Chiapas tierra de sismos

El 7 de septiembre del año pasado, un terremoto de 8.2 grados sacudió a Chiapas. Su epicentro fue en Pijijiapan y su resultado demoledor. Miles de viviendas, escuelas, clínicas y vías de comunicación en nuestro estado y Oaxaca principalmente sufrieron daños, sin que hasta hoy la reconstrucción haya concluido, es más, el avance ha sido lento. Todavía hay miles de familias que no han recibido el apoyo prometido y en el caso de las instituciones educativas, muchas permanecen inconclusas o las obras lamentablemente suspendidas.

De acuerdo con el mapa de sismos históricos dado a conocer por el Servicio Sismológico Nacional, derivado de ese fenómeno natural suman hasta ahora 26 mil 781 réplicas, ello aparte de los 21 mil 912 movimientos telúricos registrados en el país en lo que va del año y de ellos, dos mil 337 han tenido su epicentro en Chiapas, lo que demuestra la necesidad de que todos los que vivimos en esta región nos preparemos para enfrentar ese tipo de situaciones que se presentan de un momento a otro, porque hasta el momento no existe ninguna tecnología capaz de predecirlos y las alarmas que existen en las principales ciudades del país que alertan con un minuto de anticipación a que el temblor llegue.

Y es que México se ubica en una zona de alta sismicidad debido a la interacción de cinco placas tectónicas: La de Norteamérica, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la del Caribe, derivado de lo cual a diario ocurre un promedio de 40 movimientos telúricos. Chiapas y Oaxaca son de los estados con mayor sismicidad en el territorio nacional y los expertos aseguran que ello se debe al contacto convergente entre dos importantes placas tectónicas: La de Cocos y la de Norteamérica. La interacción de las mismas se da precisamente en la Costa del Pacífico frente a esas entidades; es más, han registros de siete grandes sismos superficiales en la zona, el primero el 19 de abril de 1902, de magnitud 7.5; el segundo el 23 de septiembre de ese mismo año, de 7.7; el tercero el 14 de enero de 1903, de 7.6; el 14 de enero de 1931, de 8.0; el 29 de abril de 1970, de 7.3; el 10 de septiembre de 1993, de 7.2; el 7 de noviembre de 2012 y finalmente el del 7 de septiembre del año pasado. Este último fue devastador para las dos entidades que hasta ahora no se reponen de los destrozos sufridos.

Los especialistas sostienen que la ocurrencia de temblores en los estados de Chiapas y Oaxaca es frecuente y que hasta la fecha no se cuenta con técnicas científicas en ninguna parte del mundo que puedan determinar cuándo o dónde ocurrirá un sismo; tampoco se puede saber qué tan grande será o qué efectos tendrá en la población. Estar informados acerca de estos fenómenos naturales será de gran utilidad para mitigar el riesgo sísmico en caso de un evento de magnitud considerable y con el que vivimos el 7 de septiembre del año pasado se dejó ver el alto grado de vulnerabilidad por esos fenómenos, pero también la necesidad de que los programas de reconstrucción se hagan con total transparencia y que las autoridades responsables rindan cuentan de los recursos que se otorgan para esos procesos.

Se habla que el gobierno federal destinó más de 38 mil millones de pesos para realizar acciones de reconstrucción derivado de los terremotos del 7 y 19 de septiembre del 2017 que afectaron a Chiapas, Oaxaca, Puebla, Morelos y Ciudad de México, principalmente, aparte de las aportaciones de los estados y de la sociedad civil nacional e internacional, pero lo grave es que hasta ahora los avances no sean los adecuados y prevalezcan miles de familia viviendo en condiciones deplorables o que no les haya llegado un peso de lo prometido.

Es lamentable que cuando se registran fenómenos naturales devastadores no haya una aplicación clara de los fondos que se destinan para realizas las obras de reconstrucción y en Chiapas tenemos varios ejemplos, uno de ellos el del huracán Stan ocurrido en octubre del 2005 que afectó 41 municipios de la Costa, Soconusco, Sierra, Frontera Sur y Frailesca, en donde miles de millones de pesos no aparecen hasta ahora los damnificados de ese entonces siguen demandando justicia y castigo para los responsables de la desviación de los recursos.

Hoy cuando se habla de transparencia y rendición de cuentas, también se están presentando casos de falta de claridad en el uso y destino de los fondos para la reconstrucción de viviendas y escuelas en Chiapas y Oaxaca. Las dependencias responsables de los gobiernos federal y del estado están obligados a rendir informes sobre los avances tanto de las obras como del destino de los recursos porque miles de damnificados esperan que les llegue la ayuda prometida.

A escena

Cuando están a 22 días para dejar el cargo, los diputados locales han tomado decisiones muy polémicas, entre ellas lo relacionado con el comodato del estadio Víctor Manuel Reyna para otorgarlo a una empresa y la venta de terrenos de la feria de Comitán de Domínguez, a un particular, en los que sale a relucir el nombre del consejero jurídico del estado, Vicente Pérez Cruz, quien ha firmado las solicitudes… Por cierto, la Comisión Permanente del Congreso estatal autorizó la nueva solicitud de licencia presentada por Luis Fernando Castellanos Cal y Mayor como presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez y ratificó como alcalde sustituto a Carlos Molano Robles. Otra licencia aprobada fue para el diputado local, Willy Ochoa Gallegos y una más para el alcalde de Jiquipilas, Luis Alberto Valdez Díaz, quien por cierto tiene serias acusaciones de presuntos actos de corrupción y desviación de recursos públicos, así como de no haber presentado ninguna cuenta pública y su lugar es ocupado por Jatziry Vianey Zúñiga García… Hasta la próxima.