Apoyos

*Urge más crecimiento para cumplir con programas sociales

*Este año López Obrador repartirá 300 mil millones de pesos

Congreso de la Unión.- Con el argumento del combate a la corrupción y la austeridad republicana, el presidente López Obrador eliminó decenas de programas sociales de anteriores administraciones, disminuyó recursos a organismos prioritarios como la Comisión Nacional Forestal y dejó en el abandono a miles de organizaciones de la sociedad civil que brindan atención a grupos vulnerables y desprotegidos.

Todo ello con el propósito de disponer de más recursos para sus propios programas sociales que en conjunto absorberán alrededor de 300 mil millones de pesos con los que pretende beneficiar a 30 millones de mexicanos.

Sin embargo, los economistas advierten que ese esquema de reparto masivo de dinero difícilmente podrá sostenerse más allá del presente año, debido a que el crecimiento económico del país será inferior al dos por ciento del PIB y no del cuatro por ciento como presume el jefe del Ejecutivo.

De hecho, solamente las cifras del Presidente hablan de un crecimiento del cuatro por ciento del PIB, mientras que los Criterios de Política Económica de la Secretaría de Hacienda entregados al Congreso, los economistas consultados por el Banco de México, analistas de la banca nacional y calificadoras extranjeras, coinciden en un crecimiento promedio del 1.6 por ciento para 2019.

Los economistas coinciden en que los apoyos de AMLO no sacarán de la pobreza a los 53 millones de mexicanos, para ello se requiere crear fuentes de trabajo bien remunerado y eso depende de la creación de empresas, cuyo crecimiento es paralelo al de la economía del país.

Y es que la estrategia de algunos políticos para sacar a los pueblos de la pobreza con programas de beneficio social y promesas difíciles de cumplir es tan vieja como la civilización del hombre.

Actualmente se estima que la pobreza mundial afecta a 736 millones de personas, cifra que incluye a más de 53 millones de mexicanos, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Esos pobres viven con la esperanza de salir de esa condición mediante los programas sociales que ha puesto en marcha el presidente López Obrador.

Una de sus promesas de campaña fue revertir la situación de pobreza poniendo en marcha un plan que incremente los montos económicos de nuevos programas sociales; es decir, la entrega de más dinero para sacar a millones de familias de la pobreza en que viven.

Esa fue la justificación para que la Secretaría de Bienestar, antes Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), recibiera más dinero este año para programas sociales.

El monto de este año suma 148 mil 991 millones de pesos, un incremento del 40.8 por ciento con respecto a 2018, que fue de 106 mil 645 millones 504 mil pesos.

Un ejemplo de que la política presupuestaria privilegia las promesas de campaña del presidente López Obrador a costa de afectar otros de vital importancia para el país, es el caso del gasto público en temas medioambientales que tuvo una reducción significativa en el presupuesto de egresos de 2019.

La Comisión Nacional Forestal (Conafor) recibió este año dos mil 765 millones de pesos, contra los tres mil 991 que le fueron asignados en 2018, además se redujeron partidas específicas como el Ramo 16 del sector ambiental que disminuyó 32 por ciento y el Anexo 16 que tiene que ver con mitigación y transición de los efectos de cambio climático que tuvo un recorte de 42 por ciento.

La reducción al presupuesto de la Conafor y al programa de empleo temporal son parte de la causas que mantuvieron sin control varios incendios forestales en 18 estados, situación que provocó una severa contaminación en algunas de las zonas urbanas más importantes de la zona centro del país, particularmente la Ciudad de México.

Otra muestra es la eliminación de recursos a miles de organizaciones de la sociedad civil que atienden a niños y jóvenes indígenas, adictos o en situación de calle, y que este año dejaron de recibir seis mil 200 millones de pesos.

Sin embargo, para el presidente de México su política de transferencias monetarias a los pobres será exitosa, pues el secreto está en la austeridad gubernamental y en terminar con la corrupción.

“Todos van a tener posibilidad de trabajo y van a tener bienestar. Ya nadie va a estar obligado a robar para sobrevivir, porque va a haber trabajo y va a haber bienestar para todo nuestro pueblo”, dijo recientemente.

Pero los especialistas en cuestiones de finanzas y economía tienen una opinión contraria a la del presidente López Obrador.

Por principio de cuentas, el panorama económico que se vislumbra para este año representa la principal amenaza para los programas sociales, centrados básicamente en la entrega de dinero de manera directa a alrededor de 30 millones de mexicanos.

Los pronósticos de crecimiento de PIB de 1.6 por ciento, los altibajos de la inversión extranjera por la disminución de impuestos en Estados Unidos que hace más atractivo hacer negocios en aquella nación y la desconfianza del empresariado en el nuevo gobierno, así como la deuda insostenible de Pemex, entre otros factores, complicarán el reparto de dinero a los sectores más desfavorecidos.

Este escenario le generará problemas al presidente López Obrador que necesita de crecimiento económico para que haya mayor recaudación fiscal y así financiar sus programas sociales.

 

jesus.belmontt@gmail.com