División blanquiazul

*Igual que PRI hace 30 años, PAN dará a luz nuevo partido

*México Libre, de los Calderón-Zavala pide registro al INE

Congreso de la Unión.- A lo largo de sus 80 años de existencia, en el Partido Acción Nacional se han suscitado luchas intestinas por el control del partido en las que se han hecho evidentes las debilidades de sus dirigentes más que sus fortalezas.

Concentrado en sus grillas internas, el PAN no ha sabido responderle a los mexicanos ante el enorme reto que significa ser la primera fuerza opositora del país para enfrentar las medidas centralistas y autoritarias del nuevo gobierno.

Sin importarles los riesgos de una ruptura que debilite aún más al PAN, el equipo de Ricardo Anaya (con Marko Cortés como dirigente nacional) prácticamente secuestró la estructura partidista, mientras que el ex presidente Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala, ex candidata presidencial, se niegan a renunciar a los privilegios de la clase política optando por la creación de su propio órgano político.

México Libre es el nombre de la alternativa política, cuyo registro fue solicitado al Instituto Nacional Electoral, aunque para obtenerlo tendrán que afiliar a 240 mil ciudadanos y 300 asambleas distritales.

El partido dará espacio y voz a los ciudadanos que tienen el anhelo de participar en la vida pública y que no encuentran opciones para ello, comentaron Calderón y su esposa.

«Lo que estamos haciendo es abrir un canal de participación ciudadana en la vida pública de México. Para miles y miles de mexicanos y de mexicanas que quieren participar y que por distintas razones no han encontrado vías de participación. No es contra ningún partido político, ni nos define la coyuntura ni siquiera quien detenta el poder, pero sí estamos convencidos que necesitamos crear un partido político, una organización que se base en determinados principios», dijo Margarita Zavala.

Fundado en 1939, el PAN ha enfrentado una docena de pugnas en su interior. Han coexistido en distintas épocas grupos antagónicos –anayistas y calderonistas, el caso más reciente- que han dirimido sus diferencias dentro de los canales institucionales, pero también fuera de ellos haciendo evidente la guerra intestina por el poder.

En la mayoría de los casos, se habían logrado acuerdos que enriquecieron la vida de la organización política, pero en las recientes elecciones para renovar su dirigencia, el partido salió más debilitado al abrirse la puerta de un nuevo órgano político que concentre a quienes no comparten el nuevo liderazgo a cargo de Marko Cortés Mendoza, alfil del ex candidato presidencial Ricardo Anaya.

La batalla en el PAN por la renovación de su dirigencia dejó como saldo el rompimiento. Al inicio de la disputa por el poder el grupo de Ricardo Anaya jugaría con tres cartas fuertes: Marko Cortés, Jorge Luis Preciado y Marco Adame, quedando al final el primero y quien finalmente retuvo la dirigencia del partido para el grupo anayista.

También pretendió llegar el ala más conservadora vinculada con el Grupo Guanajuato: Juan Carlos Romero Hicks y Carlos Medina Placencia.

El expresidente Felipe Calderón había centrado sus esperanzas en un solo hombre: el chiapaneco Roberto Gil Zuarth, ex senador y su secretario particular cuando fue Presidente de México.

El exgobernador de Puebla que falleciera recientemente en un accidente aéreo junto con su esposa, Rafael Moreno Valle, también se auto promovió para el cargo y operó políticamente para lograrlo, aunque sus esfuerzos no dieron resultados.

Además levantaron la mano dos panistas sin grupo: Francisco Búrquez y Mirelle Montes Agredano.

Al final solamente se registraron para dirigir al PAN Mirelle Montes Agredano, Marko Cortés Mendoza y Manuel Gómez Morín, nieto del fundador del PAN y perdedor en la contienda junto con Mirelle.

La elección fue calificada por Morín como inequitativa y antidemocrática.

En los hechos, el PAN ha estado bajo el control absoluto de Ricardo Anaya Cortés en los últimos años.

El senador y ex presidente del blanquiazul, Damián Zepeda Vidales, asumió el liderazgo en diciembre de 2017 cuando Anaya Cortés decidió competir por la Presidencia de la República, luego de usar descaradamente el cargo para promoverse con miras a la candidatura. Al igual que el nuevo dirigente Marko Cortés, el senador Zepeda es incondicional de Anaya.

Y es que a lo largo de su existencia, en Acción Nacional había sido costumbre que los dirigentes ventilaran la discusión de asuntos trascendentes entre las bases; sin embargo, actualmente las decisiones importantes se toman solamente en las cúpulas. Eso llevó al blanquiazul al rompimiento.

Al igual que el PRI hace 30 años, se espera que hoy el PAN dé a luz a una nueva corriente partidista, surgida de quienes se sienten defraudados por la dirigencia o por el grupo anayista que ha mantenido el control a cualquier precio.

Habrá que ver cuántos panistas deciden irse con el matrimonio que se siente como una familia imperial y si en realidad tienen los seguidores para conformar un partido, o simplemente se trata de la ambición desmedida de poder de una pareja que se niega a renunciar a los privilegios que otorga pertenecer a la clase política.

De lograr el registro, el órgano político dispondrá de un presupuesto anual otorgado por el Instituto Nacional Electoral, con lo que la familia Calderón-Zavala continuaría viviendo del erario público, es decir, de los impuestos de todos los mexicanos.

jesus.belmontt@gmail.com