Las candidaturas al Senado de la República de la Coalición “Todos por Chiapas” que encabeza Roberto Albores Gleason rumbo a la gubernatura del estado habían sido planeadas en un principio para Eduardo Ramírez a quien Albores presuntamente le ofreció que de ganar los comicios el primero de julio podría decidir la mitad de los funcionarios del gabinete si aceptaba esta posición que finalmente fue rechazada, y ERA prefirió aceptar esta posición pero en la Coalición Juntos Haremos Historia.

En el otro espacio al Senado de la República que también era para el PVEM, se mencionaba insistentemente a Fernando Castellanos, pero como las decisiones políticas cambian a cada momento. Castellanos fue considerado como diputado federal, aunque, no apareció en los registros.  Esta coalición registró a dos desconocidos, mientras dispone los espacios para políticos que den la talla y en ese sentido, la batalla campal por el fuero constitucional sigue; y resulta que en las últimas semanas se escucharon también los nombres de Julián Nazar y Willy Ochoa Gallegos para ocupar estos espacios e incluso Emilio Salazar que finalmente fue sacado de la jugada y se tuvo que conformar con una diputación local, debido a que no le alcanzaron los números, ya que como nunca en la historia política de Chiapas, las candidaturas al Senado de la República fueron las más peleadas.

Pero la guerra sucia no termina ahí, está en su apogeo. Por eso ahora acusan a Willy de pedir dinero a los alcaldes que han solicitado licencia al cargo, lo cual en primer lugar es difícil de comprobar y en segundo lugar los mismos alcaldes ofrecen recursos par obtener algún beneficio legislativo; por lo tanto, difícilmente alguno de ellos podrá presentar una denuncia. Lo cierto es que este tema está relacionado con la guerra sucia para impedir que Willy aparezca en las boletas y puede ser una guerra de quienes serán sus contrincantes y que seguramente no quieren competencia real; esperan que la coalición Todos por Chiapas, mantenga a los dos desconocidos hasta el día de la elección para poder ganar sin problemas, aunque evidentemente si el PRI-PVEM-PANAL busca votos, estos espacios en fórmula deberán ser considerados a políticos competitivos.

En este sentido, Ochoa Gallegos tuvo que salir a defenderse y en conferencia de prensa aseguró que no ha recibido “moches” de ningún alcalde. Lo cierto es que la moneda aún está en el aire más cuando estos espacios son de suma importancia para ganar una elección y se requiere, como menciono anteriormente, de personalidades que generen simpatías reales y, sobre todo, votos que son los que cuentan en la elección. Por eso, precisamente Eduardo Ramírez que está ahora en las filas de Morena, opera con todo para que parte de su estructura sean candidatos y candidatas a las alcaldías y a las diputaciones locales, pues solo de esta manera podrá garantizar los votos a la coalición de Juntos Haremos Historia.

Más tiempo

Finalmente los partidos políticos solicitaron más tiempo para concluir con los registros de candidatos y candidatas a las presidencias municipales, lo malo es que en el camino muchos de los aspirantes pueden caer, sobre todo si los contrincantes se ponen las pilas e impugnan a quienes intenten heredar la silla, lo cual está prohibido legalmente. Y es que en algunos municipios quienes han sido registrados para la contienda, resulta que tenían a la esposa, hija o hermana como regidora o síndico en la actual administración, por lo tanto están impedidos a participar en el proceso electoral del primero de julio del 2018 al tener un vínculo directo con los salientes.

Por ejemplo: en Tapachula uno de los precandidatos registrados, es esposo de la actual regidora de nombre Guadalupe y la candidata a síndico Aida Flores es hija de la actual síndico, Rosario Vázquez, lo cual legalmente la imposibilita a participar en los comicios. Estas irregularidades se han documentado en varios municipios, de tal forma que los oponentes podrían tirar esas candidaturas impugnándolas. Cabe recordar que legisladores en el Congreso del Estado no aprobaron la modificación a la reforma de la Ley de Desarrollo Constitucional en Materia de Gobierno y Administración Municipal de la entidad.

En esta Ley, se pretendía eliminar un apartado del artículo 39 en cuanto a los requisitos para ocupar cargos en un Ayuntamiento Municipal y que son: no ser cónyugue, concubino, concubina, hermana o hermano, madre, padre, hija, hijo o tener parentesco consanguíneo hasta el cuarto grado, así como tampoco tener parentesco por afinidad hasta el segundo grado con el Presidente Municipal o Síndico en funciones para buscar estos cargos. Esta modificación se pretendía realizar precisamente para poner en marcha la estrategia de “herencia” de los cargos de elección popular, pero no se les hizo y ahora los partidos políticos o los mismos ciudadanos pueden documentar esta falta y someterla a juicio del IEPC que está obligado a actuar en consecuencia para generar la credibilidad que requiere en el proceso electoral del 2018.

Desafortunadamente los partidos políticos bajo presión han ocupado a familiares de los alcaldes, regidores o síndicos en funciones, lo cual será contraproducente cuando los obliguen a cambiarlos, en fin, muchos casos se han de señalar en este sentido.

Con filo

La capital Tuxtla Gutiérrez será una de las más competidas ya que se registraron como aspirantes a gobernar Tuxtla Gutiérrez, Carlos Penagos, Carlos Morales, Francisco Rojas Toledo, Jorge Martínez Salazar, y el Conejo Dido, todos con una amplia trayectoria política, saben hacer campaña a pie, piden el voto de casa en casa siendo altamente competitivos; y una vez que el IEPC apruebe su participación política seguramente todos pondrán en marcha estrategias de convencimiento. Carlos Penagos representa la juventud, se dice auténticamente tuxtleco y asume como un reto lograr la alcaldía de la capital; Rojas Toledo con amplia experiencia en procesos electorales, mueve multitudes y estuvo a punto de ganar nuevamente en el 2015. En tanto que Carlos Morales lo intentará por tercera ocasión, representa madurez, aunque es originario de Ocozocuautla, se defiende con los años que lleva viviendo en Tuxtla; mientras que Jorge Martínez es un candidato independiente que asegura que su principal adversario es el abstencionismo; es decir, hay tela de dónde cortar. Así que estaremos pendientes.

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