Sólo a los grandes

Un ejemplo de la desigual distribución de la riqueza en este país está en el informe de resultados de la fiscalización de la Cuenta Pública 2016, entregado esta semana por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a la Cámara de Diputados.

De acuerdo con el informe, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) devolvió el año pasado 257 mil 674 millones de pesos a grandes empresarios que son los que se quedan con gran parte del dinero, a costa de millones de mexicanos.

El documento menciona que la cantidad citada benefició a 2 mil 18 grandes contribuyentes, de los cuales 15 concentraron 104 mil 263 millones de pesos, aparte de que recibieron ese monto ‘‘de manera más ágil, de 10 a 20 días hábiles’’, gracias a las Reglas de Carácter General en Materia de Comercio Exterior para 2013.

Las principales empresas beneficiadas están dadas de alta en las ramas de industria automotriz, refinación de metales y maquiladoras, distribuidas en todo el país.

La noticia no es ninguna novedad, pues año con año el SAT devuelve a las grandes empresas, miles de millones de pesos, pero a los pequeños contribuyentes poco o nada se les beneficia con las devoluciones.

De hecho, entre 2013 y 2016, el SAT devolvió por Impuesto al Valor Agregado (IVA) e Impuesto Sobre la Renta (ISR), un billón 345 mil millones de pesos a grandes empresarios.

Es público que los millones y millones de contribuyentes cautivos que no pueden escaparse de los cobros de los altos impuestos son los que sostienen en buena medida las finanzas del gobierno federal, mientras que los que se quedan con las enormes ganancias son los grandes empresarios.

La gran paradoja es que en general, los millonarios impuestos pagados por el sector medio y bajo de la población no se reflejan como deberían en la construcción de obras de beneficio social ni en el otorgamiento de servicios como salud y educación, por citar dos.

El gobierno cobra cada día más impuestos pero cada vez menos eso se refleja en el bienestar de la población que sufre día a día la aguda crisis económica que prevalece en el país.

En teoría son los secretarios de Hacienda y Crédito Público de cada sexenio los funcionarios más detestados por los contribuyentes, pues son los encargados de cobrar los injustos impuestos, y no es que a la gente no le guste pagar sino que los cobros no son parejos, ya que los pocos grandes empresarios son beneficiados en perjuicio de la gran mayoría de los habitantes.

Por eso llama la atención que en ciertas esferas políticas se esté hablando de la posible candidatura del titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, híbrido panista y priista que de algún modo podría conjuntar a militantes y sobre todo de dirigentes, de ambos partidos entorno a su eventual candidatura.

Pareciera que hasta ahora, es él quien lleva la delantera de entre los políticos que se mencionan como posibles señalados por el dedo elector como abanderado del tricolor a la Presidencia de la República el año próximo, aunque el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, se mantiene en la pelea, junto con Aurelio Nuño, secretario de Educación Pública (SEP), aunque bastante atrás. El que parece que no tiene posibilidades pues de plano no creció por más que buscó subir con actos y reconocimientos inventados, es el titular de Salud, José Narro Robles, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

Si fuera Meade el candidato que de alguna forma apuntan las cosas, podría mostrase la irritación ciudadana porque –como ya se ha dicho- es quien cobra los impuestos, pero más que eso, porque en general desde su puesto se busca beneficiar a los grandes empresarios –que aportan a las campañas políticas, claro-, como ha quedado demostrado en los párrafos iniciales de este texto.

Picotazos

A muchos coletos ha extrañado la entrega de dinero a empresarios locales supuestamente afectados por el terremoto del 7 de septiembre pasado. Les sorprende porque en principio no se sabe si realmente sufrieron daños –algunos aseguran que no los hubo— y porque se desconoce qué intereses, políticos y económicos, hay detrás de la entrega de los recursos. Habrá que esperar para saber si más adelante se descubre el hilo negro… Han pasado casi dos semanas y la mayoría de personas sigue sufriendo las consecuencias del cambio de horario, a pesar de que en esta ocasión el gobierno “devolvió” la hora que se había “robado” en abril pasado. Pareciera algo sencillo y sin importancia, pero cuando el organismo está acostumbrado a ciertos horarios para la rutina de dormir, alimentase y trabajar, por ejemplo, no es fácil habituarlo a otra dinámica. Y lo peor es cuando se descubre que el argumento oficial de que se cambia de hora porque se ahorra mucho dinero por el consumo de energía eléctrica es una gran mentira, pues los costos no sólo bajan sino que suben, como puede verse reflejado en los recibos bimestrales. Y lo más grave es que el año que viene y el siguiente nos impondrán nuevamente el tal horario de verano que sabiamente, las comunidades indígenas no respetan –ellos se rigen por el horario de Dios- porque no sólo no les beneficia en nada sino que así no se descuadra su organismo en lo físico y sicológico… La película titulada Coco, alusiva a los muertos, está llamando la atención porque está bien lograda y adicionalmente, en el caso de México, porque habla de su cultura sobre el tema. Para Chiapas es además un orgullo, pues en la parte musical intervienen los integrantes de la marimba de la familia Nandayapa, lo que representa para ellos un reconocimiento. Fin.