Amores que no son tan blancos…

El viaje de la vida nos lleva por horizontes impensables y es, sin duda el territorio de la adolescencia, la etapa coyuntural en donde se escribe la antesala de nuestro destino.

Me siento honrada de conocer a una joven escritora cuyo lenguaje tiene la magia de llegar al corazón y hacer eco a la irreverente confusión que padecen nuestros adolescentes y jóvenes hoy día.

“Amor Blanco” es una novela digna de leerse en las secundarias y preparatorias, representa la traducción existencial de las crisis y los pormenores que están aconteciendo en el México actual.

Con una narrativa audaz y que refleja la jovialidad de su corazón, Karen nos lleva por la montaña rusa de emociones al límite, de sueños, y de temores que confrontan hasta quitarnos el aliento. Nos deja reponernos en breves párrafos para retomar con contundente energía la inyección de suspenso, sobresaltos y desencuentros. Las rosas, las miradas, las limusinas y las lealtades mal entendidas son solo algunos de los aderezos de la trama que, seguramente, se está desarrollando en muchas dimensiones justo en este momento en que usted lee estas líneas.

Sus personajes tienen esa virginal emoción que nunca pasa de moda, ese palpitar de anhelos que erupciona al conjuro de las hormonas.

“Me dirigía a las bancas para observar a Diego por un par de minutos, sé que él por momentos me observaba y eso me encantaba, estaba realmente feliz al estar en el mismo sitio que él; hasta que el encanto de mi vista recayó en el personaje tan cómico que se cruzó en mi vista, era un chico bastante pequeño de tez morena y ojos saltones”

Los actores de este drama son Marcela la chica enamoradiza a veces sin criterio y altamente influenciable, el Kevin leal que representa un linaje venturoso de caballero con honor por principios familiares, y el Agustín sin límites que vive asfixiándose y asfixiando lo que le rodea en aras de saciar el vacío del que tiene una oceánica fortuna y posibilidades económicas nada más, seres de ficción que todos, latentemente, llevamos dentro pero que gracias al sortilegio de Karen cobran vida y se materializan en el universo misterioso y profético de la literatura.

Todos ellos son devorados por la vorágine de circunstancias que cimbran valores y tradiciones, envuelven a la historia y al lector incendiando relaciones para fortalecerlas o calcinarlas.

Revelaciones de ideas o pensamientos que no son comunes, ella las presenta con congruente crudeza en su texto:

“Caminábamos hacia donde se encontraba mi familia, realmente me causa mucha curiosidad el imaginar que piensan los hombres que sin importar la compañía que tengan, tiene que girar sin disimular para vernos, que alguien les explique que se ven realmente ridículos haciéndolo; me pregunto ¿Cómo puede llegar a perderse el respeto por la persona que amas? No digo que no debes ver a los demás, solo digo que hay maneras para todo, incluso para desnudar con la mirada a una persona”

Marcela estudiante, en el umbral de su futuro, se transforma en el icono del sueño rosa en contextos dramáticamente actuales y que realmente se han vuelto aspiraciones para su generación. El súbito enamoramiento que acontece en el vaivén de lujos, choque y desprecio entre clases sociales heredadas o mal habidas, lealtades maleables o quebradizas, negación del arraigo e identidad familiar.

Se le presenta como a todos, y más en el umbral de la juventud las oportunidades de elección, ahí están las posibilidades, de las pacificas y fallidas relaciones:

“Me tomó de los hombros y me giró para darme un lindo y tierno beso; como dos amantes de la primaria que tienen miedo de demostrar su cariño y lo hacen como un juego; era una escena digna de aparecer en una película, un momento perfecto amenizado por esa estupenda canción. Me quedé inmóvil, pues no sabía cómo reaccionar ante lo que había sucedido, hasta que escuché una voz totalmente reconocible casi a mi espalda.

Hola morritas ¿Cómo están?

Qué bueno que viniste Siordia, creía que me dejarías nuevamente plantada. – gritó Lupita.

Por esas palabras supe que mi prima había salido con ese tipejo más de una vez, y que él tenía mucho que ver con que estuviéramos ahí en ese preciso momento”.

Frescura, problemática sin caducidad, esto y más es posible descubrir en la novela de Karen. Mi reconocimiento y admiración para ella por su pluma decidida y legarnos una historia que merece ser leída y contada con especial énfasis a los jóvenes y sus tutores, recomiendo la lectura de esta obra como especialista con veinte años de trabajo en salud pública, preocupada y ocupada por los riesgos para los adolescentes, así también y como escritora por su propuesta fluida, con un ritmo perfectamente acoplado al logro de su clímax y desenlace.

Enhorabuena Karen por este Amor Blanco tan incitante como conmovedor.

tintaynovela@hotmail.es