Huachicoleo fronterizo

El contrabando de todo tipo de mercancías por el río Suchiate entre México y Guatemala es imparable, no importa si hay corriente alta o baja, con la presencia de autoridades o sin ella. En los últimos días se ha incrementado el cruce de cargamentos de combustibles, principalmente diésel; en las márgenes del afluente se pueden apreciar camiones de los que bajan y suben decenas de garrafas llenas y vacías que luego pasan en las balsas de llantas y madera. Se trata de los huachicoleros-contrabandistas fronterizos.

Pero con esa actividad también se incrementan las denuncias de extorsiones cometidas por autoridades policiacas federales en contra de quienes mantienen el control en los pasos irregulares. Elementos de la Policía Federal División Gendarmería y la dependiente de la nueva Fiscalía General de la República antes PGR, son las más señaladas, aunque también se dice que cuentan con protección de corporaciones estatales y municipales, tomando en consideración que las últimas alcaldesas –la anterior y la actual- su principal actividad está relacionada con el comercio que pasa precisamente de contrabando.

El último de los casos, hace apenas dos días, se relaciona con que personal de la Gendarmería llegó a la margen del río y se apoderó de 24 garrafones de 85 litros cada uno, es decir más de dos mil litros de diésel y de un vehículo en el que estaban, mismos que no fueron puestos a disposición de ninguna autoridad ministerial, ni estatal ni federal, presumiéndose que se trata de una medida de presión para “negociar” las cuotas en momentos que en la frontera sur se viven situaciones críticas por la llegada de miles de migrantes.

En meses anteriores, personal de la PGR fue hasta filmado cuando amedrentaban a grupos de contrabandistas para extorsionarlos. Les pedían grandes cantidades de dinero para dejarlos operar con tranquilidad y las actividades comerciales que se dan a través del río que sirve de línea divisoria entre México y Guatemala no se han detenido, aunque a unos metros estén decenas de agentes federales. Es una situación “normal”.

Pero lo que llama la atención en las últimas semanas es el contrabando de combustibles, sobre todo cuando en el centro del país el gobierno federal ha emprendido una gran campaña en contra de los huachicoleros y que hace cuatro días explotó un ducto que dejó a decenas de personas fallecidas y otro número importante de lesionados con quemaduras graves.

En la frontera sur, desde hace años se sabe del contrabando de combustibles de México hacia Guatemala, sobre todo cuando el valor del quetzal es más del doble del peso y ello les resulta atractivo no solamente para venir a comprar combustibles, sino todo tipo de mercancías; ha habido ocasiones que el diésel se agota porque la mayor parte lo pasan al país centroamericano y por ello los sectores productivos agropecuarios que lo utilizan demandan que les garanticen sus dotaciones.

Las actividades comerciales y el paso de mercaderías diversas de un lado a otro de la frontera por el río Suchiate es imparable a cualquier hora del día o de la noche. Cruzan desde productos básicos, perecederos, carnes, bicicletas, motocicletas y los combustibles y esto último con la protección de las autoridades, porque hasta ahora son muy pocas las acciones que se han emprendido en contra de los huachicoleros-contrabandistas fronterizos.

A escena

La nueva oleada migratoria de centroamericanos por la frontera sur no se detiene; ya son más de cuatro mil registrados por el Instituto Nacional de Migración (INM) y siguen llegando en busca de la Visa Humanitaria ofrecida por el gobierno federal para que puedan transitar o trabajar en el país al menos durante todo un año. Se están dando todas las facilidades a los que han ingresado en forma irregular a que se acerquen a las autoridades. Hoy se sabe que las autoridades municipales de Suchiate encabezadas por Sonia Eloína Hernández Aguilar, contrató precisamente a migrantes para limpiar el estadio de futbol “Plan Alemán” para instalar ahí el albergue principal para brindarles los servicios en tanto esperan la entrega de la Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias, pero eso no fue aceptado por los vecinos y padres de familia de escuelas cercanas, obligando a que se acondicionen las instalaciones migratorias en el puerto fronterizo de Ciudad Hidalgo, en donde ya se concentran más de cuatro mil personas, de acuerdo a las cifras dadas a conocer la tarde de este domingo por el Instituto Nacional de Migración. Para muchos, la decisión del gobierno mexicano de abrirles las puertas a los migrantes, darles facilidades de legalización y además ofrecerles ayuda y empleo es seguir  la política de “candil de la calle y oscuridad de la casa”. Hay otros grupos que ingresaron ilegalmente que siguen avanzando hacia el norte del país y muchos se están quedando en los parques como el de Tapachula, generando un serio problema por la falta de servicios y ante ello, es urgente que las autoridades lo atiendan para evitar afectaciones a la salud por la contaminación que se está generando…  Por cierto, autoridades de salud federales y estatales se reunieron con el alcalde tapachulteco Oscar Gurría Penagos, y acordaron seguir los protocolos de atención para proteger la vida, integridad y los derechos humanos de los migrantes, así como seguir la estrategia preventiva en materia de salud que incluye atención médica, protección contra riesgos sanitarios y promoción a la salud… Las poblaciones fronterizas de Suchiate y Cacahoatán permanecen a oscuras desde hace ya varios días, porque la alcaldesa Sonia Eloína Hernández Aguilar y el edil Julio Calderón Sen, no han pagado las deudas millonarias que mantienen con la Comisión Federal de Electricidad que les suspendió el servicio, afectando además la dotación del agua entubada –no potable- para la población que ya exigen que sean investigados cuando apenas llevan tres meses y medio de administración… Hasta la próxima.