Color Escarlata

¿Cuántas vidas tiene una mujer? Para tener una idea habría que hacer un viaje al universo incendiario de sus emociones y anhelos celosamente guardados y ensalzados. Adriana Rodríguez Núñez representa a esa generación de poetas que cierra la puerta, los devaneos de la Ciudad de México, a las exigencias sin horario del deber ser hija, madre y pareja… para consumar el vuelo sagrado de la trascendencia, al que todas las mujeres tenemos derecho. Publicada por la editorial Rodrigo Porrúa sus palabras tejen el artilugio de la conexión mítica con los latidos de cientos y miles de mujeres que son más que máquinas de crianza, de plusvalía económica por su infatigable y nunca remunerada labor al frente de los hogares para otros sectores… no es casualidad que su primer libro se titulara Ave nocturna, pues esas apacibles horas cuando todo parece sumirse en la quietud, cuando las muchas mujeres tienen el tiempo para asomarse a los balcones, ver el cielo estrellado, contemplar la luna y ver el reflejo de su historia, de capitulo personal que en ese momento viven y escribir… escribir como profesión de fe, escribir para confesar lo que no pueden gritar al mundo sin ser juzgadas en una América Latina machista a la que aun Sor Juana le escribiría los mismo sonetos.

En su más reciente obra llamada Color Escarlata, también publicada por Rodrigo Porrúa Ediciones, Adriana se reinventa y nos obsequia una nueva oleada de poesía tan provocadora como liberadora.

Geografía

“Caí en el café de tu mirada,

Roca obsidiana

Tu cabello me desvió

labios de sal

resbalé en tu cuello

se esparcían mis deseos.

Tus brazos anclas, no me dejaron marchar,

dedos inermes no los deje hablar,

me tocaba a mí

debías solo sentir

escuchar,

seguir o parar.

Seguí encontrándome en el sur,

un atajo marcó el camino,

muslos, brasas hirvientes, abrazaron los míos,

acaricie el precipicio

encontrándote en mis sueños,

en mi desvarío”

La verdadera libertad empieza en el ejercicio de autenticación de la capacidad de expresar, disfrutar y sanar día a día y la escritora Adriana es una maestra de ese ejercicio, ha llevado su obra al Instituto Nacional de Bellas Artes y ha presentado sus trabajos en América Latina. En Ferias Internacionales del Libro.

Audaz e impredecible…

Letras y silencio

“Ella dijo:

-¡Malditas letras, nunca se van!

Él la miro y sonrió cómplice mientras embestía de nuevo,

Ahí entre la obscuridad ella suplico jadeante:

-No me dejes pensar.

Y él le hizo el amor una vez más.

Y las letras cayeron de la cama guardando silencio…

Shss,

Sólo un momento, sólo uno nada más.”

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Muy pronto Adriana y su antología estarán en Chiapas para deleitarnos en su vuelo sin fin por las vidas y sueños… por los anhelos y las fantasías con su desafiante estilo.