de la aeronave que lo trasladaba del aeropuerto Fiumicino de Roma, a La Habana, en su duodécimo viaje apostólico, donde haría una escala para reunirse por primera vez con el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kirill, dialogaría durante 45 minutos con el grupo de periodistas de todo el mundo que le acompañan en la gira a tierras mexicanas, y se pondría un sombrero charro con las imágenes de la Virgen de Guadalupe y dela geografía americano.

Ahí haría remembranza de su mayor conocimiento de la realidad de México, por medio de las películas de Mario Moreno Reyes “Cantinflas”, entre ellas la de El Padrecito (1964); El Señor Doctor (1965 y El Profe (1971), a las que definió como de gran sentido humano, que aunque ya las había visto tiempo atrás, al volverlas a ver la semana anterior, lo hicieron entrar como en un túnel del tiempo.

Llamada telefónica del columnista a la capital de la República, al amigo Eduardo Moreno Laparade, sobrino y actual presidente de la Fundación Mario Moreno “Cantinflas”, para comentar la anécdota del Obispo de Roma. Revelaría que horas después de lo expresado por el Papa Francisco, le había hecho llegar a la Nunciatura Apostólica, una colección completa de las películas, así como el libro conmemorativo del centenario del gran mimo mexicano de fama mundial.

Noche de fiesta religiosa que se prolongará de manera apoteósica en los siguientes cinco días por todo el país, de la que ya participa desde este mismo viernes CUARTO PODER, al obsequiar a sus lectores un suplemento de lujo, al que titula “Miresando atque eligendo” (Humilde y sin embargo elegido), con motivo de su arribo a Chiapas el próximo lunes 15 de febrero.

Los católicos y no creyentes salieron al paso del carismático religioso formado en las filas de los jesuitas en su natal Argentina, para saludarlo, luego de abandonar el Hangar Presidencial, en su tránsito a la Nunciatura Apostólica, ubicada al sur de la gran capital, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad organizado por elementos de la Guardia del presidente Peña Nieto, de la Gendarmería Vaticana, así como del Ejército y Marina y de los gobiernos de la ciudad y federal.

Trayecto a bordo del Papa Móvil que en su parte frontal traía adecuado un cristal de máximo blindaje, no así en las partes laterales, descubiertas totalmente. Atrás, siempre como su sombra, Domenico Giani, su guardaespalda principal y jefe de la seguridad que protege al Sumo Pontífice, a quien había recomendado que no fuese a romper el protocolo, no obstante los gritos de los fieles que le pedían que se bajara a saludarlos.

Habría solamente un momento de tensión, cuando una persona pudo burlar la valla dispuesta para impedir el paso a quienes intentaran acercarse al Obispo de Roma. El dispositivo coordinado con las fuerzas federales funcionó de inmediato y se desactivó el posible riesgo, sin que el vehículo principal detuviera su paso, volviendo la tranquilidad al rostro del principal salvaguarda de la vida del jerarca católico.

Jorge Mario Bergoglio se mostraba gratamente sorprendido y agradecido por las muestras de afecto que a su paso recibía mientras avanzaba hacia la sede Apostólica, sobre todo en la avenida Insurgentes Sur, donde la multitud de niños, jóvenes y adultos de ambos sexos, le manifestaban su regocijo por su presencia.

Un Papa de carne y hueso, que como predicador del cambio social en el mundo, haría escala en La Habana Cuba, para sostener un encuentro histórico con el Patriarca Kirill, de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el primero después del cisma ocurrido en el año 1054.

Un acontecimiento que confirma su absoluta confianza y convencimiento de pugnar por el cambio que permita un mayor entendimiento entre los seres humanos del planeta, del Jefe del Estado Vaticano, que en principio agradeció la mediación del presidente de Cuba, Raúl Castro Ruz, anfitrión del encuentro intentado y fracasado durante las últimas décadas, para realizarse en Europa.

Reunión que prueba nuevamente el manejo de los finos hilos que suele tejer el Jefe del Catolicismo Mundial desde hace casi tres años, al tender puentes de negociación al más alto nivel que incluiría al mismo presidente de Rusia Vladimir Putin, que mucho tuvo que ver con la intervención de Francisco en la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, en las que solamente queda pendiente la cancelación del bloqueo económico y comercial a la isla, después del triunfo de la Revolución encabezada por Fidel Castro Ruz, patrocinada por la antigua Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS).

Derrumbe, por cierto, del Bloque Soviético, que tuvo entre otros símbolos la caída del Muro de Berlín, en el que parte fundamental fue la participación de Juan Pablo II, en alianza con Estados Unidos y demás países del mundo capitalista.

Rusia como cabeza de los países socialistas sobrevivientes y aún no doblegados en su totalidad por Washington, tiene ahora con Vladimir Putin, la oportunidad de conjuntar acciones que permitan la suma de esfuerzos en aras de un mayor equilibrio de fuerzas en el mundo, especialmente frente a Estados Unidos y sus Aliados.

Realización de un encuentro formal de carácter religioso, en tierras todavía comunistas, postergado casi un milenio por resistencias principalmente del lado de algunos influyentes grupos del Patriarcado del Iglesia Ortodoxa Rusa, que aglutina a 30 millones de fieles, de un total de 250 millones en la geografía mundial.

La presencia oficial en dos ocasiones de Putin en la Santa Sede, en 2015, no solamente para visitar al Vicario de Roma, sino para afinar los detalles de la reunión de La Habana, confirman la intención recíproca de caminar en la misma dirección dela búsqueda de un mejor entendimiento entre los dos líderes de tan importantes religiones.

Incluso, Kirill programaría una gira de 11 días, que tendría su primera etapa en Cuba, que contempla visitas a Brasil y Paraguay, lo cual obligaría de última hora al Sumo Pontífice católico, a adelantar unas horas su viaje a México, para poder estar a tiempo en La Habana.

Diálogo de dos horas en privado entre los dos dirigentes de ambas religiones esencialmente cristianas, cuyos acuerdos pactados a favor del restablecimiento de relaciones, este viernes 12 de febrero, están dirigidos a propiciar la ayuda mutua para contrarrestar la violencia del radicalismo islámico y la agresión contra los cristianos ortodoxos y católicos en las Regiones de Medio Oriente y Norte de Africa.

Coyuntura del entendimiento por encima de las diferencias centenarias entre los liderazgos de las dos Iglesias, que coincide con la suspensión de las hostilidades en Siria, a lo largo de una semana, establecida entre los presidentes Vladimir Putin y Barack Obama, apenas este jueves 11 de febrero, para reactivar el proceso de paz y disminuir la migración de la población civil hacia Europa.

Todo un engranaje

de alta política fraguada desde la confidencialidad al más alto rango cupular, que pretende la pacificación en la más convulsionada Región del planeta, por el terrorismo del Estado Islámico.

El Papa teje fino y por lo pronto ya está metido en el ánimo y conciencia de los católicos mexicanos, que han empezado a brindarle su beneplácito por su llegada, en días de demasiada complejidad en la vida socioeconómica del país.

Se le quiere y bien, de eso no hay duda. Visita de Estado que se patentizará esta mañana de sábado 13 de febrero, a las nueve y media, en la ceremonia de bienvenida en el patio central de Palacio Nacional, que encabezará el presidente Enrique Peña Nieto, con quien sostendrá una reunión, ahí mismo, en el lugar que fue oficina y casa, donde murió el presidente Benito Juárez, que reformaría la Constitución para separar los intereses del Estado Mexicano y los de la Iglesia Católica.

Jornada que incluye un encuentro adicional con representantes de la sociedad civil y cuerpo diplomático, para después a las 11.30 horas, reunirse en la catedral metropolitana, con los obispos de todo el país.

Por la tarde, a las cinco, oficiará una misa en la Basílica de Guadalupe, en la que rogará ante la Emperatriz de América, por la paz y la reconciliación en México y el mundo, sin dejar de pedir que los católicos del mundo recen por él, para seguir en su peregrinar en que seguirá pugnando por el cambio social en el mundo, a favor de los que menos tienen.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013

Premio al Mérito Periodístico 2015, del Senado de la República