Chiapas, alternativa alimentaria para México

Sí, no obstante la marginación de que ha sido objeto desde su anexión a México, dejando atrás en 1824 al conglomerado de las Repúblicas Centroamericanas, Chiapas ha sido siempre fiel y solidario con México, en las buenas y las malas.

Habría que recordar que los habitantes de la Región Soconusco, en la Costa, no aceptaron su inmediata incorporación a la Nación Mexicana y por lo mismo se mantuvieron en rebeldía hasta 1842, en que el entonces presidente Antonio López de Santa Ana, amenazó que si no era por las buenas su inmediata suma como parte de la nueva entidad federativa, sería por las armas, por lo que así, sin más, acabarían con la insurrección de la Región más rica de la geografía chiapaneca.

De ahí, desde entonces, el coraje y el abandono ancestral como respuesta de una Federación, que en cambio, se ha aprovechado de la inmensa riqueza natural del estado del Sureste limítrofe con América Central, no donde termina la Patria como siempre se nos ha dicho, sino donde empieza, al ser la primera trinchera que defiende los intereses de un país que no corresponde todavía de manera contundente a esta preocupación diaria.

Algo así como un filtro, por cierto demasiado desgastado, pues toda amenaza sanitaria, por ejemplo, de la migración extranjera, ahora proveniente de 52 países, ha topado aquí con una muralla humana que la ha enfrentado, aún con el sacrificio, a lo largo de la historia, de muchos miles de vidas, ante la indiferencia de las autoridades sanitarias federales, sea en forma de graves epidemias de paludismo, tuberculosis, dengue, oncocercosis, sifilis, gonorrea, y más recientemente sida, influenza, chikungunya y zika.

Espacio codiciado por alta calidad de sus tierras, que se convirtió en botín de los adoradores del dinero, el de esta Frontera Sur de México, que a mediados del siglo pasado, provenientes de la Zona de La Laguna, en el norte del país, arribaron para arrasar con 50 mil hectáreas de selva tropical, sustituyéndolas con plantaciones de algodón.

Auge de tres décadas y media de la “fiebre del oro blanco”, que enriqueció a unos cuantos, empobreció y contaminó las tierras, mantos acuíferos, y en general el medio ambiente, al aplicar substancias químicas prohibidas internacionalmente como el DDT, que mató por intoxicación o cáncer a muchos indígenas oaxaqueños y chiapanecos, al serles rociados por avionetas en vuelos rasantes, mientras hacían labores de limpieza de maleza o de cosecha.

Una corresponsabilidad criminal de empresarios de Durango y Coahuila, coludidos con autoridades federales y estatales, que a la distancia todavía sigue cobrando vidas, sobre todo en mujeres que enfrentan problemas de cáncer cervicouterino y con mayor intensidad de mama, mientras se mantienen otros como de hueso o leucemia, al mantener la aplicación en determinados campos agrícolas de químicos no permitidos, pero introducidos de contrabando por la frontera con Guatemala.

Cambio drástico del clima tropical húmedo, que se ha atenuado posteriormente con la siembra de una variedad de mango conocida como Ataulfo, creada en Tapachula, por cierto muy cotizada en los Estados Unidos, a donde se exporta, lo mismo que el plátano “Chiapas”, preferido también por los consumidores de la república.

Abandonos de plantaciones de café, por el desplome en sus precios internacionales, aunado a la invasión de plagas provenientes de Centroamérica, que han menguado la producción, en la que ha contribuido la descapitalización de los productores que solos no han podido hacerles frente, una vez que las autoridades federales y estatales se desatendieron de la problemática.

Lo mismo ocurriría con el cacao, originario de Soconusco, que fue tan preciado en la época prehispánica, que sus semillas fueron consideradas como monedas de cambio por los aztecas. El desplome ha sido evidente. No obstante la gran demanda de las empresas chocolateras europeas –Suiza, Francia e Italia-, la capacidad de respuesta es mínima, debido a la caída de su producción, que al igual que café ha sido afectada por epidemias y abandono oficial para combatirlas, como consigna estadounidense para que el gobierno mexicano diera fin a su política de subsidios al campo.

Una decisión por demás absurda la adoptada en los últimos cinco sexenios, que ahora se traduce en una por demás alarmante situación de dependencia alimentaria que pone en riesgo la soberanía e independencia nacional, y todo, para no incomodar al vecino del norte, que ayer y hoy sigue siendo el país donde más se apoya, además de financieramente, con importantes subsidios a sus productores agrícolas, que ubican como los líderes en el planeta.

En la peor de las incongruencias de México, que aportó el maíz al mundo, el cual sigue siendo el principal ingrediente de su alimentación, haya dejado de ser autosuficiente y sea actualmente el principal comprador de la Unión Americana, tanto del amarillo y blanco, para consumo animal y humano.  

Grave dependencia en los tiempos en que los gobernantes que traicionaron al pueblo mexicano, por su incondicional entreguismo a los ordenamientos de Washington, que han llevado a la subordinación, se sienten “engañados” por el nuevo Presidente de los Estados Unidos, el empresario Donald Trump, que ha dado reversa al esquema de la Globalización de la Economía, para dar paso en la Unión Americana, a un sistema “proteccionista y nacionalista”, en la que se subraya con mayor radicalismo que la prioridad en este juego son los hijos del Tío Sam.

Grave decisión para México, donde la clase gobernante y política no sale de su mundo subjetivo, cuando pensaba que las fobias anti mexicanas en los discursos amenazantes de campaña del magnate inmobiliario, se volverían realidad al asumir el pasado 20 de enero, la Presidencia de los Estados Unidos, que nunca se creyó que ganaría, y que hoy se traduce en una tragedia para millones de mexicanos indocumentados, que han empezado a ser deportados con toda crueldad por el Servicio de Inmigración, además de empezar a tomar forma la disolución del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Coyuntura que mantiene sorprendida a toda la Nación por el viraje inesperado en las relaciones con el coloso del norte, por sus repercusiones en materia de divisas de nuestros migrantes mexicanos, que en 2016 fueron muy superiores a las generadas por el petróleo y sus derivados.

Y es precisamente en este momento de preocupante crisis, cuando la opción de Chiapas como productor agropecuario, adquiere mayor trascendencia, dado el creciente volumen alimentario logrado en los últimos cuatro años, por la Administración de Manuel Velasco Coello.

Un valor de la producción en el campo al concluir 2016, de 28 mil 777 millones de pesos, equivalente al siete por ciento del Producto Interno Bruto, con una inversión gubernamental a este sector, de dos mil 600 millones de pesos, a la que se sumaron otros 10 mil millones de pesos, financiados por la Banca de Desarrollo, para proyectos específicos tanto agrícolas como ganaderos.       

Una alternativa viable y real para enfrentar los nuevos retos ante el chantaje estadounidense, la que ofrece Chiapas al ser en México, el de mayor superficie de cultivo de maíz (700 mil hectáreas), con una producción de un millón 68 mil toneladas.

Incremento en los niveles de productividad, al lograrse una mejor coordinación y suma de esfuerzos, a partir de la llegada el 20 de enero de 2015, a la Secretaría del Campo, de José Antonio Aguilar Bodegas, experto en la problemática y sobre todo en la solución de los problemas en los diversos cultivos y mejoramiento del hato ganadero en la entidad.

Sin duda, la mejor incorporación al Gabinete que ha realizado a la mitad de su sexenio, el gobernador Manuel Velasco Coello, de este personaje de la política chiapaneca, vinculado con la actividad del medio rural, desde hace 35 años, en que fue delegado federal de la entonces Secretaría de Agricultura, Ganadería y Recursos Hidráulicos.

Retorno en la Administración chiapaneca de los apoyos al campo, mediante el Programa de Fomento Ganadero, que en 2016 hizo posible la inversión estatal de 48.5 millones de pesos, que sumados a los dispuestos por el gobierno federal, acumularon un total de 199 millones 600 mil pesos, que permitieron incrementar el hato ganadero con más de ocho mil cabezas de engorda, cinco mil porcinos, junto con el fortalecimiento de la infraestructura pecuaria.     

 La importancia ganadera de Chiapas, ha sido subrayada por el tapachulteco José Antonio Aguilar Bodegas, al precisar que se mantiene en el tercer lugar nacional, con un total de dos millones 600 mil cabezas, distribuidas en 73 mil unidades de producción, en una extensión de dos millones 800 mil hectáreas.

Aporta el ex alcalde de Tapachula, ex diputado federal, ex senador y ex presidente estatal del Partido revolucionario Institucional la información de que la producción en el rubro ganadero es de 120 mil toneladas anuales de carne de bovino y 423 millones 600 mil litros de leche, con un valor global de seis mil 800 millones de pesos.

Es tal la trascendencia de esta actividad en el ámbito nacional, que se sitúa entre las 10 principales entidades de la república mexicana, que exporta ganado en pie a la Unión Americana. Todavía hace dos años, los ganaderos chiapanecos no figuraban en esta lista, mientras que ahora se comercializan 50 mil ejemplares anualmente, una vez que gracias al respaldo estatal, se han mejorados las condiciones sanitarias y de inocuidad que lo impedían.

De acuerdo con los nuevos objetivos a alcanzar en 2017 y 2018, en el campo chiapaneco, para reducir las importaciones de maíz de los Estados Unidos, por instrucciones del mandatario Manuel Velasco Coello, en coordinación con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), se crearán 30

mil hectáreas de riego.

Una tarea que cuenta con el respaldo del Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, que hace posible la entrega a los productores de café y cacao, de nuevas variedades más resistentes a las plagas provenientes de Centroamérica, para reactivar la economía de estos dos productos básicos y tradicionales en la economía de Soconusco.

Diversificación de la comercialización del mango Ataulfo, que ya no solamente se exporta a Estados Unidos, sino que igualmente se envía al mercado europeo, con excelentes resultados, para esta fruta sembrada en más de 30 mil hectáreas en la colindancia con el istmo latinoamericano.

Los resultados están a la vista en cuanto al nuevo enfoque adelantado desde Chiapas, de buscar y aterrizar exitosamente los proyectos de mayor producción de alimentos como de frutas, para ser exportados a países distintos de Estados Unidos, que incluso ofrecen mejores precios a los productores de la entidad.

En medio de todas sus dificultades y contrastes sociales, que hacen urgente también reforzar los esfuerzos, para proyectar los beneficios de esta riqueza productiva a la otra cara del atraso ancestral, Chiapas, la última entidad en incorporarse al Pacto Federal, pero la primera en poner el ejemplo, al constituirse en una alternativa real, para desafiar los actos arbitrarios de quien gobierna arbitrariamente la primera potencia del mundo.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad A.C.