La verdadera libertad: La de reinventar tu mundo

En términos de salud mental, la sujeción de la figura femenina representa una de las herramientas más usadas por las comunidades que entretejen sistemas patriarcales de control de las mujeres.

Esto se da hoy más evidentemente y con más fuerza con mujeres que son exitosas e independientes a pesar de convivir con una pareja, estas artimañas cobran una fuerza descomunal y de implicaciones que deberían de caer sin tantas complicaciones en el ámbito de procesos legales punitivos.

El día de hoy compartiré una historia real de una compañera poetiza, admiradora de la gran Griselda Álvarez y su propuesta de poemas eróticos y liberadores de los cánones clásicos, esos que hace sentir confortado a un hombre ante el estereotipo de mujer mojigata sumisa y tontita. Mi amiga está relacionada emocionalmente con un hombre muy homenajeado a quien no le han faltado los elogios por su carrera, pero cuya inseguridad se ha traducido en la búsqueda de amantes e intentos de devaluar a las figuras femeninas que lo han acompañado en su corta vida.

Ella ya ha iniciado un proceso legal cuyo expediente me he comprometido en convertirlo en novela cuando ella se sienta capaz y fuerte de abrir a la luz pública su tragedia entretejida de una falta de valoración y, principalmente, de celos y envidia ante su brillo por quien en su concepción egocéntrica no entiende la posibilidad del compañerismo, la solidaridad, etc.

Ante el éxito femenino y satisfacciones, se ha volcado con insultos y descréditos llamándola prostitutita, devaluando una vida de esfuerzo, porque es lo que más fácil saben hacer los cobardes, usar el parámetro que rebaja a la mujer a una vagina, senos y clítoris, en vez de reflexionar sobre el uso de su cerebro y herramientas de vida agenciados durante la formación universitaria.

Esto nos obliga a remontarnos a la época de Jesucristo en que lapidaban a las mujeres y a miles de kilómetros en donde actualmente se lapidan, castran y devalúan con sadismo hitleriano al sexo femenino.

El fin es el mismo intentar crear una nebulosa de culpas, miedos, violencia en todas sus manifestaciones contra todo lo que signifique la elección de una forma de expresión de libertades del pensamiento, de sentires, de deconstruir la realidad e imaginar el arte a través de los ritmos de la poesía, ensayos provocadores y tan contestarios como lo hacen históricamente los hombres que exponen además desnudos femeninos y acusan a sus mujeres de retrógradas si se quejan… eso si es arte. Pero si una pintura hace una serie de genitales y hombres desnudos… ¿qué sucedería?

Si tienes una historia así que deseas compartir cuidando tu identidad para acompañar el ánimo y crecimiento de mujeres que aún están en la lucha de su libertad verdadera, en la ciencia, en la cultura, en la militancia de cualquier ideal, no dudes en contactarme por margaritaeditora@hotmail.com para compartirla.

Recuerda que la verdadera libertad radica en el poder de reinventar tu mundo.