Tintes de corrupción dañan al PRI

En los días en que el Partido Revolucionario Institucional necesita que la imagen se fortalezca a favor de sus candidatos a gubernaturas en el Estado de México, Coahuila, Durango y Nayarit, así como de las alcaldías en Veracruz, el golpeteo surge incluso desde el feudo de Donald Trump en Nueva York, donde un juez ordena la aprehensión de Edgar Veytia Cambero, el todopoderoso fiscal del gobierno estatal priísta de Nayarit, quien es detenido por agentes federales, al ingresar por la garita de San Isidro, California, acusado de tráfico de drogas, vinculado con el cártel Jalisco Nueva Generación.

La detención el pasado lunes 27 de marzo, del compadre del gobernador Roberto Sandoval Castañeda, ocurre en mal momento para el mandatario militante de tricolor, que de inmediato pinta su raya para deslindarse de quien fuese el hombre de mayor confianza en su carrera política, en la coyuntura en la que su gobierno puede afectar a su correligionario del PRI para la sucesión.

Todo un personaje Veytia Cambero, de 46 años, quien se manejaba con la doble nacionalidad mexicana-estadounidense, que le permitía el fácil acceso a la Unión Americana, donde ahora enfrenta los cargos de delitos contra la salud, pues según las investigaciones realizadas, introducía droga desde 2013 al vecino país.

Tuvieron que pasar cuatro años para que la justicia estadounidense se aplicara en momentos electorales determinantes para la continuación del priísmo en la Presidencia de la República y su santuario principal, el Estado de México.

Llama la atención que la orden judicial en su contra haya salido desde la ciudad de la Gran Manzana, en los días en que Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, se encuentra resguardado e interrogado en una de las cárceles de máxima seguridad de la vecina nación.

Veytia Cambero, según se sabía abiertamente en Nayarit, había sido un factor determinante para el desplazamiento por parte del grupo del crimen organizado “Nueva Generación”, del cártel de Sinaloa liderado por “El Chapo”, por lo que se especula que la acción en su contra es un cobro de factura.

A una semana de la detención del ahora exfiscal, conocido en el medio delincuencial como “El Diablo”, permanece todavía en el Centro de Detención de San Diego, a una hora de la frontera con Tijuana, aguardando una mayor ofensiva legal del Buró Federal de Investigación (FBI), consciente de que los ilícitos que se le atribuyen y por lo que no ha obtenido su libertad bajo fianza.

De acuerdo con el FBI, el estado de Nayarit es clave para el trasiego de estupefacientes como la cocaína, metanfetaminas y mariguana, controladas por Veytia Cambero, que incluso manejaba solo la Fiscalía a su cargo, excluyendo cargos de apoyos importantes como suelen ser los subprocuradores o fiscales regionales.

Identificado como un hombre sumamente violento, que para demostrar su poder absoluto, siembre portaba en la cintura un arma corta con cargadores, lo cual no es común en los funcionarios de su nivel en el resto del territorio mexicano.

Ahora resulta que la noticia de su aseguramiento al cruzar la frontera con California, le “ha caído como una bomba” al gobernador Sandoval Castañeda, mientras afirma “estar indignado por su doble personalidad”.

Posición fácilmente de cuestionar por los nayaritas que no olvidan que desde 2008 en que el actual gobernador ganó la Alcaldía de la capital de la entidad, Tepic, designó a Edgar Veytia Cambero como director de Tránsito del municipio y en 2009, le daría la encomienda de secretario de Seguridad Pública.

Cuando Sandoval Castañeda asume la gubernatura en 2011, “El Diablo” recibe el nombramiento de subprocurador, para que en 2013 asumiera la Fiscalía. Sería en 2014, cuando se hacen compadres, al ser el mandatario y su cónyuge padrino de los 15 años de la hija del actual reo de la justicia norteamericana.    

Una relación muy estrecha entre el gobernador nayarita y su fiscal, que pone en duda su desconocimiento de las actividades ahora reveladas como delictivas y a favor de “El Chapo” Guzmán, por parte de Veytia Cambero, que en Nayarit eran plenamente conocidas por la ciudadanía y también de la absoluta impunidad con que operaba a favor del crimen organizado.

Por lo pronto, en esta entidad del occidente del país, nadie mete las manos al fuego por el exfiscal, ni su propio compadre que lo menos que quiere es tratar el tema de su vinculación con los negocios realizados por quien hasta hace una semana tenía en sus manos el pulso de la seguridad estatal.

Era tal el poder e influencia del fiscal sobre su jefe y amigo, que éste ya lo tenía contemplado en la lista de los posibles aspirantes a sucederlo este 2017, por la vía del PRI. Hoy, el mandatario lo niega, descalificándolo al expresar que “tiene uno que tener mucha más sensibilidad, cosa que no tiene este personaje”.

La idea del “ajuste de cuentas” de “El Chapo” Guzmán desde su prisión con el apoyo de la justicia estadounidense, sobre “El Diablo”, no parece ser descabellada si se toma en cuenta que Veytia Cambero participó en la acción espectacular, coordinada con efectivos de La Marina, en la que se dio muerte, en las orillas de Tepic, a una decena de delincuentes pertenecientes al cártel de los Beltrán Leyva, vinculados con el de Sinaloa de Guzmán Loera.  

Impacto mediático la aprehensión de Veytia Cambero, que incluso obligaría también al gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, a adelantarse a cualquier golpeteo de sus enemigos políticos, al reconocer ser amigo del exfiscal nayarita.

Desde Monterrey asumiría su relación de amistad con “El Diablo”, cuando declara que “Edgar es mi amigo, lo conozco”, pero también delimita el riesgo: “Puedo hablar bien de sus buenas acciones, pero no de sus malas acciones. No sé, no estoy seguro de eso”.

Juego de palabras de “El Bronco”, quien ganara la titularidad del Poder Ejecutivo neolonés, como candidato independiente, apoyado en su experiencia de expriísta, cuando expresa que “sé que él podrá demostrar su inocencia y creo que en eso está trabajando. Evidentemente todos los que son acusados tiene el derecho de hacer eso. Yo no juzgaré a nadie. Yo respeto la amistad de una persona. Nunca daré la cara en contra de nadie y siempre serán mis amigos”.

El uso del doble lenguaje desvinculador, cuando aclara que no es responsable de las acciones que su amigo exfiscal del estado de Nayarit, haya emprendido, por lo que reitera que espera que la justicia opere para que salga la realidad de su caso.

Y para evitar suspicacias, rechazaría la versión difundida en el Congreso estatal, de que su amigo “El Diablo”, hubiese financiado su campaña, para rematar que lo mismo mantiene amistad con el obispo y con el cónsul de Estados Unidos en Monterrey, pero que por lo mismo, “no soy responsable de las acciones de nadie”.   

Así las cosas nadie quiere saber nada de quien se ha desbarrancado del poder y se encuentra encarcelado en los Estados Unidos, acusado de delitos graves, por los que de comprobarse su culpabilidad recibiría una condena severa por tratarse del tráfico de drogas en el país número uno a nivel mundial por su consumo.

Y es aquí en este caso, en que surge la duda en cuanto a porqué el gobierno de Donald Trump no compartió con el de su colega mexicano Enrique Peña Nieto, la información de las presuntas actividades delictivas del fiscal de Nayarit.

¿Desconfianza o un acto deliberado de golpear políticamente al partido en el poder y al Primer Mandatario, por no atacar frontalmente y con eficacia la corrupción que se desborda en todo México?

¿Hasta dónde la Procuraduría General de la República o las Fuerzas Armadas desconocían la conducta delincuencial que ahora se revela con el escándalo a todo lo que da, desde el sur de la Unión Americana, por el FBI?        

¿En qué nivel de ignorancia o complicidad, quedan los Servicios de Inteligencia Federal, que no detectaron a tiempo y aportado los elementos suficientes para actuar en contra de Edgar Veytia Cambero y así evitar el sensacionalismo que caracteriza a la Administración Trump, como ahora ocurre?

Muchas fallas de un sistema de seguridad federal, que ponen en duda la veracidad con que se actúa en el combate a la delincuencia, la violencia, la corrupción y la impunidad, que conforme se avanza en el tiempo rumbo al fin del sexenio cobran mayor fuerza, pese a los discursos que por sí solos caen ante el peso de una realidad no coincidente.

Una situación que se da con las arcas abiertas por allá y por todos lados, que tientan hasta al más justo, sin importar siglas o colores partidistas, como parte fundamental de la condición humana que se pierde sin el menor recato en aras de un pronto enriquecimiento, en el que el dinero se vuelve su dios.

Actuar de una minoría de gente sin escrúpulos, que con el mayor cinismo se atreve a reconocer que “sí robé, pero poquito”, y sin más, ante este acto de “franqueza de honestidad valiente”, el voto se vuelve a su favor y de nuevo es encumbrado en una presidencia municipal, como ocurrió con el ex y ahora otra vez alcalde de San Blas, precisamente en el mismo estado de Nayarit, con “El Layin”, Heladio Ramírez Villanueva.

Tan le ha ido bien en la rapiña oficializada, que este personaje de la corrupción nayarita, anunciaría su decisión de participar como candidato independiente al gobierno del estado.   

¿Cómo entender a los nayaritas, que permiten que un hombre deshonesto se burle de ellos desde su condición de político populista, que lo mismo manosea a jóvenes mujeres en los bailes, que regala vehículos a quinceañeras, porque según él, le sobra dinero?

¿De dónde proviene la riqueza de “El Layin”? ¿Dónde las investigaciones obligadas de las autoridades federales para determinar qué tanto robó del erario en su primer trienio como edil, aunque haya sido “poquito”?

¿Qué acaso no es un delito sustraer los dineros del pueblo

y que por ley debiera ser castigado severamente, como todavía se sigue haciendo con los carteros del servicio postal y no con la clase política-gobernante representada por la moda impuesta por el flamante alcalde saliente y aspirante a “señor gobernador”?

¿Dónde la aplicación del marco legal a este cínico personaje, por parte del Instituto Nacional Electoral, que ofendiendo a la mayoría de los 120 millones de mexicanos, tiene en su nómina a un grupo de consejeros considerados junto con los ministros de la Suprema Corte, como los funcionarios mejor pagados del país con salarios escandalosamente multimillonarios que ofenden a la población sumida cada vez más en la pobreza y que sigue padeciendo hambre por carecer ingresos suficientes para llevar el pan a sus hogares?

¿Seguirá siendo necesario, como hoy ocurre por enésima vez, que el gobierno de Estados Unidos evidencie la incapacidad del Estado Mexicano, de no poner orden en casa en materia de combate a la deshonestidad de quienes abusan permanentemente del poder que la ciudadanía les ha conferido?

La indiferencia, puede tener un alto costo en las urnas para el PRI, en el cercano 2018.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad A.C.