Sismos

Los sismos no se pueden predecir; hasta el momento no existe ninguna tecnología que permita establecer el lugar, el día o la hora que se registrará un movimiento telúrico, por lo que es preocupante y lamentable la serie de rumores que circulan en las redes sociales relacionados a la supuesta ocurrencia de terremotos de grandes magnitudes lo que genera preocupación y temor, cuando lo que se debe hacer es fortalecer la cultura de la prevención y protección desde el seno de las familias, en las casas y en los centros laborales, educativos y de salud.

En México el registro de los temblores, sin embargo, se ha incrementado en forma considerable en los últimos años. Por ejemplo, en el 2014 se contabilizaron siete mil 607; en el 2015, diez mil 945; en el 2016, 15 mil 547; en el 2017, 26 mil 363 y en el 2018, 30 mil 198. En lo que va del año ya son varias centenas de ellos y uno considerado de alta magnitud de 6.5 cuyo epicentro se ubicó en las costas de Chiapas y Guatemala, pero que se sintió en diversos estados del país y Centroamérica, mismo que dejó daños considerados como menores. Después de ocurrido ese fenómeno vinieron los rumores, los llamados a estar preparados para un megaterremoto, situación que no puede predecirse.

En el caso de Chiapas, en los últimos años hemos sufrido varios considerados terremotos, uno el 7 de noviembre del 2012 de magnitud 7.3 que fue localizado su epicentro a 68 kilómetros al suroeste de la población fronteriza de Ciudad Hidalgo, posición similar al ocurrido el pasado 1 de febrero de 6.5. En esa ocasión los daños fueron severos en varios municipios de la entidad, tanto que a la fecha en Unión Juárez se pueden apreciar hundimientos en algunas carreteras de comunidades cafetaleras.

El otro terremoto, éste de magnitud 8.2 se registró el 7 de septiembre del 2017, en el Golfo de Tehuantepec, a 133 kilómetros al suroeste de Pijijiapan, el cual dejó una severa devastación principalmente en los estados de Chiapas y Oaxaca de la cual hasta el momento no se termina de reponer los daños provocados. Existen escuelas y viviendas que todavía esperan ser sometidas a una rehabilitación mayor o reconstrucción.

Ese mismo año ocurrió otro, con epicentro entre los estados de Puebla y Morelos, de magnitud 7.1, pero que vino a causar más daños a los que ya existían en estas dos entidades, causando devastaciones además en Puebla, Ciudad de México y Morelos, entre otros que hasta ahora no se terminan de reconstruir.

El Servicio Sismológico Nacional en diversas publicaciones establece que México se encuentra en una zona de alta sismicidad, debido a la interacción de cinco placas tectónicas: la de Norteamérica, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la del Caribe, por lo que a diario se reporta la ocurrencia de unos 80 sismos, aunque la gran mayoría de ellos son imperceptibles.

En lo que corresponde a Chiapas, es uno de los estados con mayor sismicidad de la república junto con Oaxaca y Guerrero; de acuerdo con los especialistas el origen de ello se debe al contacto convergente entre dos importantes placas tectónicas: la de Cocos y la del Caribe, que tienen interacción en la costa del Pacífico. Los estudios señakan que a inicios del siglo XX se produjeron tres grandes sismos superficiales en las costas chiapanecas y de Guatemala, el primero el 19 de abril de 1902, de magnitud 7.5; el segundo el 23 de septiembre de 1902, de 7.7 y el tercero el 14 de enero de 1903 de 7.6. Desde entonces a la fecha, han ocurrido otros cuatro, el 29 de abril de 1970, de magnitud 7.3; el 10 de septiembre de 1993 de 7.2; el 7 de septiembre del 2012, de 7.3 y el del 7 de septiembre del 2017, de 8.2.

Queda claro entonces que Chiapas junto con los estados vecinos de Oaxaca y Guerrero son los que más actividad sísmica registran por la interacción de las placas tectónicas, pero eso no significa que se cuente con técnicas científicas en todo el mundo que puedan determinar cuándo o dónde ocurrirá un sismo, magnitud y efectos, por tanto lo que queda es que la ciudadanía se informe y no se deje guiar por las especulaciones que lamentablemente en las redes sociales circulan como ciertas. La cultura de la prevención es lo mejor y no solamente para los sismos, también para otros fenómenos naturales como los ciclones y huracanes que también a Chiapas le han pegado fuerte en los últimos años.

A escena

Roberto Mendoza Sánchez fue designado como nuevo director de la Administración Portuaria Integral (API) de Puerto Chiapas en sustitución de José Villalobos Gallegos, que duró en el cargo menos de un año. El nuevo funcionario tiene especialidad en ingeniería portuaria y se ha venido desempeñando desde 1994 en diferentes espacios dentro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en las API de Puerto Progreso, Yucatán, Tuxpan, Veracruz y Puerto Chiapas, en donde ya había sido subgerente de Planeación y gerente de Operaciones e Ingeniería…En Cacahoatán, el alcalde Julio Calderón Sen ha demostrado su incapacidad para instrumentar los programas de prevención del delito y cada día que pasa se incrementan las inconformidades por los asaltos, robos y hasta ejecuciones que se han registrado en ese municipio fronterizo, tanto que es sindicado de brindar protección de una organización que supuestamente fue la que le financió parte de su campaña política, por lo que los propios habitantes piden que se realice una investigación… No solamente en Tapachula se han presentado problemas por la designación de delegados y agentes municipales, en Pijijiapan habitantes de la comunidad El Zapotal llegaron hasta la presidencia municipal y rompieron la entrada principal, porque el alcalde Héctor Meneses Marcelino, se negó a dialogar con ellos para solucionar el problema en la designación de su representante… Hasta la próxima.