Comercio y desarrollo

Congreso de la Unión.- En la historia contemporánea, México y Centroamérica han reafirmado su compromiso con el libre comercio, la movilidad de capitales y la integración productiva.

El Tratado Único México-Centroamérica es parte toral de la estrategia de integración comercial de nuestro país con toda la región centroamericana, y su objetivo principal es estimular y diversificar el comercio de bienes y servicios.

La homologación de los tratados de México con Centroamérica se inició en 2008 y finalizó con la firma del Tratado Único el 22 de noviembre del 2011.

Este trabajo consolida los tratados de libre comercio que México mantenía con Costa Rica, desde 1995; con Nicaragua, desde 1998; y con el Triángulo Norte (Honduras, El Salvador y Guatemala), desde el 2001, generando de esta forma la unificación de reglas y procedimientos de comercio exterior, además de la reducción de costos administrativos en beneficio de los empresarios de la región. El Tratado Único implica la apertura a Centroamérica de un mercado de 127 millones de consumidores potenciales en México y a otro de 45 millones para el caso de México en la región del istmo centroamericano.

Frente a los nuevos escenarios económicos, se debe reflexionar sobre la enorme importancia de la frontera sur y el alcance comercial que históricamente ha tenido con los países de Centroamérica.

Los altibajos en la política comercial del gobierno de Estados Unidos hacen necesario fortalecer el mercado interno y capitalizar el potencial que representan 60 millones de consumidores de los países vecinos del sur.

Los gobiernos de las naciones centroamericanas y México han sostenido una serie de reuniones en las que han reafirmado su compromiso por mantener su tratado de libre comercio.

Se han revisado asuntos relacionados con el funcionamiento del tratado en materia de Reglas y Certificados de Origen, Acceso a Mercados, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Facilitación del Comercio y Contratación Pública, entre muchos otros.

En este contexto, resulta interesante la propuesta del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, de impulsar un ambicioso programa de desarrollo económico en el que participen no solamente México y las naciones de Centroamérica, sino también Canadá y Estados Unidos, para combatir el fenómeno de la migración.

En la reunión que sostuvo con el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, el futuro mandatario mexicano invitó a los países mencionados a que de acuerdo al tamaño de sus economías, lleven a la práctica programas de desarrollo y de esta manera aminorar el fenómeno migratorio.

Se comprometió a que su gobierno no verá el fenómeno migratorio como un asunto de militarización de las fronteras, ya que éste debe atenderse desde sus causas.

“Que la migración sea optativa, no obligatoria”, dijo el presidente electo de México.

En el caso concreto de nuestro vecino del sur, el Tratado de Libre Comercio entre Guatemala y México tiene un especial significado, ya que representa la puerta de entrada a Norteamérica para los bienes y servicios guatemaltecos.

En los últimos 15 años, las exportaciones de Guatemala a México se han multiplicado seis veces con productos como aceite de palma y almendra, caucho y camarones cultivados, entre muchos otros, situación que ha logrado posicionar favorablemente al país centroamericano en México.

Sin embargo, es necesario impulsar la integración de cadenas de valor entre México y Guatemala, incrementar la asistencia técnica entre ambos países para facilitar los trámites aduaneros, así como lograr un mayor aprovechamiento con el establecimiento de Zonas Económicas Especiales en ambos países para impulsar el desarrollo regional.

El total del comercio bilateral entre México y Guatemala en 2016 fue de dos mil 401.5 millones de dólares. Las exportaciones de México hacia Guatemala sumaron mil 942.9 millones de dólares; mientras que las importaciones de productos guatemaltecos sumaron 458.6 millones de dólares.

En Guatemala tienen presencia más de 100 empresas mexicanas en diversos sectores, incluyendo la industria manufacturera, telecomunicaciones, construcción, alimentación, comercio y servicios.

En estos momentos, México y Centroamérica deben adoptar un papel protagónico para darle paso a una etapa histórica en el desarrollo económico a nivel mundial.

Chiapas enfrenta el desafío de aprovechar las bondades que le proporciona su posición geográfica como puerta principal para el comercio exterior con Centroamérica.

Hay hechos que refuerzan el compromiso de hacer de la frontera sur, una frontera ordenada y segura, sobre todo para quienes cruzan todos los días en busca de una vida mejor y porque esta misma zona ha dado paso a una floreciente relación entre México, Centro y Sudamérica, lo cual genera más del 90 por ciento del intercambio comercial terrestre.

El estado de Chiapas está destinado a convertirse en acceso más ágil y moderno para llevar a cabo un mayor flujo comercial y migratorio con los países de Centroamérica.

jesus.belmontt@gmail.com